El día que Torbe amenazó a Carlos Sobera con desvelar sus experiencias sexuales







Todavía sin recuperase del terremoto informativo del viernes por la tarde que afectó a David de Gea e Íker Munian, los medios de comunicación han pasado de puntillas sobre la figura de Nacho Allende, "Torbe", simplificado por los periódicos como un personaje del lumpen.

Pero el tal "Torbe" encierra multitud de prismas, evaporados ahora por la rabiosa actualidad. Para conocer al empresario que está acusado de obligar a menores a ejercer como prostitutas con futbolistas VIP habría que retroceder hasta el Bilbao de principios de los noventa.

La capital vizcaína era por aquel entonces una ciudad oscura, sin la arquitectura y luz de hoy en día, que tan bien reflejó Enrique Urbizu en su opera prima, Todo por la pasta. Aquel Bilbao sin despedazarse de la reconversión industrial que provocó el cierre de la mayor empresa española durante la mayor parte del siglo XX, los Altos Hornos de Vizcaya, acogía en su seno a un extraño ser, Ignacio Allende, que vivía entre el subsidio y el alquiler compartido: "Por entonces vivía con el salario social del Ayuntamiento de Bilbao, que eran doscientos o trescientos euros al mes. Yo era pobre. Me había ido de casa a los dieciocho años, no tenía ingresos, me ganaba la vida haciendo caricaturas en Mallorca y vendiendo DVD piratas. Fueron doce años malviviendo, en un piso compartido (...) Hasta los treinta fui pobre de solemnidad".

Pero como el hambre agudiza el ingenio, "Torbe" apostó por su talento oculto, el dibujo, para lanzar un comic underground, La Comictiva, impulsado en parte por una subvención municipal y donde colaboraron cineastas como Álex de la Iglesia o Santiago Segura, que contó con el hasta en cuatro ocasiones para aparecer como cameo en su exitosa saga Torrente, que además tuvo tres versiones pornográficas de la mano del protagonista de este reportaje.

Es cierto que hoy en día nadie parece conocer a "Torbe", zambullido hasta el corvejón en un escándalo vinculado con temas muy desagradables. Por eso Iñaki López, que lo tuvo como colaborador en ETB, o Xavier Sardá, que lo invitó a sus Crónicas Marcianas, ayer en La Sexta Noche omitieron que lo conocían cuando se habló del tema. Pero aquel joven sin una perra en el bolsillo los conoció, al igual que a Pepe Navarro o Jesús Quintero, que lo entrevistaron en el Mississippi o en Ratones Coloraos.

También conoció Torbe a Carlos Sobera, que lo fichó como reportero para el magazine vespertino Arde la tarde, de ETB. El actual presentador de First Dates se acordaría de él de manera desagradable años después en una entrevista para El Correo en 2011: "No simpatizo con quien se ha hecho millonario con páginas asquerosas. Cuando le contraté, Nacho buscaba un talento creativo, y al cabo del tiempo ha buscado la diferencia sin creatividad. Ha optado por caminos discutibles y obscenos para diferenciarse. No me parece admirable".

El rey del porno freak, dolido por el dardo, le replicó desde su blog: "Algún día contaré mis experiencias con Carlitos Sobera, que son la monda, tienen de todo, buen y mal rollo, sexo desenfrenado, y mucho mas… ay si yo hablara…".

Pero para llegar a "rey del porno freak" Torbe lanzó en el 96 un blog, cuando todavía no existía este formato, y en el 99 lanzó lo que luego sería su emporio, Puta Locura, que acumula beneficios anuales cercanos al millón de euros. Pero como la mayoría de los hombres "hechos a sí mismo", Torbe no se conformócon subir de escalafón social y hacerse millonario: necesitan reconocimiento.

Y Allende lo buscó de mil y una maneras. Al principio quiso llamar la atención para hacerse rico: tiró los comics al suelo de un competidor en el Saló del Comic de Barcelona, registró el domino MetrodeBilbao.com para pedirle cien millones de pesetas a la empresa pública, llamó feas a todas las mujeres de Torrelavega, participó en el Uno para todas de la colorida Telecinco, etc.

Pero más adelante sus escándalos se tornaron serios, ya que estaban relacionados con sus empresas: fue detenido en 2006 por protagonizar un corto pornográfico con una menor de edad, en 2010 fue condenado por llamar "cocainómano" al presidente de APEOGA (asociación de productores pornográficos), en 2012 sería condenado a un año de cárcel por participar en una estafa telefónica a través del madrileño Canal 7, etc.

Pero ya saben: el sueño más anhelado por el payaso es el del respeto, cosa que Torbe nunca logró. Y por eso se quejaba en entrevistas de su apagón mediático: "No salgo casi en los periódicos, no estoy en la televisión, no hablo por la radio… porque no me llaman. Hay gente que tiene mucho poder, que tiene convicciones católicas y que son como son, que nunca me van a ver bien". Para lograr prestigió publicó nueve libros, algunos de título tan poco edificante como No me toques el pito que me irrito, lanzó varias canciones de dudoso gusto y con letras salpimentadas de xenofobia y produjo una comedia convencional, Putero y yo, que decidió no estrenar según él porque el resultado no le gustaba, aunque los actores le demandaron porque Torbe les había hecho firmar que si no había estreno no había sueldo. Pero los medios le daban y le dan la espalda. Por eso cargaba contra La Sexta por las supuestas presiones a Santiago Segura para que cancelara su sección en el fallido Sabías a lo que venías.

Y también por eso intentaba llamar la intención haciendo como que lo encarcelaban: "Como ya estaba harto de que los medios me demonizaran, me hice una foto esposado y dije en Twitter que me habían metido en la cárcel. Estuve un mes diciendo que estaba encerrado y la gente se lo creyó". Ahora su encarcelamiento ya no es una broma, ya que hace dos meses fue detenido junto a cuatro colaboradores con una acusación de producir pornografía infantil, trata de seres humanos, evasión fiscal y blanqueo de capitales. Desde entonces pasa sus días en la cárcel madrileña de Soto del Real sin poder disfrutar en libertad lo que siempre soñó: ser uno de los famosos del momento.

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