Si hace unos años alguien nos a decir que el principal grupo de comunicación, cultura, entretenimiento y educación de este país está al borde del abismo, lo habríamos tratado por loco.
Lo imposible ha llegado, Prisa propietaria del mayor grupo editorial, del principal periódico de los últimos 30 años, de la principal plataforma de televisión de pago y con un dominio en la radio aplastante, está viviendo sus peores momentos de su historia.
Y los está pasando porque después de consolidar el principal grupo mediático nacional, sus directivos han actuado de suicidas peligrosos apostando las joyas del abuelo a la ruleta de la bolsa.
Desmantelando la gran joya.
No me gustan los bares de borrachos por los discursos fáciles que arreglan el mundo.
Cebrián tiene su discurso propio para beneficio de su bolsillo y de sus amos de Liberty; 150 despidos en El País y una bajada de sueldo general del 15% para los que sigan.
De redactor jefe para arriba (incluyendo a dos corresponsales, uno de ellos definido como "extraordinario"), el expediente afecta a 8 de las 47 personas en nómina.
- De los 45 jefes de sección, 11 quedan afectados por el ERE.
- De los 35 subjefes, 14 son los afectados.
- De 35 redactores de libre disposición, 13 serán despedidos.
- De 148 redactores A (según convenio), los afectados son 45.
- De 13 redactores B, hay 6 afectados.
- De 9 redactores C, 2 serán despedidos.
- De 38 redactores D, 9 afectados.
- Redactores de un año, un afectado.
- Servicios auxiliares de redacción: de 56 trabajadores, 35 afectados.
- Área de gestión: de 30 trabajadores, 4 afectados.
Los obreros del diario han respondido con protestas y preparan 20 días de huelga, en dos tandas de diez días, dejar de firmar informaciones, la reprobación del consejero delegado y varias acciones especiales.
A por Janli.
La asamblea de los trabajadores ha reprobado al director fundador del periódico "por su falta de lealtad a la plantilla y su nefasta gestión" y le han exigido que devuelva la pasta que se ha llevado en los últimos tiempos.
"Necesita entregar nuestras cabezas a don Nicolas Bruggen, el financiero al que ha malvendido el control de la empresa. A cambio, está recibiendo uno de los sueldos más elevados de todos los directivos europeos".
Los recortes propuestos afectan a casi el 35% de la actual plantilla y para muchos la calidad de El País se verá afectada por este sangriento tijeretazo.
El jeta millonario.
Con un "doloroso pero necesario" se excusa Cebrián de esta escabechina, además se refirió a todos sus amigos que serán despedidos, y que para el supone un mal trago, eso mientras prepara su fuga a Nueva York, donde ha adquirido un lujoso apartamento para contar sus billetes desde la distancia.
Lo que no le supone un mal trago es cobrar al año más de 13 millones de euros por hundir al grupo, una pasta que a El País ingresa en publicidad en dos meses. Osea que el tipo se lleva una sexta parte de toda la publicidad vendida en el periódico y encima responde cuando le preguntan por su sueldo que "es un sueldo de mercado". "No podemos seguir viviendo tan bien", dice. Algunos sí, Janli.
Un monigote de director.
Javier Moreno se está cubriendo de gloria en este caos, mientras redacta la lista de apuñalados en el ERE amenaza a los periodistas que dejen de firmar sus informaciones, y estos lo han denunciado por acoso laboral.
Todo esto un cuarto de hora antes de irse a la puta calle, porque la cabeza de Moreno está colgando de un hilo desde hace varios meses. Osea que su trabajo de mercenario será recompensado con un buen finiquito.
Una triste excusa.
Cuando El País lleva 30 años ganando dinero -en 2.005 casi 150 millones de €- es triste que pongan la excusa de que en un futuro próximo va a dejar de ganar dinero, porque al final los trabajadores del periódico van a pagar el desfalco de inversiones de Cebrian y los Polanco.
Juan Luis se olvida que con su sueldazo se pagarían 275 nominas en la empresa.
Pero es más fácil mandar al paro a 150 tíos que despedir al culpable del desastre.
Comunicado del Comite Intercentros.
