Dos joyas made in Euskadi -El Conquistador y Robin Food-.















En ETB en los últimos años hemos podido disfrutar de un nivel de calidad muy difícilmente visto en otras autonómicas.
Han sabido reírse de sí mismos y de sus tabúes en el programa ácido y satírico Vaya Semanita, han producido grandes concursos como Date el bote, series de calidad como la veterana Goenkale o la comedia Mi querido Klikowsky o el fantástico espacio de cine y curiosidades La Noche de...
Ahora tienen dos joyas que suponen un soplo de aire fresco en la programación española.
El primero es el programa más visto de la cadena; el reality aventurero El Conquistador del fin del mundo que supera todos los domingos el 20% de share, siendo lo más visto de la noche en Euskadi.
La clave del programa grabado en La Patagonia que cuenta ya por su novena edición es la verdad y la superación de los concursantes. Ahí no importa si eres gracioso, te manejas bien con los pactos o caes bien al personal-no hay televoto hasta la final, ya que el reality está grabado desde hace meses-. Importa el esfuerzo personal y la pelea diaria.
En este programa no van frikis ni gentuza que quiere hacer bolos o ser famosa. Son la mayoría deportistas aficionados que buscan una experiencia enriquecedora.
Los concursantes para sobrevivir en el concurso tienen que superar unas pruebas físicas y no andan maquinando ni poniendo caretos a la cámara.
Para aliñar el reality está el genial Julian Iantzi y una serie de polémicos capitanes que suelen ser deportistas con mucho carácter-algunos conocidos a nivel nacional como Juanito Oiarzabal-.
El otro gran programa de ETB es Robin Food, un espectacular show de cocina diario cuya clave es su presentador David de Jorge.
Este orondo cocinero derrocha simpatía, buen humor, calidez y cultura. Se deja de cocina ortodoxa y de científicos culinarios para hacer recetas de toda la vida, combinadas con algunos toques exóticos y además nos hace reír con sus Guarrindongadas. Unas recetas horribles que mandan los espectadores sobre algunos vicios secretos-bocata de nocilla con anchoas o lentejas con mahonesa-.
Además es un cocinero sin complejos, que mete el dedo en todos los platos, que cuenta chistes heavys y que además mete alcohol en cócteles y demás recetas-cosa que no suele ocurrir con otros cocineros por la era del meapilismo y lo políticamente correcto que nos asfixia-.
Grande David de Jorge al que seguramente dentro de no mucho tiempo veremos en alguna cadena nacional con buen ojo.

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