David Jiménez llegó a El Mundo con un giro a la izquierda, "nada más que periodismo" y una lista negra de "amarillistas"







Acaba de tomar posesión en El Mundo David Jiménez, el trotamundos que ha acabado tras pirueta en el sillón de mando que dejó caliente Pedro J. Ramírez hace poco más de un año. Entre medias lo ocupó Casimiro García Abadillo, que ha desactivado al periódico de fuegos artificiales mientras se dejaba escapar a parte de los pesos pesados de la redacción-Inda, Mellado, Ana Romero o Jabois-.

Jiménez tiene varias tareas pendientes con el periódico a su cargo. La primera, parece decirla él en su primer editorial, es que el periodismo en general y El Mundo en particular recuperen credibilidad. En ese campo intentará aportar sosiego-"las causas de nuestra pérdida de credibilidad pueden encontrarse en las hemerotecas. O, mejor dicho: en lo que no se puede encontrar en ellas", dice en el artículo "Periodismo, nada más", cuyo título tiene una lectura edípica interesante-.

Otras de sus tareas deben ser recuperar o incorporar a las grandes firmas-hereda el sueño inconcluso de Casimiro, que fue Gistau-, recuperar ventas y lectores-El Mundo vende 17.000 periódicos menos que hace un año, según la OJD de abril, y encadena diez bajadas consecutivas de lectores en el EGM-, y reciclar parte de los articulistas más polémicos de Pedrojota, tarea que dejó a medio acabar Casimiro tras desalojar del domingo a Losantos y Anson.

En este último punto ya se ha puesto manos a la obra, ya que ayer conocimos que Salvador Sostres, brillante provocador para unos y lamparón excesivo para otros, fue despedido. Es de comprender que algunos colegas en Twitter celebrasen el acontecimiento después de que el catalán escribiese tras lo de Haití, donde murieron miles de inocentes, que "el mundo menstrua". Ahora sí que lo hace. Pero también es excesivo que otros colegas, como Javier Gallego, escriban disparates tal que así: "El nuevo director de El Mundo despide al machista y fachoso impresentable Salvador Sostres".

Parece que leyendo entre líneas los primeros ejemplares de El Mundo de David Jiménez, éste quiere recuperar la centralidad editorial en los kioskos patrios, ya que ha llamado la atención que ¡El Mundo! editorialice hoy con el siguiente titular: "El Gobierno no debe criminalizar la pitada del himno y menos en caliente", que se puede leer antes del mandoble a Albert Rivera en la mandíbula, segundo consecutivo que se lleva el catalán, que hasta hace relativamente poco solo recibía mimos de el citado medio.



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