Los 9 motivos que justifican la destitución de Antonio Caño












Era un secreto a voces que ayer se confirmó. Tal y como adelantó El Español, Soledad Gallego-Díaz relevará a Antonio Caño al frente de El País. Algunas plumas mediáticas relacionan la caída de Caño con el ascenso de Sánchez, pero este hecho es excesivo ya que el periodista llevaba muerto profesionalmente dentro de Prisa desde que hace más de un mes cayó su jefe y protector, Juan Luis Cebrián.

El legado de Caño al frente del periódico es nefasto: echó a patadas a lectores fieles de cuatro décadas, se abrazó a un Gobierno corrupto y conservador como peaje al rescate del Sistema a Prisa, y se convirtió un diario progresista en una reaccionario. Sería injusto atribuirle toda la culpa a él, ya que Cebrián apuntaba y él se limitaba a disparar. Pero aquí van los 9 motivos que justifican su caída laboral:

1- Soraya es intocable

Caño forzó la dimisión de dos redactores que se atrevieron a publicar la relación laboral del marido de la diva censora Soraya con esa puerta giratoria llamada TelefónicaIván Rosa no se tocaba porque la vicepresidenta había mediado en la salvación nacional de la ruina prisaica y los lectores se hartaron.

También la ex número dos de Rajoy fue señalada por la salida de la redacción de Carlos E. Cué, que a principios de 2015 era desterrado a Argentina tras el aireado enfado en las filas populares sobre su cobertura gubernamental en El País. Y hace unos días se desvelaba que Cué regresaba a Miguel Yuste, síntoma de lo que se le avecinaba a Caño.

2- Criminalizando a la izquierda

Podemos sufrió una cacería infame cuando apuntaba alto en las encuestas. De este trabajo sucio se encargaron Caño y otras viejas glorias y así se consagró El País como la rama publicada del establishment. 

3- Falta de respeto a los clásicos de la redacción

En noviembre de 2015 a Caño no le tembló el pulso a la hora de despedir tras más de dos décadas a Miguel Ángel Aguilar, que se había atrevido a criticar a los capos de la prensa española en The New York Times. 

4- Guerra sucia de El País contra el procés

El procés molestó a El País, que años atrás, para crear un caldo de cultivo a sus intereses, decía que Catalunya era una nación. Tres décadas después de los lametones de Cebrián a Pujol, retratados en 'Prisa. Liquidación de existencias' de Luis Balcarce, El País encabezaba los insultos y la campaña contra el procés. Caño llegó incluso a la censura y dos articulistas dejaban el rotativo.

5- No se premia el talento, sino la docilidad

John Carlin se quedaba sin trabajo en septiembre del pasado año por decisión de Caño, irritado porque el columnista no se mimetizaba con la línea editorial de un periódico que presume por ser plural.

6- Y Prisa cedió ante Florentino

En Prisa nunca ha caído demasiado bien Florentino Pérez, un presidente más distante a sus intereses que Ramón Mendoza o Lorenzo Sanz. Las garras siniestras del siciliano capo de ACS intentaron cobrarse el puesto de Manolo Lama o Alfredo Relaño, pero Cebrián no tragó. Sin embargo Caño le cedió una presa a priori menor: Diego Torres, "novelista" según Pérez, que dejaba de cubrir en el verano de 2016 al Real Madrid tras quince años.  

7- El País contra el PSOE

Bajo la dirección de Antonio Caño apareció seguramente el editorial que más ha enfadado a las bases socialistas: "Salvar al PSOE". Pedro Sánchez, que no quería investir a Rajoy con su abstención, era linchado en un obsceno editorial que evidenciaba las incestuosas relaciones entre la cúpula de Prisa con la vieja guardia y los barones sureños socialistas: "El PSOE ha obtenido los peores resultados de su historia, deberían haber supuesto la dimisión automática de su líder. Cualquier dirigente político cabal lo hubiera hecho sin dudarlo. Pero Sánchez ha resultado no ser un dirigente cabal, sino un insensato sin escrúpulos que no duda en destruir el partido que con tanto desacierto ha dirigido antes que reconocer su enorme fracaso".

8- Un panegírico que certificaba su salida

En su antepenúltimo artículo publicado en El País bajo su dirección, Caño regaló un obsceno panegírico a su jefe tras ser éste arrastrado por el barrizal: "Cebrián: Gracias por todo". El entonces director incluso llegaba a pedir a Manuel Polanco que besara los pies de su predecesor: "No se puede en este breve espacio detallar los éxitos del periódico que Cebrián dirigió y protegió cuando ya no lo dirigía. Pero es obligatorio que todos los que trabajamos con él, aprendimos de él, mucho más quien hoy tiene la enorme responsabilidad de ocupar su puesto, hagamos un público reconocimiento de sus méritos profesionales y de su inmenso legado".

9- Cuando la salida le aguardaba

En su último artículo escrito como director, Caño difería respecto a los nuevos tiempos que corren en Prisa y pedía implícitamente que Pedro Sánchez convocase elecciones. Error: antes se las convocarán en la redacción a Soledad Gallego-Díaz para echarlo. Así se explicaba en "Hay un camino a la izquierda": "Existe, por supuesto, un espacio en el centro-izquierda. No es el que ocupa hoy este Gobierno. Y no queda mucho tiempo para encontrarlo. Si Sánchez se empeña en gobernar con quienes le han llevado a la presidencia, corre el riesgo de ser confundido y, en última instancia, devorado por ellos. Si convoca elecciones y aprovecha este tiempo para exponer el perfil de un centro-izquierda reformista y moderno, justamente en contraste con quienes le han jaleado esta semana, aún puede haber una oportunidad".


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