Radiografía del aislamiento de Álvarez-Gundín en TVE













Álvarez-Gundín empieza a mirar con recelo a Sergio Martín, que entre la siesta y el iPad interlocuta con Moncloa. ¿Interlocuta de verdad? Sí, interlocuta. Menos interlocutan José Antonio Sánchez y Gundín porque su relación ha saltado por los aires y se ha instalado en el silencio. Otros vocean, pero haciendo la guerra por su cuenta: Jenaro Castro, deformando 'Informe semanal' como premio a aguantar la pancarta en los años del zapaterismo, y Somoano, último superviviente en su refugio de las altas horas.

No abre el pico Álvaro Zancajo, a 100.000 el año, porque los de comunicación le diseñan notas de prensa a medida. Pedro Carreño por su parte suple sus carencias con doctrina y apoya en el 24 horas la presencia de Fátima Iglesias, ex lugarteniente de una Gloria Lomana que retrata los claroscuros del Príncipe en 'Juegos de poder', como si ella no hubiese chapoteado en las tinieblas.

La ambición de Lomana es relevar a José Antonio Sánchez, pero cuenta con escasos apoyos y un excesivo perfil político en tiempos de consenso. Pero lo intenta a través del amoroso Piqué, que le premió sus salidas de tono en TVE con un "enchufe telefónico" que acabó como el Rosario de la Aurora: por donde pisaba no crecía la hierba, la Gestapo resurgió, ella sobrevivió al zapaterismo con pactos subterráneos mientras le llevaba el bolso a la mujer de Lara, y según contaba Mongolia intentó lo propio con Crehueras hasta que la cazaron. Pieza mayor regada con champán.

Pero José Antonio Sánchez no se resigna y saca la artillería en prime-time, aprovechando que Mediaset se ha caído y que Atresmedia está en 2018. Por eso morirá en alto, exhibiendo share, o quizás no muera a medio plazo. Pero si lo hace sabe que ha puesto huevos en todas las cestas: Mediapro ('Crush', 'Estoy vivo' y fútbol con "asento"), Prisa (remake que '¿Quién sabe dónde?), Planeta (acuerdo cinematográfico con DeAPlaneta) y "Los Bingueros" (Cerezo y Frade). También se han llevado contratos lo más sórdido de la industria (Moreno y Frank Ariza), y los de 'Cuéntame cómo pasó, premiados tras airearse precariedad y evasión fiscal.

También viven bien bajo su paraguas Javier Cárdenas, que anoche se centró en un caníbal con gusto por las próstatas y está esperando a diciembre, renovación, para quitarse el incómodo corsé que lleva encima, Bieito Rubido, que evita que en su periódico IZEN la bandera ideológica contra RTVE gracias a la colección de contratos a Vocento, y los de 'Operación Triunfo', que a medio millón de euros por noche hace menos de un 15% (si le quitamos el previo maquillante), en vez del 25% esperado. Lo disimula la profesión acumulando datos de targets y vídeos millonarios, pero ocultan que sus resúmenes hunden la tarde de La 1 hasta un 6%. También disimula la decepción Roberto Leal, que se queda sin campanadas en favor del "manchego" Ramón García. ¡Feliz año!


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