La inesperada derrota de Ana Pastor contra Risto Mejide



Anoche era una cita de importancia para El Objetivo y en cuanto a audiencia no la aprovechó. La entrevista a Artur Mas marcó un aceptable 11,4% de share, quedándose muy por debajo de Risto atizando a Pablo Igleasias y de Pedro García Aguado asombrando a Risto con su desgarradora historia personal, que marcaron un sobresaliente 14,5% de share.

Ana Pastor vs Artur Mas

Julia Otero pronosticó una entrevista sin grandes titulares, y no se equivocó. A Ana le faltaron colmillos ante un President muy entrenado, un ensoñador creyendo que está escribiendo una página histórica, cuando es un cadáver político, que o no lo sabe o está mal de la cabeza.
Artur se presentó "ante España" como una víctima a la que no dejan votar, y también repitió en varias ocasiones que no declarará la independencia tras el referéndum del 9-N.

Además le regateó la legitimidad al Constitucional, se volvió a comparar con un escocés, evitó la autocrítica, soltó tras una cuenta facilona que Catalunya sería viable, descartó poner la mano en el fuego por Jordi Pujol y mandó una indirecta a España; "En Euskadi no tendrán problema para pagar a las farmacias". Es decir, que todo se hubiese arreglado o bien no creando el peligroso precedente del cupo de Euskadi y Navarra o bien repartiendo café para todos.

Y hay que reconocer que es cierto que la Generalitat tienen razones para pedir un reparto más justo y para quejarse del desdén de Rajoy hacia sus posturas-aunque de su quiebra son culpables sus dirigentes, no los extremeños-. Esta marea independentista agitada por la manipulación de los medios públicos y la subvención de los privados, ha sido contestada desde Madrid con silencio y con filtraciones desde Interior a los periódicos sobre los chanchullos de algunos padres de la patria.
Rajoy, que sigue teniendo al tiempo como único asesor, demuestra que es un torpe estadista inmóvil al que el electoralismo manda sobre sus principios y finales. Lo hace chapoteando sobre el poder omnívoro que disfruta.  Aun así huele mejor que Mas, cadáver político, que o bien es un pirado que aspira a salir a hombros de la plaza, o es un suicida a punto de inmolarse. Lo peor de ambos es la frustración que van a dejar tatuada en el pueblo catalán, unos por excesos y otros por silencios.














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