El Plural pierde los nervios por los ERE del PSOE





El Plural perdió ayer los nervios porque el partido al que sirve, el PSOE, se quedó desnudo ante la opinión pública tras la sentencia de los ERE. Se ha demostrado que el partido del Gobierno organizó un chiringuito infecto para alegría de una gauche divine que vivía de puta madre con el dinero de los parados andaluces, tema que este periódico socialista ha convertido en un simple "atajo". Es decir, que en el PSOE se querían quitar burocracia de encima y les salió el tiro por la culata. ¡Pobrecillos!

No extraña la mirada compasiva de El Plural hacia el PSOE porque el citado medio nació como una muleta online en la red de Zapatero, que veía encantado que Lavinia, fundada por varios exPSC, le montase un portal a un comisario político como Enric Sopena. La empresa catalana fue premiada por ello por el Gobierno socialista mediante las campañas del 'Plan E' y otros contratos.

Carlos Carnicero, que estuvo en el ajo, recordaba años después la "esclavitud moral" de Enric Sopena y los silencios de El Plural sobre sus anunciantes, especialmente Iberdrola o Repsol. Ellos, junto a los amiguitos periféricos del PSOE (Cajasol en Sevilla o la Diputación de Barcelona), constituyeron el pesebre comercial del que bebía un supuesto 'diario digital progresita' que se lanzó contra el cuello de Podemos desde su nacimiento.

No ha logrado encauzar a El Plural, ni en visitas ni en influencia, su nueva directora, Angélica Rubio, asistente personal de Zapatero en La Moncloa y una de las tertulianas más torpes de Ferreras. A Rubio le tocó la lotería por criarse periodísticamente hablando en León, ciudad en la que el constructor José Luis Martínez Parra, salpicado por la Gürtel, lastrado por la Púnica y socarrado con una pena a cuatro años de prisión por delito mediambiental, la tenía en nómina.

Martínez Parra alardeaba de que Angélica Rubio le iba a echar una mano desde La Moncloa. El Confidencial pescó a Rubio en mil y una mentiras, lean una entrevista que no tiene desperdicio, y desde entonces esta periodista no se ha repuesto del golpe. Por eso ahora dirige a martillazos El Plural, que no deja de ser una versión digital y alicaída de El Socialista decimonónico de Pablo Iglesias Posse.



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