Victoria Prego: del felipismo a VOX con la APM como retiro dorado








Victoria Prego es uno de los iconos del periodismo español, síntoma de la decadencia del sector. La periodista saltó a la fama dándole lametones a Felipe González, parodiados por Javier Gurruchaga, y posteriormente se pasó al aznarismo al calor de la campaña de Pedro J. para que TVE desbloquease la emisión de 'La Transición', relato tuerto y servil hacia el Régimen del 78.

En plena transición profesional hacia la derecha entrevistó a Adolfo Suárez, que le confesó en Antena 3 que no se atrevieron a organizar un referéndum entre monarquía y República porque perdían los Borbones. Ella ocultó la confesión durante más de 20 años, hasta que La Sexta le dio por contarlo. Esta anécdota ejemplifica que Prego es una relaciones públicas, no una periodista. Y la APM, presidida por ella desde 2015, lo demuestra cada día.

La APM, retiro dorado

La APM nació con lo más ilustre del periodismo español de finales del XIX y hoy en día es un chiringuito infecto cuya obscenidad nos retrotrae a los tiempos en los que Hitler tenía un busto en una exposición filonazi en su sede en el 42 o desde que Ansón le lamía los zapatos a la madre del Emérito en el palco de Las Ventas a finales de los setenta en esas corridas que organizaban.

¿El polo de atracción de la APM entre el 91 y 2015? Su servicio médico. Es decir, una asociación de periodistas no ofrecía recursos para los periodistas, ni una asesoría jurídica relevante. Ofrecía una dádiva capitalista hasta que los nuevos bríos conllevaron que la Comunidad de Madrid les cortase los 8,6 millones de euros anuales que le regalaban como premio a las relaciones incestuosas del periodismo y el poder. El 25% de sus socios se dieron de baja cuando hace tres años se cortó la mamandurria.

Una asociación en manos de VOX

El pasado año Victoria Prego y su mano derecha cocinaron una nota de denuncia contra el "acoso" de Podemos contra algunos periodistas. No mentían la adjunta al director de El Independiente y el redactor de las notas de prensa de la APM, pero faltaban a la decencia porque habían estado años callados ante la riada de amenazas y presiones de Interior hacia los medios de papel para que se convirtiesen en francotiradores contra Podemos y el procés.

En el Gobierno de Rajoy y Soraya estaban encantados con la precariedad de la profesión al ser ambos los mayores enemigos desde la libertad de expresión desde tiempos de Franco. Y La Moncloa premió a Prego en abril de este año con el Premio Nacional de Televisión, otorgado por el Ministerio de Cultura y dotado con 30.000 euros.

La presidenta de la APM, que lleva casi un cuarto de siglo sin presentar un programa relevante, recibía un premio a su silencio sobre la corrupción y mafia del PP, encantado con ver a la presidenta de la APM decir que los mayores peligros para la profesión son la información gratuita y la desinformación. Es decir, ni precariedad ni las élites utilizando sus mecanismos para prostituir a la prensa.

APM vota a VOX

La APM omite la carnicería de 'GH VIP', los insultos diarios de Jiménez Losantos y los clicks amarillos de OK Diario. Pero ha sacado tiempo para protestar contra La Sexta por su desafortunado reportaje emitido en 'Liarla Pardo' sobre los votantes de VOX en Marinaleda.

César González Antón, jefe de informativos de La Sexta e hijo del ex presidente de la APM Fernando González Urbaneja, explicaba ayer en Facebook que tenía "la sospecha de que todo tiene que ver con lo que pasó sólo unos pocos días antes. La APM condenó el veto que VOX impuso a La Sexta en la noche electoral. Y claro, defender a La Sexta en según qué sitios no está bien visto, así que había que compensar. Es una hipótesis, pero si fuera por esto, me parece una actitud cobarde que demuestra poca convicción en sus valores internos". ¿Valores en la APM? Pocos. ¿Utilidad de la APM? Prácticamente nada, a excepción de los brillantes informes sobre la profesión de Luis Palacio.

Prego, VOX y otras chicas del montón

Una cobardía para mimar a VOX, partido que ha irrumpido en el escenario político español apuntando hacia abajo. Si hace cuatro años Podemos señalaba a las élites, Abascal lo hace contra los inmigrantes pobres, las mujeres maltratadas y los derechos de los homosexuales. Es decir, que el partido verde cree que la crisis la han provocado los débiles, no los 110.000 millones de euros evaporados por esa organización criminal llamada PP, ni el Ibex, ni la monarquía, ni la especulación global.

VOX es un partido ultraliberal y clasista del que se ha servido Abascal para seguir sin dar palo al agua mientras estigmatiza a las clases bajas españolas para salvar al establishment con los mimos de la APM, presidida por Victoria Prego, que está encantada con su retiro dorado mientras se muestra incapaz de encauzar El Independiente, que se ha dejado este año 700.000 euros por su inanidad y que acaba de despedir a dos a redactores para que Casimiro y Prego sigan con su confortable prejubilación.

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