Cada uno con su guerra.





Los "liberales" han vuelto a la carga este fin de semana, esta vez con el rey como objetivo principal.
Así destripaba Federico en Libertad Digital al monarca y de paso al heredero;

Siendo penosa, antidemocrática y rabiosamente anticonstitucional la bronca del Rey ayer al Presidente del Gobierno por tener a Wert como ministro y a Wert como ministro del Gobierno de España (cinco horas después, desmentida a medias por la Casa Real) aún fue peor la reedición en papel cuché del Príncipe de Asturias del tomo en rústica de su padre.
Al Rey, despóticamente entrometido, puede excusársele –si es que queda alguien que lo quiera- por el desgaste propio de los años, el peso de su oscura fortuna o las malas compañías, íntimas cuanto onerosas. Pero al Príncipe puede achacársele algo mucho peor: seguir la torcida senda de su padre, que se resume en halagar a la izquierda y el separatismo mientras se preocupa de silenciar a la derecha nacional. El intolerable comportamiento del Rey ayer fue la prueba de que esta corona no merece la Jefatura del Estado. La locuacidad desnortada del Príncipe augura que el futuro Jefe del Estado Español no llevará corona, si ésta es incapaz de conservar la cabeza y de guardarle el respeto debido a la nación.

Su colega de cacicadas la emprende en el editorial de El Mundo de este sábado -recogido por El Plural-;

El editorial considera la actuación del Rey un error “primero por producirse en público, lo que ha hecho que se visualice que hay tensiones entre el Jefe del Estado y el presidente del Gobierno en un momento especialmente delicado para España. Pero también por cuanto el enfado de Don Juan Carlos tiene que ver con la respuesta política a la escalada secesionista en Cataluña, lo cual debilita al Ejecutivo”.
“Lo último que debería ocurrir a estas alturas es que el Jefe del Estado no respaldara a un Gobierno en su defensa de los derechos constitucionales” frente al “adoctrinamiento al que se somete a niños de 10 años en colegios de Cataluña” contra el que “el Ejecutivo hace bien en dar esa batalla”, sostiene el diario.
El periódico de Pedro J. se remueve también contra el Príncipe, que estuvo, según el editorial, “desafortunado” porque afirmó que “Cataluña no es un problema” y pidió “responsabilidad a unos y a otros”. Al heredero le reprocha que situara “en un mismo plano a quienes defienden la Constitución y a quienes tratan de destruir el Estado, incluida la propia institución monárquica”.

El Padrino IV; Vasile vs Pedrojota.

Así atizaba Telecinco en un comunicado las informaciones de El Mundo sobre la negociación del partido de España en Bielorrusia;

"La manifiesta intención de su titular de soliviantar a los españoles en contra de Telecinco, sin ningún intento previo de contrastar la información publicada, no puede sino responder a oscuros intereses de la editora del periódico, Unidad Editorial"
"Es falso, como publica el diario El Mundo, que Mediaset España haya negociado con SportFive la adquisición de los derechos del partido. Es falso que haya enemistad alguna entre SportFive y Mediaset España. Lo cierto es que todos los partidos se han negociado siempre de uno en uno, exclusivamente con la empresa italiana B4, con la que Mediaset España tiene firmado un acuerdo a tal efecto. Hasta tal punto, que el partido contra Georgia no fue comprado por B4 a SportFive, como se dice, sino a la empresa Infront".
"También es falso por tanto que SportFive haya acudido a Telecinco pidiendo los dos millones de euros que la cadena ofertó en un principio".
"Es falso que se ofertaran dos millones, como publica el diario de Unidad Editorial y también que Mediaset España haya pagado 1,5 millones de euros por emitir el partido de la Selección Española contra Georgia."
"Es falso que Mediaset España se sintiera engañada y estafada por una fantasiosa trampa que implicaba una supuesta oferta de TVE, porque a diferencia de lo que publica el diario El Mundo nunca ha negociado con SportFive estos partidos. Es más, Mediaset España dejó claro a B4 desde un principio que veía lógico que fuese TVE la que emitiera ese partido, en el caso de que pudiera asumir su coste."
"Es incierto que Telecinco, a través de Mediaset España, no quisiera "pagar más de 500.000 euros" por el partido de esta noche, una cifra de la que no se habló en ningún momento ni siquiera con B4, tampoco de una parecida."
"Lo cierto, y lo que se ha confirmado una y otra vez a lo largo de la semana a los medios, es que los partidos que la Selección Española juega fuera de casa se negocian siempre de manera puntual y de acuerdo a las condiciones que se plantean en cada momento en relación al precio, el horario, la situación del mercado o el interés para la audiencia."

Y en RNE preocupación de la clase trabajadora por el cariz que está tomando la emisora.

Ante los cambios que está sufriendo RNE en los últimos tiempos, un grupo de trabajadores queremos deciros que esta no es la radio que queremos hacer. Ni queremos esta, ni queremos la de Aznar, ni queremos la de Felipe. Queremos la de los últimos años. Esa que, por fin, era fruto del consenso obligado entre los partidos. Esa en la que la ideología quedó al margen y pu
dimos trabajar con libertad y con criterios exclusivamente profesionales. Esa que, siendo mejorable, nos situaba por primera vez cerca de los medios internacionales más avanzados y serios. Esa que ha sido reconocida dentro y fuera de España, y por gente de todas las ideologías.

