Dignidad y 'Herrera en COPE'










Más de 50.000 personas se manifestaron este sábado en Pamplona para pedir justicia para los jóvenes de Alsasua, a los que les piden 375 años de cárcel tras llevar más de 500 días de prisión preventiva. La Fiscalía pide unas condenas a los acusados más graves que la de José Bretón, que suministró orfidal a sus dos hijos para dejarlos inconscientes antes de hacerlos a la parrilla.

Carlos Herrera entra en escena

Navarra es una cuestión de estado en Madrid por ser el eslabón débil de una posible reunificación de los territorios del antiguo Reino, nuevo estado que se convertiría en uno de los más punteros a nivel europeo. Es por ello que la derecha madrileña conquistó a la navarra y convirtió a lo que hoy en día es UPN en una sucursal vascófoba de España.

Hace dos años los navarros decidieron echar a gorrazos al bipartidismo UPN-PP/PSN-PSOE y se articuló un saludable Gobierno del cambio con Geroa Bai, Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra. Y oigan, la economía navarra no deja de crecer y la inversión en asuntos sociales se ha disparado.

Pero el ejecutivo de Uxue Barkos no baila al son que marca Madrid y este hecho molesta. Para combatirlo UPN tiene a los tontos útiles de turno que no se enteran de qué va la película ni les importa un carajo. Es el caso de Carlos Herrera, al que la Clínica Universitaria del Opus Dei (el lobby por excelencia en Navarra) le patrocina algunos de sus programas en COPE por más de 30.000 euros diarios.

Este señor, incapaz de preguntarle a Rajoy por la corrupción durante una hora en Moncloa, dio nuevo ejemplo del periodismo señoritil que tanto gusta en Génova: "Ezkerra-Izquierda o como se llamen", afirmó antes de preguntar al líder de UPN: "¿Cree que el Gobierno de esta señora está por la batasunización de Navarra?".

COPE colgó un tuit con un titular de la entrevista: "En Navarra Geroa Bai, Bildu, Podemos e Izquierda Unida justifican los asesinatos de ETA". Hasta UPN tuvo que retirar el desafortunado retuit, porque la emisora de los Obispos no se debe haber enterado que Podemos ni tan siquiera existía la última vez que ETA mató y porque COPE debería saber que hablar de terrorismo por tuits, pintadas o carreteras cortadas es un insulto a las familias de las miles de personas que han sufrido el terrorismo real.

Indignidad

El bipartidismo no puede hablar ni de gestión ni de honradez. Por eso cada vez que alguien les discute sus actuaciones contestan a base de golpes bajos y demagogia. Véase el interés que tenían en Venezuela, cuyos líderes opositores ahora les importan un pimiento. Y es que en Españazuela pocos salvan la honra. Sí que lo hacen los jubilados de Bilbao, que se manifiestan todas las semanas para salvar las pensiones de los sevillanos, ahora bailando en la Feria con Herrera entre faralaes y rebujitos.

Y es que esa generación de bilbaínos se partió la cara ante la represión franquista, tuvo que exigir el derecho de la dignidad del obrero en plena Transición y sufrió como los socialistas les tomaban el pelo. Pero ahora tienen tiempo y cojones para escupirle en la cara a Moncloa que jueguen con las pensiones de sus putas madres. En Harvard o en Aravaca.

Menos mal que quedan los jubilados porque los adolescentes, hipnotizados como el "espejito, espejito" de las redes sociales (para alegría del capitalismo), ni se enteran de nada ni puñetera falta que les hace porque cuentan con la juventud, divino tesoro.

En el norte se sigue guardando una distancia prudente con Madrid, ellos y nosotros, que no es un simple recurso racista del nacionalismo del que la izquierda tanto debería abominar. Y es que algunos defienden el bien común (pensiones, igualdad, sanidad y educación) mientras Herrera da palmas por las casetas, Rivera sigue con su oportunismo suarista, los socialistas siguen traicionando a sus bases, principios e historia de la mano de Pedro Sánchez, del "no es no" al "sí es sí", y en el PP siguen dando la cara por Cifuentes y Casado, con dos currículums más inflados que el de José Luis Moreno.