El misterio de Ana Rosa ante el 8-M





Ana Rosa Quintana anunció anteayer que no irá a la huelga del 8-M. La reina de las mañanas afirma que tuvo su "gesto el pasado año" y que solo irá "a la manifestación si es feminista. Como sea política no voy". La comunicadora no se ha debido enterar de que la igualdad es un asunto político.

La estrella de Telecinco ya tuvo otra desafortunada actuación en la huelga del pasado año: primero anunció que no acudiría a huelga porque su sitio estaba en el trabajo y cuando llegó el día fue una de las que cayeron arrolladas por el éxito del parón de 24 horas y acudió a la huelga.

Es lamentable que la mayoría de nuestras estrellas televisivas solo tengan reivindicaciones para asuntos que sean populares: Dani Rovira con los perros abandonados, AR en las huelgas que triunfan y poco más.

El modelo

Pocas estrellas tienen posturas impopulares sobre asuntos a reivindicar. El modelo es Albert Rivera, al que le molestaba en 2006 que a las bodas gays se les llamase matrimonio y doce años después es capaz de utilizar las banderas del arcoíris porque se avergüenza de participar en huelgas ultras que esconden con trapos rojigualdos a los socios de Cs.

Los amigos de Rivera son un partido cleptocrático cuya corrupción nos ha costado 120.000 millones de euros y una formación nostálgica que está creando falsos culpables, maltratadas y árabes, para desviar el tiro social hacia un debate identitario que les haga recobrar el poder con el discurso del revanchismo contra los presos políticos no venezolanos y contra Catalunya.

Ya saben, liberales en lo económico (rama con la que venden la soberanía española a fuerzas extranjeras) y fachas en lo social (votando contra el SMI para que los españoles que peor lo pasan sigan siendo esclavos). Feliz 28-A.

Leer más: La guerra del taxi salpica a AR. 








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