Luces y sombras del fichaje de Gregorio Morán por Voz Pópuli










El trotskismo siempre ha tenido un difícil encaje en la industria periodística y el tercerismo internacionalista no es propicio en tiempos de banderazos entre los nacionalistas que defienden su trapo con el ejército económico de la UE y los nacionalistas aldeanos que intentan soñar con utópicos proyectos aislacionistas.

Es una pena que un periodista de la talla intelectual de Gregorio Morán, menesteroso por heterogéneo, tenga que conseguir su pasaporte de regreso de la profesión zambulléndose en la guerra identitaria tras sufrir las censuras del oportunista independentismo de Godó y del decrépito Caballo de Troya de Madrid, Crónica Global.

Ahora Morán ha encontrado sitio en Voz Pópuli, buena noticia para el maestro, para el portal y también para la atmósfera periodística española. El único lamparón de su regreso es que haya superado la entrevista de trabajo gracias a su creciente obsesión contra el corrupto y demagógico nacionalismo catalán. Pero para desarticular tales patrañas Morán y otros colegas se exceden con la metáfora sobre el nazismo, se arrojan un disfraz de demócratas que se deshace cuando les proponen cualquier salida pactada, y mezclan el agua con el aceite, linchando al independentismo coherente y digno que defienden fuerzas al margen de los Pujoles y Puigdemonts.

Es decir, un demócrata que se precie debe exigir la inmediata excarcelación de los presos políticos, tiene la obligación de sonrojarse con el 1-O y con el eructo del Borbón del 3-O, está forzado a pedir un diálogo de tú a tú entre Madrid y Barcelona, y tiene que mirar atrás para comprender que la España invertebrada no se coserá mientras los que coordinan el proyecto sigan odiando a media España.

Un buen fichaje

Jesús Cacho, padre del influyente y rentable El Confidencial (medio que está hoy entregado a Génova por culpa del pícaro "Totoyo"), ficha a la pluma más brillante del periodismo español. La pena es que lo hace porque Voz Pópuli ha dejado de ser el heredero del primer Confidencial para convertirse en un pequeño buque nacionalista hispano, desde el cual el autor del extraordinario ensayo 'El negocio de la libertad' pide en público que se frenen informaciones contrarias a los intereses de la monarquía por "Esppppaña".

Cacho, pese a sus pecados de juventud, De la Rosa, no merece manchar su final de carrera por tutelar un panfleto rojigualdo donde Miquel Giménez, Vidal-Quadras o Díaz Villanueva no tienen compañeros con otros puntos de vista. Al menos es siempre motivo de felicidad que tengamos oportunidad de leer un medio donde pueda exhibir su talento el gran Gregorio Morán, que desgraciadamente ha tenido que ganarse las habichuelas guerreando contra el comunismo y el nacionalismo periférico tras haber ejercido de honrado mercenario para ambos ejércitos.

Leer más: Los siete palos del Sistema a Gregorio Morán. 












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