Pero en un solo mes esa radio ha desaparecido. No sólo hemos vuelto a los tiempos de la manipulación y el sectarismo, sino que se añade algo mucho más grave: el hundimiento de la calidad. Y eso no tiene nada que ver con izquierdas o derechas. Desde nuestros sitios asistimos cada día atónitos, indignados y tristes a cómo se perpetra una radio que es de todo menos profesional. Una radio hueca en la que vuelve a primar el discurso oficial. Una radio en la que los temas incómodos para el gobierno desaparecen o son relegados, y los que son irrelevantes pero positivos para el ejecutivo, suben a los primeros puestos. Una radio en la que nos saltamos directos y ruedas de prensa fundamentales y, lejos de poner el grito en el cielo, nos damos palmadas en la espalda. Una radio de entrevistas pelotas y superficiales a la derecha y llenas de reproches a la izquierda. Una radio en la que los presentadores de los informativos (que, en su mayoría, no tienen experiencia en esa tarea) hacen editoriales y apostillan alegremente con opiniones, siempre del mismo lado. Una radio en la que hemos pasado de la exigencia y la seriedad, a la desorganización, el desconocimiento y la despreocupación.

Pero no sólo ha cambiado la forma de hacer la radio, sino quiénes hacen la radio. Porque aunque seguimos siendo los mismos, la mayoría están cambiados de sitio. Volvemos a aquellos tiempos en los que cuando llega una nueva dirección arrasa con todo y no por razones profesionales como dicen. Porque ¿quién se cree que se cambien todos los editores y presentadores de los programas e informativos, los nombres de los espacios, las sintonías, o incluso los jefes técnicos e informáticos sólo por razones profesionales? ¿Todos los que estaban eran malos? ¿Todos los que están ahora son mejores? Entendemos que una dirección debe rodearse de gente de su confianza, pero llegar a hasta ese punto no se explica si no es porque quieres poner “a los tuyos” y volver a utilizar la radio como tu cortijo.

Pues quienes piensan así deben saber que estamos hartos de que a los trabajadores se nos tenga por un ejército que está ahí para obedecer las instrucciones de unos o de otros aunque sean opuestas, ilógicas e injustas. Estamos agotados de que nuestras carreras profesionales fluctúen o ni existan por razones ajenas a nuestro trabajo. Por no aceptar órdenes políticas o porque otros las aceptan demasiado. Y lo que es peor, estamos tristes porque sabemos que no hay mayor mal para una radio que estar cambiando constantemente las voces, los programas y las formas. Porque así es imposible fidelizar oyentes. Y ahora que habíamos empezado a conseguirlo, volvemos a tirarlo por tierra.

Pero hay otra prueba de que los cambios no están motivados por razones profesionales: la redacción ha dejado de “sonar”. La espontaneidad, los debates, la tensión informativa… Todo ha desaparecido para dar paso a un silencio motivado por el miedo a las represalias. Porque ya hemos visto cómo muchos compañeros –directivos o redactores de base- han sido retirados de sus puestos “naturales” sin justificación y con formas un tanto mafiosas. A lo que hay que añadir una bajada de sueldo que asumíamos por cómo están las cosas, pero que ha empezado a irritar cuando, por ejemplo, hemos visto que la mayoría de los nuevos directivos están remodelando sus despachos (obra incluida). ¿De verdad es necesario? ¿No les parece un gesto de desprecio hacia sus trabajadores?

Y así van pasando los días y empiezan a normalizarse una mediocridad y una manipulación que, en absoluto, son normales. Ni debéis admitirlo los ciudadanos, que sois quienes pagáis esta RTVE, ni debemos admitirlo los trabajadores.

Por eso, ante la falta de reacción de nuestro consejo de informativos, hemos decidido actuar. Para hacer saber a los ciudadanos que no compartimos esta radio y que sabemos que estamos siendo el hazmerreír. Para decirle a la nueva dirección que manipular hoy en día, con unas redes sociales que te desmienten al minuto, solo nos lleva a hacer el ridículo. Para decirle al gobierno que cuando se permite semejante bajón en la calidad la audiencia huye y la radio no sirve ni para manipular (aunque quizá ese sea el plan: servir en bandeja su cierre). Y para decirles a los compañeros que somos más, que no nos pueden castigar a todos y que nos estamos jugando el futuro.

Como periodistas que defendemos la transparencia lamentamos tener que empezar de forma anónima, pero eso cambiará. Mientras tanto os dejamos una cuenta de twitter (@salvemosRNE) desde la que iremos denunciando todo lo que va pasando en RNE y desde la que, esperamos, vosotros también denunciéis. Porque estamos juntos en esto. Si una vez se consiguió una RNE de calidad, se podrá siempre.

Fdo:

El colectivo “Salvemos RNE”

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