Telefónica tiene los viejos vicios de un monopolio estatal remozados por una mirada al futuro que no esconde que el mundo de las telecomunicaciones sigue siendo un negocio 'hiperintervenido'. Cualquier pequeña coma firmada en La Moncloa provoca un catarro en el gigante que dirige José María Álvarez Pallete.
Es por ello que Andreu Buenafuente está provocando cierto dolor de cabeza con sus comentarios. En los últimos meses sus frases sobre Catalunya, Vox o el PP han provocado ciertos enfados en las redes sociales.
Esta semana el conductor de 'Late Motiv' mostraba su agrado ante un tuit que decía que había encendido Antena 3 y no aparecía Vox. En la planta noble de Movistar comentaban ayer que "en la cadena aparece el partido de Santiago Abascal y también Silvia Abril", mujer del showman.
El elevado coste del programa (alrededor de 20.000 euros diarios), el eclipse que le está haciendo 'La resistencia' y las dificultades para sorprender de 'Late Motiv', que beben de los proyectos de Buenafuente durante los últimos veinte años, dificultarán su renovación.
Este hecho lo compensará en parte el contrato que acaba de lograr el de Reus de RTVE, pero en su equipo recuerdan todavía la trágica caminata de Buenafuente por los despachos de todas las televisiones (incluidas Mediaset y FORTA) para colocar un programa que ahora se ha convertido en un quebradero de cabeza para Movistar +, desgraciadamente alérgica a los charcos políticos.
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