La falta de regulación sobre los debates electorales convierte la negociación sobre los mismos en un circo que en 2019 ha desembocado en que un personaje como Pedro Sánchez escoja a capricho los que se celebran.
Casado pide un cara a cara, Iglesias aplaude el de RTVE sin renunciar al de Atresmedia, Rivera carga contra el bipartidismo y Vox afirma en público que está siendo perseguido mientras respiran en privado por la nulidad dialéctica de Santiago Abascal y la colección de despropósitos de su programa.
Una colección de despropósitos
La gestión de RTVE sobre el debate ha sido nefasta: Atresmedia se les adelantó a la hora de convocarlo y posteriormente han pretendido organizarlo de espaldas a tres de los cuatro partidos más representados en el Congreso.
Una radiotelevisión pública debe tener la ocasión de organizar un debate de este tipo, aunque en nuestro país nunca lo hayan hecho. Y ahora se han visto beneficiados de las anacrónicas restricciones de la Junta Electoral Central, que prima unos resultados pretéritos y una supuesta pluralidad de tiempos sobre los intereses actuales de la ciudadanía.
Atresmedia, con un gran nervio informativo, mantiene su pulso y pretende organizar un debate a cuatro el martes 23, mismo día que RTVE ha situado el suyo en el calendario. Veremos quién se lleva el pulso....
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