El posible suicidio de Mario Biondo, marido de Raquel Sánchez Silva y el comportamiento de Telecinco



Indudablemente hay una vergüenza social al suicidio. El entorno siempre lo niega para exculpar la conciencia colectiva del "qué pude hacer" o "por qué no era feliz conmigo". El acto de autofustigarse estropea más que arregla las situaciones personales.
Algo parecido ha debido sentir Raquel Sánchez Silva. Joven, guapa, presentadora de éxito y que conoció a su marido-cámara del programa- en Supervivientes 2011.
Tras conocerse el dramático suceso de la muerte de Mario el pasado jueves, los colegas de La Otra crónica de El Mundo, se tiraban a la piscina asegurando que un informe policial dictaba la muerte por ahorcamiento del cámara de 36 años-actualmente trabajaba en Masterchef-, y atribuía el suceso a los problemas sentimentales de la pareja recién casada hace menos de un año en Sicilia.
Compañeros como Jorge Javier Vázquez o Paolo Vasile "lloraban" la prematura muerte del marido de Raquel. Seguro que estos no entienden la información de El Mundo sobre la tragedía-Raquel dice que fue un desgraciado accidente, que eran muy felices y que las informaciones carecen de sensibilidad-.
Pero, ¿cuál hubiese sido el comportamiento de Telecinco si el suicidio se hubiese dado más lejano sentimentalmente? Pues hubiesen programado un especial suicidio veinticuatro horas al día, con entrevistas a los amigos, reporteros de AR revoloteando en el funeral, los de Sálvame especulando y haciendo polígrafos, Piqueras mostrando el charco de sangre y Anne Germain intentando contactar con el más allá.
Como Raquel es querida en la casa la respetan y la apoyan. Lo merece y así lo merecen todos los que sufren duros momentos en su vida mientras la telebasura intenta untar en las migajas de sangre. Descanse en paz.


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