Chicote, la pocilga de Mordor, un pobre hombre y su desagradable hija hípster



Visitaba Chicote La Masía de L'Era, en Tarragona, promocionado por la cadena como "el restaurante más sucio de la historia de Pesadilla en la cocina", título arrebatado al Castro de Lugo. El negocio familiar está regentado desde hace tres años por Pep y su hija Judit.

El popular chef llegó con buena predisposición; "Es una localización perfecta. Si no funciona algo, deben estar haciendo muy mal ahí dentro"-el restaurante estaba enclavado en un monumento histórico del siglo XVIII-. La primera persona que se encontró dentro fue Judit, la hija del propietario, que no cesó en poner verde a su progenitor; "Mi padre bebe, fuma y no limpia".

Cuando Chicote se sentó dispuesto a comer vio que faltaban casi todos los platos que se anunciaban en la carta; ni rastro de pescados, gambas, calamares o anchoas. Le sacaron una "coca" y el chef soltó; "Este es un trabajo duro, pero más dura está la coca". Judit le advirtió a su padre; "Está poniendo cara de asco por la mierda que le estamos dando"."Se creen todavía que me la pueden colar", dijo Chicote con el ego disparado.

Aunque lo más fuerte faltaba por llegar; la cocina estaba como una braga. "¿Cuando limpias esto?", preguntó el chef. "Una vez al mes", le respondió Pep. Entonces Chicote comenzó a hacer lo que más le gusta; meter la mano por todas las rendijas y sacar mierda.
Judit y su madre-que es a su vez ex de Pep- se hicieron las sorprendidas, para acusar de guarro al "malo de la película". "Hay ADN de animales precolombinos", remató el chef.

"Está sucio, no hay excusas posibles", reconoció Pep. "Vaya pozo de infección hay metida en la cocina. Ya como huele dan ganas de salir corriendo. Es como la cocina de Mordor. Es la cocina más sucia que he visto en Pesadilla en la cocina". Pep se cabreó y salió de la cocina con aires destemplados y entonces su hija hípster soltó; "Me da vergüenza lo que ha pasado hoy".

No se puede negar el descuido de Pep en el negocio, pero la responsabilidad de la tal Judit es evidente, por mucho que le quisiera echar toda la culpa a su padre. La cocina estaría mil veces mejor si ésta invirtiese el diez por ciento que dedica a comprar y elegir esos "modelitos hombrunos" en limpiar.

El primer servicio fue, como siempre en este programa, un auténtico desastre. Toda la culpa de los fallos del local cayeron sobre Pep. La idea del programa parecía que era humillar y ridiculizar a un pobre cincuentón alcoholizado, gracias a la complicidad de su patética hija y de Chicote, que soltó frases tan lamentables como esta; "Es la primera vez que veo cocinar a un zombie".
La hija lo remató a lo Bruto; "Me das pena. Me avergüenzo de la cocina y de perder clientes". Ella no se avergüenza de no limpiar y no comprar. Ella lo único que quiere es servir cuatro mesas, lucir fachada e insultar a su padre. 

La ex mujer de Pep y madre de Judit también ayudó al linchamiento; "No ha sido ni un buen padre ni un buen marido. Todo han sido cuernos y a mí me ha endeudado hasta el cuello"
Al día siguiente Pep confirmó que el negocio tiene una deuda de entre 15.000 y 20.000 euros. Judit prosiguió con el ataque sobre la vida privada de este señor; "¿Esto te lo has gastado en casinos, en hoteles o en putas?". "En mantener a putas como tú", debería haber contestado el veterano cocinero, que estaba rodeado por dos brujas, que aprovecharon las cámaras para humillar a un pobre señor que debería huir lo más pronto posible de Zugarramurdi.

Pero por fin se vio que el único problema del negocio no era Pep. También lo era la hípster, con su desastroso control contable del negocio. No fue su único fallo, ya que después se olvidó de pedir vino y coca-colas; "Fallo mío", reconoció con su desagradable voz ronca. La diferencia es que su padre no metió el dedo en la herida y no se aprovechó de sus errores para soltárselos a la cara, que es lo que ella se merecía.

Después de solucionar la falta de comida y la falta de limpieza, llegó el tercer problema; los plomos de la luz comenzaron a fallar y "saltaron" en varias ocasiones, lo que provocó el enfado de Chicote; "Estas no son condiciones de trabajar y ya sé que cuesta un pasta, pero es lo que hay".

Tras una renovación patrocinada de los electrodomésticos de la cocina y de acortar la carta, hizo entrada Jordi Évole, la estrella invitada al último servicio del programa; "Como yo no tengo ni idea de esto me he traído a dos cocineros de verdad". Cuando el presentador de Salvados le interrogó por lo despistado que parecía el camarero Judit soltó; "Está un poco perdido y ha llegado tarde". Para criticar el trabajo de los demás no tiene precio...

Luego la que hizo una aparición estelar fue una de esas supuestas clientas que van a comer gratis a cambio de salir en la tele; "Esto es mahonesa, esto no es alioli", dijo indignada la actriz de relleno con frase. Estos escándalos precocinados en guión son ridículos, pero en Pesadilla... parece que no se han dado cuenta. Cuando Chicote provocó una vez más la reacción ajena con una bronca, la misma clienta dijo una vez más sobreactuada; "Decir en cocina que el entrecot estaba buenísimo". Dejaron de enfocar a la pelma, sus compañeros de actuación pidieron que saliese el cocinero-ahora tocaba decir que Pep había mejorado gracias a los consejos de Chicote- y todos aplaudieron. Pesadilla... como en Hermano mayor siempre se repiten esquemas.

Chicote remató la película; "Ahora veo mejor el restaurante y el objetivo está cumplido". Con dos cojones. Faltó el "y fueron felices y comieron perdices". Fin.





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