César Vidal, el amigo aburrido de Federico.





"La libertad tiene un precio" se llama el nuevo libro del tándem radiofónico Jiménez Losantos-César Vidal.
Llega después de obsequiarnos la pareja con cuatro tomos de "Historia de España", donde sostenían las mismas trolas de los Moa and company de que la guerra comenzó en el 34 y demás obsesiones conservadoras -criminalización del socialismo español o demonización de todos los nacionalismos, excepto el español, que es el más peligroso y el más criminal-.
Ahora en este género que se ha puesto de moda -las conversaciones de famosetes para trincar- se han tirado según ellos más de 20 horas perdidos en Segovia. Pobre Segovia.
Este género ha visto en los últimos tiempos charlas de borrachos entre Boadella y Sánchez Dragó -muy popular la confesión pederasta de este último- o sobre el encaje de Catalunya en España con Felipe González y Miquel Roca.
"La libertad tiene un precio" -Jiménez Losantos ex-adorador de Mao, siempre utiliza la palabra libertad- sostienen que ellos podrían perfectamente ser ricos, pero como se han negado a ser palanganeros del PP, pues no lo han sido. Y eso que Federico y el PP tuvieron el mismo discurso durante años. Eso que Federico va de desinteresado por la vida y ha obtenido gracias al PP de Esperanza Aguirre licencias de tele y radio -además de sustanciosas dosis de publicidad institucional-. Pero de eso, chitón.
En esta última deposición "libegal" para atribuirse la exclusividad de la independencia, se olvida el turolense que fue despedido de la 'Cope' por muchas cosas. Y entre esas cosas que no hiciera seguidismo de las políticas del PP parecía lo de menos. Sus descalificaciones a la izquierda en general, el chantaje a la derecha en particular, los acentos terroristas hacia los nacionalismos, las críticas a algunos sectores eclesiales y el insulto continuo a todo el que no estuviera en sus tesis, fueron el detonante.
O conmigo o contra mi. Así funciona este sujeto. Como un suicida que va conduciendo en sentido contrario e insulta a los conductores que van en la dirección correcta.
Desatado y prepotente, se creyó eterno en un momento con toda la influencia obtenida, que podía marcar el paso a media España sin presentarse a las elecciones. ¿Para qué?. Para eso tenía a la marioneta Mariano escoltado por Acebes y Zaplana, que estaban claramente a su favor.
Si a Federico las elecciones de 2.004 le dieron un gran ascenso a su carrera -pasó de ser uno más a ser el gran jefe de la oposición con los malos modos aprendidos de Antonio Herrera y SuperGarcía-, las de 2.008 supusieron el comienzo del fin. El PP volvió a perder y sin 11-M que culpar y Rajoy, como buen delfín se puso en manos del "gurú" de su jefe.
Arriola mandó distanciarse del guerracivilismo y moderarse hasta el extremo. La mejor manera de hacer oposición era no hacerla directamente. Perfil bajo, cero ruedas de prensa, nada de polémicas ni "manifas" con obispos y víctimas. Y ahí Federico sobraba.
Un par de años después y sin trabajo, tenía que fundar su propia emisora, sin ofertas que tantear.
A Federico lo acompañaron su inseparable César Vidal y Luis Herrero, este último tras ser expulsado de ese balneario llamado Europarlamento -donde trincan mientras esperan la muerte decenas de elefantes-.
Nacho Villa se había bajado del tren un cuarto de hora antes y como premio a la fidelidad a la empresa se quedó en las mañanas hasta hundirlas. Ahora dirige Castilla-La Mancha TV'. Igual tiene algo de razón Federico.
César llegó a Federico como tertuliano de "La linterna". Años después Barriocanal le insinuó a Luis que si él seguía en 'Cope' la empresa se iba a pique. Luis pilló la indirecta y Federico pasó a las mañanas.
A Apezarena le toco "La linterna". Y Federico sacó su lado sectario -aprovechándose de su popularidad- para presionar la promoción de su amigo César. Luego, como reconoce él propio Losantos en "De la noche a la mañana" también presionó para cambiar al jefe de informativos, al presentador de la mañana del fin de semana y hasta lo intentó con la tarde, pero la amistad de Cristina López Schlichting con Rouco bloqueó la jugada -Federico planteó bajarse el sueldo para fichar a Carlos Herrera-.
Para César es su libro 155 -no es broma-, llegando a publicar solo en 2.006 veinte libros. Tiene al negro contento.
Plagios, tergiversación de traducciones e imprecisiones en las referencias llenan su bibliografía. Era en el mundo editorial el típico historiador de tercera muy minoritario -hasta la fama radiofónica- que te escribe desde libros teológicos hasta libros de OVNIS -lo hizo-.
Cesar es capaz de convertir en su deposición "Paracuellos-Katyn", la siguiente cita del diario madrileño 'La Voz' en el 36;

Madrid será diezmado. De su millón de habitantes perecerá la décima parte.

César así la manipuló;

Hay que fusilar en Madrid a cien mil fascistas camuflados, unos en la retaguardia, otros en las cárceles. Que ni un quinta columna (sic) quede vivo para impedir que nos ataquen por la espalda. Hay que darles el tiro de gracia antes de que nos lo den ellos a nosotros.
 Maravilloso. Con esto todo queda dicho. Volviendo a "La libertad tiene un precio", ambos cuentan sus vidas. La de Federico es conocida. Y "emocionante" en cuanto al atentado que sufrió en Catalunya por Terra Lliure. César, como no quiere quedar como el amigo aburrido, desvela en este último libro que a él estuvieron a punto de matarlo en el pelotón de fusilamiento. Pero no una vez, dos en una semana escasa y que se libró de su suerte con dos discursos que convencieron a los "terroristas" centroamericanos.
"Hay gente que ha hecho de la mentira un negocio", dice en una entrevista promocional.
Hombre, sí al menos te forras pues está mal, pero es entendible. Pero mentir para hacerte el "guay" es triste. Muy triste.

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