Los medios aprovechan la inestabilidad política para atizar a Zarzuela







Que la prensa ha sido cómplice de los chanchullos borbónicos está claro, pero ahora los medios se atreven a analizarlo en detalle. Esto cuenta Joaquín Abad en Mil 21:

Tras la lectura del libro de Ana Romero, Final de Partida, sobre la última etapa de Juan Carlos, como rey y como persona, saco algunas conclusiones.
La más trágica, la que más me duele porque llevo la libertad, la independencia del periodismo en mi ADN desde que empecé las prácticas al final del régimen de Franco, es la complicidad de la prensa. Leo que desde que era príncipe, nuestro Rey Juan Carlos ha sido todo un golfo. Siempre se ha comportado como un auténtico egoísta, buscando sólo diversión y acercándose a amigos adinerados a los que sablear. Y siendo la primera autoridad del Estado ha coleccionado centenares de amantes despreciando, humillando a su esposa, la Reina Sofía de Grecia, a la que le restregaba en público la querida de turno. Y en la prensa, que lo sabía, que lo fotografiaba, nada se decía. Nada se publicaba. En la mayoría de casos por esa especie de pacto no escrito entre los directores de los medios que ignoraban las golferías del Jefe del Estado Español. Vamos, como si de la familia Franco se tratara, sólo que España no era ya una dictadura militar y la libertad de prensa estaba respaldada por la Constitución.
Son muchas las ocasiones que editores de revistas del corazón han comprado fotos comprometidas, reportajes escandalosos de Juan Carlos para guardarlos en el cajón del olvido y luego, quien sabe, utilizarlos para obtener favores. Otras ocasiones, miles, son los propios directores que reciben la llamada de Zarzuela solicitando que no se publicara tal o cual información que en nada favorecía la imagen social del Rey de España. El Mundo de Pedro J. Ramírez era uno de los pocos que se resistía a las presiones pero no obstante se resguardaba reproduciendo lo que revistas italianas, o inglesas, publicaban de nuestro monarca que lo fotografiaban en pelota picada, en algún yate, con la amante de turno.
Fue a partir de Botswana, cuando nos enteramos que nuestro Rey se dedicaba a matar elefantes en plena crisis económica, con colas de miles y miles de españoles en los comedores de Cáritas, que se terminó con esa complicidad. Nuestra primera autoridad estaba por encima del bien y del mal. Para él no había crisis, ni había nada que le impidiera irse de cacería a Africa junto con su última amante, la denominada princesa Corinna.
La prensa, los periodistas, los editores, han sido los cómplices durante cuarenta años de los excesos de un monarca que ha disfrutado de quizá un millar de amantes, y que se sabe que ha amasado una fortuna mil millonaria. Cómplices de un mal ejemplo social y económico y que se ha rodeado de una corte de empresarios que hacían negocios gracias al tráfico de influencias que se emanaba desde la propia Zarzuela. ¿O no?
Los tabús que existen sobre Doña Letizia, en La Mosca Mediática 

Para los medios de comunicación tradicionales hay algunos tabúes sobre la vida y milagros de Doña Letiiza, que se quieren evitar a toda costa cualquier crítica Real.

Si no que se lo digan esta semana a Ana Romero, experta de El Mundo en La Zarzuela, que ha sido despedida tras citar a Corinna en la noticia sobre la abdicación. O a María Ramírez, hija de Pedrojota, que ha sido sancionada con un mes de empleo y sueldo por solidarizarse con su compañera. O a los de El Jueves, a los que la editora les ha obligado a destruir 60.000 portadas donde aparecía el Rey, Felipe y una corona tan llena de mierda como en la realidad. O a José Manuel Lara, al que le cortaron la financiación tres importantes entidades bancarias una semana después de editar el libro de Pilar Urbano sobre la participación del monarca en el 23-F.

