La dura infancia de los reyes de la telebasura.
Sardá y Jorge Javier han entrado en el ranking de los escritores más vendidos con dos duras biografías de juventud. Xavier publicó "Mierda de infancia", en la que contaba lo difícil que le fue vivir sin sus padres cerca, la enfermedad y muerte de su madre y la obligación de vivir con unos "falsos abuelos".
El de Jorge Javier -"La vida iba en serio"- ahonda en su eterna dificultad en ocultar su sexualidad -su padre murió sin saberlo a ciencia cierta- y en las dudas durante 7 años de portar el SIDA, tras desvirgarse sin protección con un hombre "de vida alegre", al que accedió tras leer un anuncio en un periódico.
Es curioso que los reyes de la frivolidad televisiva, los que más han inventado horas de circo catódico -Sardá guionizando peleas y Jorge cebando mentiras- hayan tenido una vida tan dura.
La mayoría de personas excesivamente frívolas lo son porque lo han pasado mal y como método de defensa o evasión se protegen con una apariencia happy.
Jorge Javier, que ya nos había demostrado lo bien que escribe en las columnas de "La otra crónica", demuestra en este libro que puede convertirse en un novelista con recorrido -con toques de Millás-.
En el libro, mezcla anécdotas familiares escatológicas, formas de ser curiosas de los que le rodean, un barrio marginal y deprimido, sus años en el Opus, en el que estuvo a pertenecer y una vida de continuas mentiras.
Jorge nos invita a un recorrido entre divertido y lúgubre -cuartos oscuros incluidos-, e intenta reconciliarse con su padre fallecido, al que nunca pudo tener al tanto de su vida "real" por miedo al rechazo, mientras homenajea a su madre por su espontánea forma de ser.
"La vida iba en serio" es una obra de rápida y entretenida lectura. Tan irregular como recomendables son algunos capítulos.
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