El PSOE se ha plegado ante el sistema para evitar un debate de altura que abriera la posibilidad de realizar un referéndum democrático sobre la preferencia de los españoles sobre la mantener la monarquía o alumbrar la tercera República.
En el seno de los socialistas se ha forzado a tomar como única posibilidad aplaudir al nuevo monarca y sofocar los intentos de abrir al pueblo la decisión de elegir el retorno de la República.
Enric Sopena, periodista cercano al PSOE, escribe en El Plural; "Felipe VI logrará el 18 de junio que se diga que el PP y el PSOE son iguales". Y el mismo digital recuerda brillantemente que en 1978 el PSOE se abstuvo en bloque cuando se votó en las cortes que la monarquía parlamentaria iba a ser la forma política.
Hay voces dentro del PSOE, como Izquierda Socialista, las juventudes o en las federaciones de Galicia, Valencia, Baleares o Catalunya que discrepan con la línea de Rubalcaba-patético adiós como político- sobre el tema. Incluso hay medios que apuntan a que Eduardo Madina, uno de los candidatos a liderar el PSOE, tiene el corazón republicano y defiende este sistema. También en el grupo socialista hay voces como la de Odón Elorza que votarán en contra de la sucesión a dedazo.
El PSOE ha perdido su última oportunidad para evitar desangrarse como la UCD. Lo tenían fácil, pero ha pesado el egoísmo de Rubalcaba, que quiere que el sistema le deba un favor para jubilarse tranquilo.
No podemos obviar que el monarca ha precipitado su abdicación tras la dimisión de Rubalcaba y las próximas primarias, que pueden convertir al PSOE de nuevo en un partido republicano si el nuevo equipo aparece con esto en su programa. Entonces el PSOE hubiese aparecido ante la opinión pública como un partido regeneracionista y renovador, y sin embargo se han dejado llevar por la derecha y la Casa Real. Así nos luce el pelo...
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