La teledependencia pone en peligro clásicos futbolísticos.
El mundo del fútbol español tiene una peligrosa dependencia económica de los derechos que paga el fútbol. Ni el merchandaising, ni los abonos de los aficionados pueden dar una supervivencia "real" a las cuentas de los equipos.
La nueva estrategia futbolera introducida por Roures en nuestro país nos ha traído algunos cambios a peor. Ya no te puedes poner un domingo a las cinco de la tarde escuchando el "Carrusel" de turno con la quiniela en la mano. Ese mundo ya es blanco y negro.
El "gol en Las Gaunas" ha dejado paso a multitud de horarios que rellenan todo el fin de semana. Ahora las jornadas empiezan la tarde-noche de los viernes y concluyen la medianoche del lunes.
Así es imposible que nadie vaya habitualmente al estadio a un horario más o menos lógico o que rellene una quiniela, con hasta seis partidos de segunda división.
La asistencia a los estadios no deja de caer. Superamos el 70% de capacidad, mientras la Bundesliga alemana roza el 95% y la Premier supera el 90%.
Pero en estos países se cuida el producto, cosa que aquí no ocurre. En España tenemos diez horarios diferentes, mientras en Inglaterra tienen cuatro franjas horarias.
Además en Inglaterra hay un tope máximo de encuentros que se pueden emitir en televisión, para incentivar la presencia en los estadios de los aficionados.
Pero ahí podemos encontrar gentes a favor de esta nueva estrategia. Los enfermos del fútbol -como yo- podemos disfrutar todas las semanas de multitud de encuentros -antes apenas podíamos disfrutar de algunos resúmenes- por un precio bastante razonable -por poco más de dinero de lo que antes valía un partido en Digital +. ahora puedes tragarte 40 partidos mensuales-.
Todos los aficionados no podemos pagar las salvajadas que te piden los usureros de los presidentes de fútbol. Y no hay más que ver estadios como el Alfonso Pérez de Getafe o el Son Moix de Mallorca, semana tras semana vacíos.
Porque los precios que te piden son abusivos por las entradas. Una entrada cara de la Bundesliga es más barata que la más barata de cualquier partido española.
Pero ahí también podemos entender a los directivos, que quieren que la gente se abone durante todo el año y quien quiera acudir a uno o dos partidos anuales que pague.
Por ejemplo en la NBA las entradas son abusivas. Pero al menos guardan unos cientos a precios bastante prudentes. Para conseguir una hay tardas más que en una lista de espera de un hospital de Esperanza Aguirre.
Roures cuando aterrizó en esto del fútbol -comprando los derechos del Real Madrid gracias a una presión del Gobierno socialista a Caixa Catalunya para que les concediera un crédito millonario- dio por muerto el PPV. Y lanzó 'Gol T', y claro con un solo canal para dar todos los partidos pues había que estirar las franjas horarias.
La pasta de Mediapro y Prisa es muy necesaria para las cuentas de los clubes. Esta semana el 'AS' publicaba los ingresos del Atletico de Madrid y los derechos de televisión rondaban el 50% de estos -en equipos pequeños como el Rayo llegan al 80%-.
Mediapro en sus dos primeros años de aventura perdió más de 33 millones de € y pese a los rumores siguen teniendo la mayoría de ellos. Los rumores apuntan que en junio dejarán de pagar a los clubes por su situación financiera y que le "pasarán el muerto" a Prisa.
Roures y Cebrián llegaron a un acuerdo el pasado agosto por el fútbol. Prisa pagaba entre 450 y 500 millones anuales a Mediapro por todo el fútbol. Gracias a este acuerdo Roures aparcaba el proyecto 'Gol T' -ahora solo emite en TDT- y dejaba vía libre a 'Canal + Liga' para entrar en las plataformas ONO e Imagenio. Mediapro eso sí, se reservaba el partido en abierto -que ha dejado de ser un negocio para ellos y solo lo utilizan para potenciar 'Marca TV,como ejemplo de su poco seguimiento el último encuentro fue superado por las reposiciones de "Los Simpsons" en 'Neox'-, los resúmenes y los las ventas de derechos internacionales.
Lo bueno de estos acuerdos para ellos es que enterraban el hacha de guerra y dejaban esas subastas suicidas, en contra de cualquier criterio de rentabilidad, como años atrás entraron Polanco y Asensio.
'Digital +' pese a estos pagos -500 millones de € son casi la cuarta parte de sus ingresos totales- sigue siendo rentable. Ha sido en los últimos años una de los grandes focos de ingresos -junto al negocio educativo, mucho mayor que otros negocios rentables como las radios o 'El País'-.
La plataforma digital que intentó ser vendida hace un par de años sin suerte para salvar la grave crisis de Prisa -al final entró con fuerza Mediaset y amplió acciones Telefónica- pero no salieron adelante. Pese a estos beneficios para Prisa ha sido una oportunidad perdida para ser el gran negocio en comunicación de este país.
Las elecciones ganadas por Aznar en el 96 cambiaron todo. Porque el mundo digital no estaba en los planes de Polanco, que tenía el proyecto 'Cablevisión' junto a la Telefónica -empresa pública-.
Pero la llegada de Aznar impidió el desarrollo del proyecto -junto a la totalidad de alcaldes populares, excepto Gallardón-.
"El bigotes" privatizó la compañía, la vendió barata a sus amigos colocando de presidente a un amigo de pupitre, impidió 'Cablevisión' y cuando Polanco preparaba 'Canal Satélite' impulsó que sus amigos Villalonga and company entraran en una guerra estúpida, con la intención de dañar a Polanco a costa de las cuentas de la compañía de teléfonos.
Tras perder ambas plataformas mucho dinero, se fusionaron. Y Polanco intentó pasar sin suerte los clientes de 'Canal +' a su 'Digital +'.
Actualmente 'Digital +' cuenta con 1,7 millones de abonados a los que cobra de media más de 40 € -41,71- y gracias a estos el fútbol ha sido más o menos rentable los últimos años -compitiendo con la multitud de servicios que ofrecen ONO e Imagenio, esta última con políticas muy agresivas como regalar prácticamente su paquete televisivo, encima sin coste adicional del fútbol-.
Sí preocupa la afluencia a los estadios y los pagos de las teles también lo hacen las clásicas quinielas. Esta semana el pleno al quince se pagaba a 15.000 €. Mierda puta. Mucha menos pasta y más dificultad de acierto que otros sorteos.
Este año nos esterábamos que el pasado año La Quiniela facturó 360 millones de euros, por los 558 facturados en 2.008. Casi 200 millones de euros menos en solo cuatro años.
Una caída del 35% en tan poco tiempo es muy preocupante. La multitud de horarios no ayuda a este juego y tampoco lo hace que de los catorce encuentros principales, seis son de segunda.
El partido del viernes no se incluye en los resguardos para no perjudicar las mañanas de los sábados, la principal franja horaria de sellado que quinielas -las apuestas deportivas por cierto rozaron los 650 millones de euros de facturación-.
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