Los que siempre ganan











En nuestro país siempre se ha admirado desde la distancia a Catalunya; su cultura, su manera de convertirse en pulmón intelectual de una España contaminada y gris de los 60 y 70-maravillosamente retratada en Platillos volantes de Aibar-, sus gentes abiertas, las Ramblas que no duermen, su delicioso mar, sus noches de golferío y desenfreno, etc.

Pero desde hace años los mismos que reivindicamos desde la izquierda el derecho catalán a primar su lengua denostada y prohibida en la dictadura, su rica cultura propia con el teatro maravilloso o los shows molineros para las clases populares, su rica colección de escritores y editores, nos hemos encontrado con una almendra amarga con leyes dictatoriales como el de dificultar la enseñanza pública en castellano, o el de rotular obligatoriamente en catalán, o el de emitir cine con subtítulos, o el de poner contra la espada y la pared a todas las radios nacionales para que produzcan ocho horas en su idioma materno.

Y el problema es el mismo que en el Franquismo; un nacionalismo excluyente que solo cree en la libertad cuando está en la oposición y que la libertad de idioma solo la proclama cuando le conviene.
El Dios intocable de esta secta es Jordi Pujol; un sujeto corrupto y ladrón que debiera haber acabado en chirona en el caso Banca Catalana -cuando repartían entre sus accionistas VIP 500 kilos anuales con un déficit de 11.000-, un señor que protegía a De la Rosa porque le financiaba, un señor que cuando las cosas iban bien repetía "Que buenos somos los catalanes" y cuando iban mal "Que malos son en Madrit". O sea la misma estrategia de los holligans de Fernando Alonso, que cuando ganan lo elevan y cuando pierde se cagan en la madre del caballo de Ferrari.

Pujol siempre ha reivindicado su españolismo, siempre ha desenfundado su capa de estabilizador nacional cuando apoyó al último Felipe y al primer Aznar, eso sí, sangrándoles en transferencias y pasta. En la vejez se ha disfrazado al independentismo, volviendo a sus orígenes juveniles como cuando escribía una hijoputez racista del nivel de Sabino Arana;

"El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido (…) es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido poco amplio de comunidad. A menudo da pruebas de una excelente madera humana, pero de entrada constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes: es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. E introduciría su mentalidad anárquica y pobrísima, es decir, su falta de mentalidad".

Esto pensaba Pujol, hasta que se tuvo que jugar las habichuelas con los votos de su autonomía, y se dio cuenta que con todo el charneguismo del cinturón industrial fiel al PSOE, le tenia que hacer el juego a los nuevos catalanes y eso le hizo desde bailarle el agua al PSA o apoyar al charnego tolerado Justo Molinero, que radia desde hace 20 años el folclore andaluz regado por las subvenciones y licencias de Pujol, al que invitaban como estrella especial en unos macroconciertos musicales que acababan con mitin para los de la "miseria cultural, mental y espiritual".

Y Pujol controlando todos los medios en los 80; con la creación de su TV3, siempre nacionalista, sus apoyos a Asensio hasta la guerra del fútbol o el apoyo de la gran La Vanguardia.
Este diario representó siempre a la burguesía catalana, con tintes liberales en sus inicios, pero los Godó siempre ganan y con la victoria del Generalisimo les devolvieron la propiedad después de la guerra, eso sí, tragándose al nazi Galisonga de director, que acabó huyendo apedreado en Barcelona.

Pero repito, los Godo siempre ganan y en la transición dejaron el facherío para apoyar el nacionalismo de Pujol y cuando después de veinte años los ciudadanos les dieron la espalda, se compraron la camiseta de ZP hasta que se hundió y han vuelto al redil de Ciu.

Ni siquiera Pujol nunca necesitó un grupo mediático afín, porque los controlaba todos y hasta hace solo un par de años no apoyaron su órgano de partido en papel, con la llegada de Ara, al contrario que el PNV que ha tenido que apoyar siempre a Deia, porque los vascos se empeñaban en comprar El Correo o El Diario Vasco, siempre centristas y españolistas.

Pujol intentó de todos modos imponer prensa y radio en catalán, cuando sus habitantes se negaban a leer algo que no fuera en castellano, echándole toda la culpa a los años de Franco -que es verdad que prohibió el catalán, pero eso sí, la SEAT se montó en Barcelona y no en Sevilla curiosamente-.

Pujol aprovecho victimizándose de todos los ataques de un nacionalismo aún más facha que el suyo; el nacionalismo español de Madrid que se ha empeñado siempre en insultar todo lo catalán, incluso con llamamientos al boicot a los productos catalanes.

El éxito del socialismo en democracia se basa en parte por esto, el que es el único partido mayoritario no nacionalista sin abrazarse en himnos y banderas, sabiendo que todo lo de un país que no sea personas es paisaje.

Godó fue siempre el principal bastón mediático de los Pujol, pero es normal aunque solo sea por negocio; en año y medio les han regado con 9 millones de euros de subvenciones.

El pelotazo de Godó


El Grupo Godó, editor de los periódicos 'La Vanguardia' y 'Mundo Deportivo', del canal 8TV y de las emisoras de radio RAC 1 y RAC 105, ha recibido casi 9 millones –en concreto, 8.715.700 euros- en subvenciones y ayudas del Gobierno de la Generalitat desde que el nacionalista Artur Mas accedió a la Presidencia de la Generalitat, el 27 de diciembre de 2010, esto es en los últimos dieciocho meses, a razón de casi medio millón mensual.
El Grupo Godó es, a gran distancia, el grupo mediático más beneficiado por estas ayudas y subvenciones concedidas por el Gobierno de CiU de forma arbitraria, y en algunos casos sin publicidad alguna.

