Carlos Lozano recibe un linchamiento mediático en el año que GH pervirtió sus reglas por audiencia







Martes noche con Gran Hermano; límite 48 horas, programa que se centró en las últimas broncas de Carlos Lozano, concursante que arrancó su participación con cara de primer expulsado, hecho del que se salvó gracias a una bronca protagonizada por el Pequeño Nicolás antes de las primeras nominaciones, gracias a una dura acusación de éste y gracias a la acusación de haberse bebido un vaso de vodka. Hechos que añadidos a su espontaneidad, que contrasta con el gris que reina en la casa, lo convirtieron en el concursante estrella de la presente edición VIP. De hecho Jorge Javier Vázquez pasó en unos días de decir que tenía "cara de perdedor" a señalar que el ex de OT es su concursante favorito.

Pero en los últimos días la espontaneidad de Lozano se pervirtió gracias a los visitantes del balneario, Kiko Matamoros y Belén Esteban a la cabeza, que le dejaron claro, con permiso de la organización, que él era el sol que iluminaba una aburrida casa por culpa de personajes menores como Rosa Benito o Raquel Bollo.

Porque este año Mediaset ha intentado acercarse a los datos de la edición protagonizada por Belén Esteban rompiendo el tablero de las reglas de Big Brother, cuya norma más revolucionaria era buscar la naturalidad de los concursantes mediante su aislamiento, prostituido en las últimas semanas gracias a unos invitados que calentaron la casa con la aquiescencia de la cadena.

En el programa de anoche, Carlos Lozano recibió toda serie de dardos personales. Porque mientras él ha recibido con simpatía acusaciones de "cocainómano" o de "fracasado", sus compañeras de edición se victimizan por su carácter, digno de un "maltratador" según personajes insustanciales como Belén Roca o Raquel Bollo, que aireó una vez más obscenamente sus maltratos con tal de derrocar al favorito de esta edición, cuyo signo victorioso está puesto en duda por culpa de sus mezquinas compañías, Charlotte y Belén, que tal y como se vio ayer fueron capaces de meter su cepillo de dientes en el water antes de que el protagonista de este artículo se lavase los dientes.

De hecho, el ex presentador de Operación Triunfo es junto a Sema el gran favorito para dejar el reality-show este jueves. Un formato que él con sus broncas, sus borracheras, sus gracietas y sus habladurías en solitario ha llevado a sus espaldas, por mucho que le moleste a Rosa Benito, sin palabras ayer cuando Jordi González le desmontó su estrategia de defensa: "¿Tú crees Rosa que si hubiera vídeos buenos no los pondrían?". Pues eso.



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