Según recuerda el blog TV Show de Terra, Crónicas Marcianas habría cumplido dieciséis años. Este programa revolucionario nos dio algunas de las mejores noches de la televisión y algunos de los momentos de mayor bochorno y de telebasura más baja.
En el momento en el que nació fue la alternativa a Pepe Navarro, "El negro pájaro del Mississippi", que había dejado la cadena amiga para emigrar a Antena 3-nunca se han sabido las razones de Telecinco para no renovar a Navarro, uno de los estandartes de su cadena-.
Sardá declaró en la presentación del programa: "El programa rozará siempre el larguero, pero sin buscar la provocación". El tiempo demostró que las personas cambian por dinero y audiencia.
A Javier tras una irregular carrera televisiva en paralelo a sus éxitos radiofónicos-en RNE y la SER- no le convenció en principio dejar su labor en la radio y en Moros y Cristianos para crear el programa marciano. Pero finalmente aceptó la oferta sin mucho entusiasmo.
En el primer programa de Crónicas.... el programa demostró que quería ser un espacio blanco e inofensivo; una entrevista a Maribel Verdú, un reportaje en avioneta con Miguel Durán, una tertulia sobre las crisis amorosas después de vacaciones y otra sobre fútbol. Los temas originales que utilizaba Sardá en la radio eran exportados a la televisión. Enfrente Pepe Navarro estrenaba campaña con Mario Conde chapoteando en las cloacas del Estado y a "La Veneno" interpretando el Kamasutra de un modo personal. Para los críticos no había color. Pero llegó otoño y Sardá quiso hacerse rápidamente competitivo y para ello utilizó el polémico caso Arny. Pero en diciembre la guerra de medianoche acabó precipitadamente; Antena 3 cancelaba por sorpresa La sonrisa del pelícano en pleno escándalo del vídeo de Pedrojota-Telefónica hizo circular el bulo que decía que Navarro iba a emitir la citada cinta-. A la cadena esa decisión le costó ocho años de sequía en las madrugadas-con más de treinta formatos testados y cancelados y patinazos de periodistas como Máximo Pradera, Jesús Vázquez, Mercedes Milá o Cristina Tárrega-.
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Las primeras Crónicas... combinaban algo de morbo con colaboradores de entretenimiento puro; Galindo, Manel Fuentes, Toni Clapés y más adelante Boris Izaguirre y Carlos Latre.
El nacimiento de Gran Hermano en el 2000 provocó un cambio de Crónicas, que endureció contenidos. Aunque el punto de no retorno llegó el verano de 2002; Sardá despedía a Galindo, Mariano Mariano, Rosario Pardo y Fernando Ramos. El circo mezclado con humor cambiaba hacia la telebasura más cruda. Para relevar a estos, Sardá, fichó a la Bruja Lola y a Pablo Sebastian, "El Pianista de Parada". Toda una declaración de intenciones.
Esa temporada el programa se apoyó en el éxito de Hotel Glam para romper audímetros. A partir de esa temporada Sardá viró hacia la carne cruda; batallas entre granhermanos, entrevistas rosas tipo Tómbola o freaks ridiculizados-la moda Tamara o los reportajes de Cárdenas, que acabaría justamente condenado por reírse de un disminuido mental-. Con estos cambios el programa pasó de un 30% a un 40 o incluso un 50% de share.
Esos años el programa se convirtió en el epicentro de batallas campales provocadas-por esa "preparación" previa Mariñas no llegó a colaborar en el programa pese a estar fichado y maquillado para debutar y por esa misma "preparación" Carlos Ferrando abandonó el barco, pese a cobrar un millón de pesetas por programa-. Esas batallas estaban comandadas por Coto Matamoros o Aída Nizar, que campaban a sus anchas mientras se llevaban una millonada, convirtiéndose en máximos exponentes del insulto y la humillación en televisión.
Recordando Crónicas Marcianas nos vienen a la mente el famoso "No a la guerra" contra Aznar-mientras los directivos de Telecinco paraban los golpes del Gobierno frente a Sardá, mientras soltaban lastre cancelando el CQC o cortándole la cabeza al jefe de informativos-. Nos acordamos de Sonia Monroy mordida "ahí" por una serpiente de Nacho Sierra. Nos acordamos de un Coto Matamoros idolatrado tirándose al excitado público. Nos acordamos de Sardá plantando cara a los directivos de su cadena-los dueños de ABC- con la famosa frase "Telebasura tu puta madre". Nos acordamos de la TVE de Aznar denunciando al programa por utilizar las imágenes de OT-el programa se hundió a partir de ese momento- y a Arús quejándose en TV3 tras pinchar Sardá una entrevista a Lecquio-la hipócrita TV3 se cargaría a Arús por esta entrevista después de haber aceptado su realización, en vez de denunciar a Telecinco-. O nos acordamos del descubrimiento esperpéntico de Laura Bozzo-y sus montajes en Sudamerica- o el de "La Pantoja de Puerto Rico".
También nos acordamos del despido de Carlos "El Yoyas" en directo, tras "romperle la boca" en un descanso a Antonio David Flores o el de Aída, que le dijo a un señor en silla de ruedas que se negó a saludarla; "Cada uno tiene lo que se merece". Sardá la llamó "hija de puta" y la despidió en directo. Cuando el share cayó, Sardá la volvió a fichar.
También pudimos disfrutar del mejor humor alternativo; las llamadas de Juan Carlos Ortega, los reportajes caóticos de Xavier Deltell, las mil caras de Latre o Leo Bassi con una boñiga de vaca explotada con petardos en su cara.
Sardá con una gran fortuna personal-con un sueldo de 10 millones de euros anuales- y deprimido tras la muerte de Joan Ramón Mainat-su amigo y confesor- decidió bajar voluntariamente las puertas de Marte. Había intentado en la última temporada rebajar contenidos e incluir más entrevistas y más política, que es lo que le interesa de verdad. Pero se cansó y dijo adiós. El programa era tan personal que Telecinco no quiso continuar sin él y desde entonces no ha apostado por ningún late-show de manera firme-y han pasado ocho temporadas-.
Sardá echó la persiana tras casi 1.300 programas y tras más de 3.200 horas en directo. Su última temporada la despidió con un liderazgo roturno-un 29,5% de share-. Buenafuente finalmente no consiguió convertirse en el tercer rey de las madrugadas-tras Navarro y Sardá-.
Desde su retiro voluntario, Sardá, ha vuelto con programas personales y menores donde ponía dos condiciones; ni plató ni maquillaje-pese a que se casó con su maquilladora-. Entonces parió productos menores; Dutifrí, Infilrados y Usted perdone-este caso en Antena 3-. También puso en manos de su amigo Vasile; fue jurado de Tú sí que vales y presentó La Tribu, una fallida nueva versión de Crónicas... cuatro años después.
En los últimos tiempos disfruta de su faceta de tertuliano para todo; en Julia en la Onda de Onda Cero, en Abre los ojos y mira de Telecinco-antes en El gran debate-, en Migdia en 8 TV, en El Mon a RAC 1 o en Divendres de TV3.
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