Entre la censura y la autocensura, en España está prohibido hablar de cinco temas sobre Letizia Ortiz, como antaño estaba prohibido hablar del disparo mortal del monarca a su hermano, de las comisiones que se llevaba Juan Carlos por las entradas de crudo al país o sobre sus relaciones sexuales con Bárbara Rey. Estos son los cinco temas prohibidos en nuestro país sobre la "Prinzesa";

Tabú número uno; Alonso Guerrero, su profesor en la adolescencia se convirtió en marido

Cuando Casa Real confirmó en 2003 la relación entre el Príncipe y la periodista, La Zarzuela ya había trabajado para evitar que transcendiesen las fotografías de la primera boda de Doña Letizia. Y es que uno de los mayores problemas de la Casa Real para aceptar el matrimonio era que Letizia fuese una mujer divorciada.

Zarzuela sabía que para las revistas del corazón eran una bomba las fotografías del matrimonio entre Letizia y Alonso Guerrero. Y la historia en sí ya era carne de prensa rosa, ya que es morbo puro; la joven Letizia se enamora a los 17 años de su profesor de Lengua de 28 en el Instituto Ramiro de Maeztu. Ya saben la controvertida relación entre simpática alumna y apuesto profesor. Ocho años después, en 1998, se casan para divorciase un año después. Impagable.

Tabú número dos; México y las drogas

También han sido comentados los viajes de Letizia. El primero fue a México, que le marcaría para siempre. Hasta allí viajó para estudiar un graduado que no terminó, pero en el país azteca vivió intensamente. La revista mexicana Quién hablaba de su gusto por el tequila y por el amante que disfrutó en su estancia. También se ha sacado a la luz años después que su desnudo inspiró una portada del grupo Maná. Y para rematar, en el libro Letizia; una republicana en la corte de Juan Carlos I-secuestrado como es habitual en este país "democrático"- se dice que fue detenida por posesión de hachis.

Tabú número tres; sus otros amores con señores casados y el sexo etílico en Irak

También el autor de Letizia; una republicana en la corte de Juan Carlos I, insinúo que la editorial le censuró pasajes del viaje de Letizia a Irak como corresponsal. Los desvelaría Enrique de Diego años después; "De su viaje a Irak, el cortesano Federico Trillo hubo de destruir el informe de la sargento “Paquita” sobre la noche de farra de Letizia con un mando de la Royal Navy." Por ese viaje, Ana Blanco protestó ante Alfredo Urdaci, como reconoció el periodista navarro en un libro. Y es que no se entendía en RTVE la rápida promoción de Letizia. Quizás solo Urdaci sabía su relación con el heredero del trono español.
Letizia siempre ha tenido amor para dar y regalar. Si no que se lo digan a David Tejera, periodista y novio de la asturiana en CNN+, que se quedó con un palmo de narices cuando le dejó por Felipe de Borbón. Años después el periodista reconoció; "Pude hablar de Letizia y haberla dejado fatal..."
En México se habló de su relación con el periodista Luis Miguel González, que estaba casado y se divorció después de "conocer" a Letizia

Tabú número cuatro; el aborto de Letizia

Otro de los temas que Zarzuela quería evitar era que Letizia abortó. Para la mayoría de la sociedad española este hecho es una estupidez, pero a los tradicionales monárquicos no les gustó este hecho.
David Rocasolano, primo de Letizia, publicó el pasado abril "Adiós Princesa, adiós", polémica obra sobre la vida de la próxima Reina. En el libro se demuestra con pruebas que Letizia abortó, cosa que molestó en Zarzuela.
Además, David retrata a su prima como una "déspota" y "controladora" que sufre continuos cambios de humor. El único tema que no tocó fue su posible anorexia. El fuerte carácter de Letizia lo confirmó hace dos meses Vanitatis, que publicó las quejas de los escoltas de Letizia por el carácter dictatorial de ésta.

Tabú número cinco; el suicidio de su hermana

Si algo ha dolido a Doña Letizia en los últimos años es la historia de su hermana Erika, que una noche se atiborró de pastillas en la soledad de su casa para acabar con su vida. Había dejado escritas varias cartas que lo probaban. Erika se acababa de separar y apenas tenía relación con su hermana, que siempre había estado cerca de ella, más centrada en sus compromisos en Zarzuela. Tampoco le ayudó a Erika la presión de los paparazzis, que la fotografiaban en contra de su voluntad.



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