¿Qué fue de Cambio 16, Tiempo, Época o El Siglo?








La palpable decadencia de los semanarios políticos del papel ha conllevado un último intento por parte de éstos de resucitar reinventándose. Todo comenzó con Cambio 16, semanario nacido en el año 71 con la economía y la cultura como simples excusas para insinuar sobre política, que fue la temática que lo convirtió en uno de los grandes emblemas de la Transición española. Ahora, tras un largo peregrinaje por el desierto, Cambio 16 sobrevive tras más de una década de gestión de Gorka Landaburu, ahora reciclado como defensor del lector. La entrada en el accionariado en el semanario de EIG, grupo centrado en información y energía, ha reinventado el proyecto, que ahora cuenta con una imagen más cuidada, más reportajes sobre tendencias y una factura del siglo XXI, más parecida estéticamente a las revistas masculinas aparecidas en la última década por los kioskos patrios.

El declive de Cambio 16 comenzó en los ochenta, cuando el semanario tuvo que competir de tú a tú con otros proyectos-Tiempo, Tribuna o Época-, pero en los noventa naufragó, parecía que irremediablemente, con la llegada de los suplementos dominicales a los periódicos, que le sustrajeron la exclusividad sobre la lectura sosegada y el análisis político a fondo, amén de la palpable crisis económica anidada en el Grupo 16 de Juan Tomás de Salas. Los proyectos con los que rivalizó hoy en día tampoco pasan por su mejor momento, ya que hoy en día la caída de ventas de este género ha supuesto la pérdida de miembros de las cada vez más exiguas redacciones y la fuga de los sabuesos del periodismo, que antaño preferían compaginar semanarios y libros-que entonces daban dinero-, en vez de esclavizarse en las redacciones de periódicos que les exigían scoop diario. La presencia de estos sabuesos aseguraba antaño millonarias tiradas gracias a las exclusivas de portada.

Hoy en día este mercado está en horas bajas, ya que el semanario más exitoso es sin duda Tiempo de hoy, del Grupo Zeta. Según el último EGM, Tiempo es seguido por 140.000 lectores semanales, cifras que se quedan a años luz de XL Semanal que edita Vocento-2,1 millones- o El País Semanal-1,3 millones-. Estos suplementos, con la tendencia, la vanguardia, la gastronomía, el ocio VIP y la frivolidad como bandera, han conseguido mandar a la cuneta a medios como Tiempo, que ya difícilmente marca agenda pese a contar con plumas como la de Jesús Rivasés, Pepe Oneto, Alfonso Guerra, Fernando Savater, Agustín Valladolid o Nativel Preciado.

También sobrevive El Siglo de Europa, decían que a la sombra de Ferraz hasta que su editor, el mítico José García Abad, escribió la biografía más crítica sobre Zapatero en la etapa Zapatero, 'El Maquiavelo de León'. Este semanario, con una línea editorial progresista, tiene a periodistas como Miguel Ángel Aguilar o Enric Sopena entre sus colaboradores. Y sigue vivo, que tiene mucho mérito en estos tiempos. No lo hace Tribuna, que decayó tras la destitución de Julián Lago, o Época, la quebrada revista de Campmany de la que se hizo cargo un Julio Ariza en plena expansión. El navarro se cansó de perder dinero y la recicló en dominical de La Gaceta hasta que ésta se dejó de imprimir. Fue bonito mientras duró...

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