Los periodistas y la plantilla de EL PAÍS hemos decidido mostrar ante la opinión pública nuestra reprobación al presidente del diario EL PAÍS y presidente ejecutivo de PRISA, Juan Luis Cebrián, en los siguientes términos:
Consideramos inmoral y contrario a los principios deontológicos recogidos en el libro de estilo que el presidente se embolse millones de euros mientras intenta despedir a 149 compañeros. La causa no es la gravedad de la crisis ni la bajada de ingresos. EL PAÍS no tiene pérdidas. Necesita entregar nuestras cabezas a don Nicolas Berggruen, el financiero al que ha malvendido el control de la empresa. A cambio, está recibiendo uno de los sueldos más elevados de todos los directivos europeos.
Los periodistas y la plantilla reprobamos las declaraciones de Cebrián, el pasado viernes, en las que consideró que los mayores de 50 años no pueden tener “los perfiles profesionales para el modelo de periódico que queremos tener”, así como el hecho de que haya amenazado con acusar de sabotaje a aquellos periodistas que retiren la firma de sus informaciones como muestra de protesta ante el despido de 149 compañeros.
La plantilla reprueba, por último, que a pesar de la nefasta gestión realizada en PRISA, y de haber perjudicado a los accionistas del grupo, tanto en Madrid como en Nueva York, el señor Cebrián se haya embolsado 13 millones de euros en el ejercicio de 2011, y que se haya aumentado en un 30% los bonus para 2012, según consta en la documentación enviada por la misma empresa a las Comisión Nacional del Mercado de Valores. Todo ello, tras haber llevado el precio de la acción de 19,70 Euros a 0,30 céntimos.
Por todo ello, los periodistas y trabajadores de EL PAÍS exigimos a Juan Luis Cebrián que devuelva buena parte de los millones que se ha llevado estos años con el fin de ayudar a facilitar el futuro de esta empresa y recupere un mínimo de la dignidad que se está dejando en el empeño de despedir a uno de cada tres trabajadores de EL PAÍS.
Los primeros 36 años de EL PAÍS constituyen la historia de un éxito indiscutible. Para explicarlo, hay que conocer el compromiso con este proyecto de toda la plantilla. Trabajar en EL PAÍS ha sido siempre algo más que un empleo. Es además un motivo de orgullo y responsabilidad. En los momentos actuales de dificultad económica, precisamente cuando más necesario es ese compromiso en todos los estamentos del periódico, los trabajadores comprobamos con estupor e indignación creciente cómo cada semana el presidente de EL PAÍS y consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, descalifica nuestro trabajo, denigra públicamente el periódico que debería defender con uñas y dientes y se burla de los centenares de miles de españoles que a diario acuden al quiosco para pagar por el producto que hacemos entre todos.
Nuestro compromiso con EL PAÍS no está en cuestión. Tampoco nuestra responsabilidad para sostener la empresa y seguir sacando adelante un producto informativo que ha contribuido a elevar la calidad de la democracia en España. Ahora creemos llegado el momento de que el señor Cebrián demuestre la suya.
Firmado: el Comité Intercentros en nombre de los trabajadores de EL PAÍS.
Estefania se rebela.
En la reunión del pasado martes de los cargos directivos del rotativo acabo con una fuerte bronca entre Cebrián y Joaquín Estefania, cuando este último exclamo; “El despido de 150 personas puede suponer un desgarro moral que puede afectar al deterioro de la calidad del periódico de manera irreversible”.
Muchas voces calificaron en la reunión al ERE de "desproporcionado" y los que mandan se excusaron con las cuentas del grupo, todo eso sin admitir errores propios, por supuesto.
Dardo de Elvira.
Una de sus columnistas estrella, Elvira Lindo lanzó un dardo envenenado a Janli en su articulo del miércoles pasado.
"Eric Kandel, 83 años, premio Nobel de Medicina, dirige un equipo de neurociencia en la Universidad de Columbia. Woody Allen, 67 años, director de cine con un ritmo de una película al año. Philip Roth, escritor, 79 años, su etapa de excelencia creativa tuvo lugar a partir de la década de los noventa. Charlie Rose, 70 años, presenta el programa más respetado de entrevistas de la televisión pública americana. Alice Munro, 81 años, la Chéjov canadiense, su último libro Demasiada felicidad se publicó hace tres años.
