Paolo, Borja, Florentino y otros chicos del montón





El hijo del amigo más sórdido de Juan Carlos I e íntimo de la pobre infanta Elena cae al fin de Endesa tras haber transitado durante una década como jarrón chino de los italianos tras la operación escasamente patriótica de Zapatero para dañar al aznarismo financiero, Pizarro y Blesa.

Borja Prado, eterno conspirador y perejil de todas las salsas, es según la feliz descripción de Jesús Cacho un hombre "con escasa formación, sin una licenciatura que llevarse a la boca, la tarea de Prado estaba circunscrita a las relaciones institucionales, a ese extenuante trabajo consistente en visitar a diario las casas de comidas más caras, a almorzar con Fulano y contarle después a Mengano lo que me acaba de soplar al oído Perengano".

Prado es según el director de Voz Pópuli el "prototipo de esa corte de los milagros madrileña acostumbrada a consumir la vida en vanidades, lo de Prado está entre el chisme de portera y el señorito engalanado hasta el techo con las medallas de la vieja aristocracia española agotada de estar cansada. Una cosa entre el Almanaque de Gotha y el tráfico de influencias, con un barniz de correveidile. Desde la grisura de su pobre bagaje académico, la suya ha sido una carrera ciertamente brillante. Un éxito casi milagroso. Y a razón de 3 millones año solo en Endesa, que no está mal".

Borja Prado es el protagonista de un curioso triángulo de amistades que completan Paolo Vasile y Florentino Pérez. El todavía presidente de Endesa es consejero dominical de Mediaset en segundas nupcias pese a haber recibido el rechazo de más del 20% del accionariado del editor de Telecinco.

Vasile quiere al íntimo del 'Ser superior', encantado con el CEO italiano (habitual en el palco blanco) desde que precipitase la caída de Ramón Calderón con un reportaje emitido en 2009 por Telecinco. El padre del documental fue Abellán, hoy caído en desgracia tras haber aireado en 'Asalto al Real Madrid' las formas del jeque merengue.

Don Paolo, deseoso de integrarse en la beautiful people hispánica (que siempre le miró con desprecio elitista por su telebasura), le hizo un segundo favor a Florentino: cargarse a Lama en 2016. Unos meses después los correveidiles del presidente, accionistas junto a Mediaset en Supersport, tenían premio al favor realizado: un programa para Real Madrid TV, que ahora abre subasta con las cuatro grupos audiovisuales estrella anhelando sus huesos. Florentino, que según Cacho es "el gran corruptor", sigue teniendo en estima a Prado y a Vasile mientras paladea Abertis con sus socios italianos.

El CEO italiano quiere eternizar su carrera. Tras quedarse atrás el fantasma de Vivendi quiere sortear el salvaje castigo de los mercados con recortes y nuevos ingresos. Quizás toca nueva etapa en Fuencarral. Suena el rumor de que podría caer Mirta Drago, "a ella solo la gritó yo", pero Vasile lo tendrá que pensar en esta nueva etapa en la que toca diversificar ingresos (teletiendas con Kiko Hernández, zapatillas de 'Viva la vida', el exposhow ahora granadino, el reloj de 'Socialité', el anillo de 'Sálvame', el bolso de Divinity, la pulsera de 'Volverte a ver' y toda suerte de cacharrería futura).

Ayudará a ello el gran pelotazo de sus productoras en Telemadrid ('120 minutos', 'Huellas de elefante' y 'Aquí hay madroño'), la adaptación de 'Patria' para HBO y la venta de 'Caronte' a Prime Video. Tras echar a patadas a Revaldería, Botello y Frank Ariza por ineficientes, le toca atrincherarse como hace catorce años junto a una docena de productoras de confianza que no hagan filtraciones a los digitales.

Unicorn, La Fábrica de la tele y Bulldog; las compañías de Íker Jiménez, Aitor Gabilondo y del tándem JJ Santos-Carreño, Cuarzo para que no se lleven 'Supervivientes', Zeppelin para los encierros, Freemantle para los talents, Proamagna para las entrevistas y Roures para venderle la publicidad.

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