Así es como el Joker tumbó a tipos como Jorge Bustos





Alejandro Amenabar está echando de menos la maquinaria publicitaria de Mediaset, que podría haber llevado a 'Mientras dure la guerra' al taquillazo. Cierto es que la película está aprobando en recaudación, pero sigue lejos de otros de sus blockbusters.

'Mientras dure la guerra' no se queda en medio del camino, retrata al bando nacional como una panda de facinerosos irracionales, ni compadece a Unamuno, que no aguanta el bisturí y cae retratado como un intelectual egoísta que solo vio el horror fascista cuando la sangre le salpicó el gabán.

La película acierta con la representación de una ciudad acuartelada, Salamanca, y Amenabar huye de la caricatura o del trazo grueso para acertar con el aspecto humano de Franco, que siempre mantuvo en el tête-à-tête ese discurso típico del meapilas, contenido con pinceladas amaneradas. Un teatrillo con el que no lograba esconder su retaguardia cínica y violenta.

'Mientras dure la guerra' es una buena obra para no iniciados y es un buen cuento para representar en la obra navideña del colegio, pero no es una película idónea para Amenabar, que en vez de consagrarse como el Spielberg español, Bayona ha ocupado el trono, no deja de equivocarse: tras los aciertos de 'Tesis', 'Mar adentro' o 'Los otros' no deja de acumular patinazos y dos de ellos le costaron dinero a Vasile, 'Ágora' y 'Regresión'.

Cine televisivo

Mediaset ya no apadrina a Amenabar porque Paolo Vasile ha puesto todos sus huevos cinematográficos en el cine italiano. El CEO vuelve a sus orígenes familiares: 'Ocho apellidos vascos' es una adaptación norteña de la italiana 'Bienvenidos al sur', 'Perfectos desconocidos' es la adaptación de 'Perfetti sconosciuti', 'Lo dejo cuando quiera' es un remake low cost de 'Smetto quando voglio' y la 'Operación Camarón' que llegará en 2020 adapta otro taquillazo transalpino, 'Song é Napule'.

Atresmedia por su parte combina de la mano del gran productor Mikel Lejarza el cine con ínfulas de las comedietas palomiteras: este año nos hemos tragados los insufribles 'Los Japón', 'Perdiendo el este' o 'Padre no hay más que uno', film en el que Segura mantiene su apuesta tras jubilar por la fuerza Torrente: cine familiar con guiones de origen sudamericano.

Aunque en Atresmedia también se hacen películas decentes y el año pasado nos regalaron tres de ellas: 'El reino', acertado retrato de la corrupción con brillante final televisivo (y autocrítico) con alguna escena que despista; 'La sombra del viento', thriller básico que denuncia la utilización de señuelos políticos por parte del Estado; y 'Tiempo después', sobresaliente sátira del capitalismo realizada por José Luis Cuerda y todavía no visionada por los idiotas de la izquierda regeneracionista que se reconocían amanecistas en 2014.

Anticapitalismo en vena: 'Joker'

'Joker' quizás sea la película más importante que ha parido Hollywood en el último lustro: la mirada comprensiva hacia el antihéroe y la crítica feroz hacia el capitalismo son dos premisas valientes que han sido muy bien ejecutadas.

La película denuncia la invisibilidad social, ríe de dolor por la creciente desprotección que ofertan las instituciones públicas, lee a las mil maravillas la pervivencia de la lucha de clases y bucea en un cerebro traumatizado (que se recrea en un fantaseo defensivo que a largo plazo no cubre las frustraciones del protagonista).

Claro está, una película con estas intenciones merecía un linchamiento de la prensa mayoritaria, que se ha apresurado a intentar estigmatizarla por violenta. 'Joker' ha combinado taquillazo con prestigio, su triunfo en Venecia lo evidencia, y por eso hay que zaherirla. En realidad no lo hacen por sus escenas más gore: con Tarantino callan porque sus películas no tiene mensaje y el padre de 'Pulp Fiction' solo cree en el cine como método de evasión.

Pero 'Joker', que ofrece guiño catódico a esa joya llamada 'El rey de la comedia', está sufriendo los aspavientos de la extrema derecha mediática. En nuestro país se ha encargado de ello Jorge Bustos, infame comisario político retratado en 'El director' al que Soraya le gritaba en el Congreso porque iba de centrista pese a que el PP le había colocado en tertulias.

Claro que a un impostor como Bustos le tiene que molestar 'Joker', brillante apología de la utopía y placentero dolor articulado por un director en estado de gracia, Tood Phillips, sufrido por un actor desencajado en el papel de su vida, Joaquin Phoenix, y coronado por una colosal banda sonora.

'Mientras dure la guerra' ha sorteado el veto de los burros que se colaron en un cine valenciano y 'Joker' se ha desecho con facilidad de los imbéciles que la atacan. Algunos dicen que lo hacen porque se legitima la violencia por supuesta envidia posmarxista: en realidad no se han enterado que el protagonista no quiere ser un idiota nihilista superficial con jersey al cuello, sino que practica la legítima defensa frente a una cuadrilla de alimañas sin un duro que se disfrazan de clase media aspiracional.

Otros aseguran que la película no merece la pena porque Joker asegura que no tiene inquietudes políticas. Sí que las tiene en el plano subconsciente, la ciudad de Gotham también las tiene y la película en su conjunto también. Cierto es que este film no es una peli de Sundance, pero ya lo decía Lenin: "Los capitalistas nos venderán la soga con la que los ahorcaremos·. Ahora nos toca leer la lúcida depresión de Sánchez-Cuenca. Por eso paladeamos tan intensamente un pequeño caramelo.

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