Son personas que han dado lo mejor de sí mismos después de los 50 años. ¿Por qué entonces se considera que los periodistas están acabados a partir de esa edad?".
Las preocupaciones de Cebrian.
Sus preocupaciones no son rebajar despidos por supuesto, son amueblarse la nueva casa y pedirle a los sindicatos que no armen bronca, así lo cuenta ECD;
"Según ha podido confirmar El Confidencial Digital, días antes del primer anuncio a los trabajadores de El País que tuvo lugar el pasado viernes, Juan Luis Cebrián mantuvo una cena discreta y reservada con Ignacio Fernández Toxo, secretario general del sindicato Comisiones Obreras.
El encuentro tuvo lugar en Madrid y trató sobre el plan de despidos que iba a anunciar el Grupo Prisa unos días después. Cebrián explicó la difícil situación por la que atraviesa la compañía y los términos del Expediente de Regulación de Empleo que se estaba ultimando.
El presidente ejecutivo de Prisa pidió comprensión y remarcó la importancia de que CC.OO. mantenga una actitud colaboradora con la compañía. Para el grupo, dijo, sería trascendental conservar la paz social".
Censura en la web.
En Eskup, la red social de El País censuró el pasado miércoles alrededor de 50 comentarios críticos en una entrada sobre la decisión de los redactores de no firmar sus entradas.
Como decían algunos comentarios brillantes. “Lo borran todo. Van a tener que incrementar la plantilla al menos en algo: borradores".
De puta a puta taconazo.
Maruja Torres puso a caldo a Cebrian esta misma semana en el auditorio de la Facultad de Comunicación de la UAB;
"La historia de El País es la de Saturno devorando a sus hijos. Cebrián nunca asumió no ser el hijo carnal de Polanco. Es rencoroso y pijo, pero un pijo sin conciencia.Decía que estaba salvando el periodismo, que había un cambio de paradigma. Mentira.Perdió 5.000 millones de euros jugando al capitalismo de casino, comprando radios en Miami y teles latinoamericanas que no valían nada. Quería ser un tiburón de Wall Street pero era una sardinita que todo lo hizo mal.Se pulió las ganancias del trabajo de todos nosotros en la aventura del mejor diario de la democracia española.
Cebrián era un quiero y no puedo, un cateto".
"Hay periodistas que sólo quieren ser jefes. Son los más mediocres y dóciles. Y ser jefe es lo más fácil del mundo. Cierto que hay mucha gente dando codazos y haciendo putadas para trepar, pero al final lo consiguen porque pese a que hay muchos se trata sólo de ir haciendo putadas e ir subiendo. En un mundo justo no sería así, pero la justicia hace tiempo que no está por las redacciones.
Yo formo parte de la generación que trajo la democracia, y éramos muy conscientes de que era eso lo que nos tocaba hacer. Ahora está muy claro que os toca a los que sois jóvenes acabar con esto. Sois claramente una generación destinada a hacer cambios.
Para ello debéis formaros y formaros bien, para cuando sea necesario barrer toda la mierda que nos están dejando. Y habrá que formarse mucho para barrer mucho. Leyendo a Zweig te das cuenta que incluso esos grandes imperios y esas clases burguesas del siglo XIX se descompusieron y tuvieron que ser sustituidas por algo nuevo. Ahora todo se está descomponiendo mucho. Vosotros tendréis que hacer ese proceso."
La hora de los buitres.
La gentuza sectaria de Telemadrid por supuesto ha aprovechado el momento para atizar a la izquierda desde sus informativos sesgados;
"El Grupo PRISA pretende despedir al 35% de la plantilla del diario El País. Un ERE que se va a practicar realizando precisamente la reforma laboral, que tanto criticó en sus páginas. El doble rasero del grupo que dirige Juan Luis Cebrián no es una excepción, quienes más se oponen a la reforma y a los despidos en general, no han tenido reparo en llevarlos a cabo. Desde UGT hasta Comisiones Obreras, pasando por el diario Público e incluso la productora de Andreu Buenafuente, El Terrat."
biutiful. sin más.
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