Felipe VI está en mínimos de valoración tras conocerse que se calló durante un año que supo que era uno de los herederos de una cuenta en Suiza que su padre, Juan Carlos I, le había dejado con dinero de presuntas mordidas.
Es por ello que ABC salió hace unos días en defensa de la monarquía con el reportaje "Silenciar al Rey: más de 150 actos ignorados durante el confinamiento". El diario de Vocento señalaba directamente al Gobierno y a RTVE de haber eclipsado la figura del monarca.
El Grupo PRISA, controlado por el Banco Santander de doña Ana Patricia Botín (rescatadora de los Polanco), no se quedó atrás y ayer El País Semanal se volcó en loar a la Casa Real con el panegírico "Días de pandemia en La Zarzuela".
El objetivo de este reportaje es fijar dos ideas: la primera, que la familia real no ha parado de trabajar durante la crisis sanitaria. La segunda, la más ambiciosa, es asegurar que Casa Real solo rompió su silencio sobre la cuenta suiza cuando pudo confirmar que existía con pruebas documentales.
En definitiva, que el Santander, cuya acción ha perdido un 80% de valor en ocho años, anda emperrado por relacionar a Ana Patricia con el ecofeminismo y en lamerle las botas a Felipe VI a través de PRISA, que cual lobby amaga al PSOE por una razón económica, que no política: el Gobierno todavía no ha aprobado las ayudas a la prensa dos meses después de prometerlas.
Y por eso Barceló masacra a Sánchez, por eso El País pide la cabeza de Iglesias y por eso Soledad Gallego-Díaz favorece a Zarzuela en unas semanas en las que Casa Real ha puenteado al Gobierno y está marcando su propia estrategia para eternizar en el trono a Felipe VI, que, por desgracia, ha mantenido las mismas siniestras amistades y reprobables prácticas que su padre.
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