El 40% de las ayudas a los medios de comunicación catalanes

Durante el ejercicio presupuestario de 2011 el Grupo Godó recibió el 40% de las subvenciones concedidas por el Departamento de Presidencia de la Generalitat a los medios de comunicación catalanes, ya sean estos de prensa escrita, Internet, radio o televisión. El conjunto de estas subvenciones y ayudas fue el año pasado de 3,64 millones de euros, de los que 1,45 millones fueron a parar al Grupo Godó: 273.000 euros de los 667.000 otorgados a canales de televisión –el 34%-, 309.000 de los 493.700 euros concedidos a las emisoras de radio –el 63%-, 815.000 euros del 1,86 millones otorgados a los dos rotativos del Grupo Godó -La Vanguardia, 715.700 euros, fundamentalmente destinados a la edición en catalán- y Mundo Deportivo, otros 100.000 euros-, sumando entre ambos periódicos el 44% de estas ayudas, y 55.000 euros más dados a las ediciones digitales, el 9% del total.


5,5 millones para la rotativa de la edición de La Vanguardia en catalán

En unos tiempos como los actuales, de restricciones y austeridad en casi todos los sectores, el mismo Gobierno de la Generalitat presidido por Artur Mas ha concedido la nada despreciable cifra de 5,5 millones de euros a la empresa Cre-a Impressions de Catalunya, SL, presidida por Javier de Godó, con el objetivo de ampliar “la planta de impresión de la empresa para la edición de La Vanguardia en lengua catalana”.

Lo más curioso es que el comité de empresa de Cre-a Impressions de Catalunya convocó el pasado 14 de junio una huelga de diez días a causa de la presentación de tres expedientes de regulación de empleo que han echado a la calle a 29 trabajadores, pretenden rebajar en un 25% el sueldo de otros 24 trabajadores y aspiran a la modificación sustancial de las condiciones laborales del resto de la plantilla de la empresa, con la inaplicación del convenio laboral vigente hasta el pasado 24 de junio.

Otros 2 millones concedidos sin publicidad

Otra de las empresas del Grupo Godó beneficiadas también por el Gobierno de CiU durante los últimos meses es Publipress Media, presidida asimismo por Javier de Godó. Esta empresa recibió casi 2 millones más –para ser exactos, 1.999.828,60 euros-, para la emisión, a través de las emisoras del Grupo Godó, de “cápsulas y microespacios divulgativos de interés para la ciudadanía” –es decir, publireportajes dedicados fundamentalmente a cantar las excelencias de la gestión del Gobierno de la Generalitat. Esta adjudicación se realizó mediante un procedimiento negociado sin publicidad, esto es con un único licitador, el Grupo Godó. El mismo grupo comunicacional obtuvo otra ayuda de 500.000 euros destinada a sus emisoras de radio.

Unas ayudas “razonables”

El portavoz del Gobierno de la Generalitat, Francesc Homs, preguntado en una de sus más recientes conferencias de prensa sobre las ayudas y subvenciones concedidas al Grupo Godó, las calificó de “razonables”. No opinan así los restantes grupos mediáticos catalanes ni los partidos de la oposición en el Parlamento de Cataluña. Sobre todo porque en una situación como la actual, con incesantes recortes en todo tipo de prestaciones sociales, sanitarias y educativas, el secretario de Comunicación de la Generalitat, Josep Martí, no solo se desdijo recientemente de su anterior decisión de imponer una suerte de moratoria en este tipo de ayudas y subvenciones a los medios de comunicación catalanes sino que anunció que aumentarán durante este año. Habrá que ver cuál será este aumento y si el Grupo Godó se llevará de nuevo la parte del león.

La Vanguardia, ¿un diario gratuito?

Más allá de estas ayudas y subvenciones directas, hay que destacar que las más importantes instituciones públicas gobernadas actualmente por CiU –esto es, tanto la Generalitat como el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona- han convertido a La Vanguardia en el “diario gratuito” por excelencia. Según el último estudio de difusión hecho público por la OJD, prácticamente un tercio de la tirada actual del ya más que centenario periódico del Grupo Godó es distribuido gratuitamente. En concreto, sobre una tirada total de 172.813 ejemplares, 57.209 son distribuidos de forma gratuita. Nada tiene ello de extraño, ya que en la actualidad La Vanguardia se distribuye de forma habitual a los usuarios de los Ferrocarriles de la Generalitat y Rodalies Renfe, así como en ambulatorios, hospitales, bibliotecas y universidades, y también es entregado de forma gratuita a los visitantes del Parque de Atracciones del Tibidabo o del Zoo de Barcelona.

¿Beneficios o subvenciones?

Durante el ejercicio de 2011, a pesar de la grave crisis económica que afecta de forma muy dura al conjunto de los medios de comunicación españoles, el Grupo Godó obtuvo unos beneficios de 7,216 millones de euros, una cantidad ligeramente inferior a los 8.715.700 euros que el mismo grupo editorial recibió en concepto de ayudas y subvenciones del Gobierno de la Generalitat. Así consta en las cifras registradas por el mismo Grupo Godó en el Registro Mercantil de Barcelona. A destacar que en 2011 los beneficios del Grupo Godó se redujeron en un 32,9% respecto a 2010, cuando obtuvo unos beneficios de 10,749 millones. Los principales beneficios correspondieron en 2011 al Mundo Deportivo -2,881 millones-, Prisa Radio -2,188 millones- y Mundo Revistas -0,993 millones-, mientras que las pérdidas principales se produjeron en la ya citada Cre-a Impressions -2,327 millones- y sobre todo en el holding audiovisual del grupo, Catalunya Comunicació -2,930 millones.







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