Dos gurús y medio sembrando cátedra.





La grave crisis económica que parece no tener fin puede suponer en el mundo mediático que se adelanten los plazos de la muerte de los grandes gigantes del papel ante la interactividad y gratuidad de internet.
Pedro J. Ramírez escribe en El Mundo sus preocupaciones sobre el pasado, presente y futuro de la red, donde pone todas sus fichas a Orbyt y se autoflagela por haberse cegado por los millones de lectores online, que no han cubierto ni de lejos la decadencia económica del papel;

"Nuestros usuarios únicos mensuales han crecido de 20 a 32 millones. Deberíamos, por lo tanto, estar muy contentos pues gracias a este aumento espectacular de la audiencia on line son muchísimos más los ciudadanos que reciben las noticias a través de EL MUNDO.
 Sin embargo, los problemas económicos también se han acentuado. Tenemos más lectores pero menos periodistas porque hemos tenido que reducir nuestras plantillas. Llegamos a más hogares en todos los rincones del mundo pero tenemos menos presupuesto para mantener corresponsales y desplegar enviados especiales. En estas paradojas están los síntomas de la mayor crisis de la historia de la prensa. Y debemos reconocer que nosotros, como la práctica totalidad de los grandes periódicos del mundo desarrollado, no estamos viviendo una crisis coyuntural sino una crisis de modelo de negocio.
 La clave de la cuestión es que la pérdida de ingresos de nuestra actividad tradicional no está siendo compensada ni de forma remota por los nuevos ingresos que estamos obteniendo on line. Según el último informe del Pew Research Center, de cada 10 dólares que los periódicos norteamericanos perdieron en 2011 en anuncios impresos, sólo recuperaron uno en anuncios digitales. En esa tendencia tan negativa influyen dos elementos: la evolución general de la inversión publicitaria y la concentración de gran parte de la inversión on line en actores ajenos a los portales de noticias; en concreto en grandes buscadores como Google u operadores de redes sociales como Facebook.
En el caso de España los datos del sector son sencillamente dramáticos. En 2007 la inversión publicitaria total fue de 7.819 millones de euros, correspondiendo un 25,5% a la prensa escrita (o sea 1.993 millones) y sólo un 3.1% a internet (o sea apenas 242). Cinco años después, las previsiones son cerrar 2012 con una inversión total de 4.037 millones (muy poco más de la mitad) correspondiendo un 19,9% a la prensa (803 millones) y un 9,9% a internet (justo 400). O sea que los periódicos hemos perdido 1.200 millones, recuperando sólo una pequeña parte de esos 158 de incremento que ha tenido internet.
Los editores y responsables de medios con más éxito en la web debemos hacer una seria autocrítica por haber caído durante estos años en una especie de variante de la seducción de Siracusa que llevaba a Platón a visitar una y otra vez al dictador Dionisio y de la que tanto me ha hablado Carmen Iglesias. Era la fascinación ante esos millones de usuarios únicos mensuales que crecían exponencialmente. La soberbia de pensar que llegaríamos a competir con las cadenas de televisión como soporte para la publicidad de masas. El vértigo de captar gracias al idioma español cientos de miles de seguidores en países en los que nunca habían circulado nuestras ediciones impresas. El sometimiento a la tiranía numérica de las audiencias, sin darnos cuenta de que apenas el 3% de esos usuarios únicos era el que consumía el 50% de las páginas visitadas y que el resto eran transeúntes que tan sólo pasaban por ahí mirando los escaparates."

Gumersindo Lafuente -padre del éxito de ElMundo.es, de Soitu y del liderazgo actual de ElPaís.com- responde a algunas preguntas sobre la red en Jot Down, donde destaca que el futuro está en las pequeñas comunidades o nichos de mercados especializados;

"Da la sensación de que las viejas empresas editoras siguen mirando la carrocería de Internet cuando se trata de hablar de velocidad. Se centran en el soporte, en sus Orbyt o Kioskoymás, que al fin y al cabo son papeles de cristal líquido, PDF’s mejorados.
Entiendo que las empresas monten un Orbyt o un Kioskoymás, pero tienen que saber que esos pasos son miradas al pasado. Un intento de aprovechar al máximo las condiciones de comercialización de la antigua época. Si queremos pensar en el futuro, eso no sirve. Yo soy partidario de invertir lo justo en las miradas al pasado. La apuesta, muy costosa, en lo que inevitablemente muere no me parece un sistema muy inteligente de gastar el dinero.
Hablas de los “dinosaurios” de la prensa, que comandaron y comandan el sistema antiguo. ¿Pueden ellos llevar a cabo el salto mortal al que se enfrenta el periodismo?
Los dinosaurios no pueden renovar el periodismo. Ya lo hemos visto en el pasado. Los dinosaurios se extinguieron. Y lo de dinosaurios lo digo cariñosamente.
Seguro. Suena muy cariñoso…
¿Qué está ocurriendo? Los dinosaurios, o mutan o mueren. Para sobrevivir, han de mutar en ardillas, que es lo que pide el nuevo escenario. Animales más pequeños, extremadamente ligeros y capaces de reproducirse con mucha facilidad. Si una ardilla hace un experimento y no sale, enseguida habrá una multiplicidad de ardillas que probarán otras cosas hasta que salgan. Los dinosaurios, ante esa sensación de ser agredidos por nuevos actores que intervienen en un mundo donde ellos antes eran un oligopolio, generan capas y estructuras para protegerse. En este ecosistema tan complejo, tan pantanoso, los dinosaurios, cuantas más superestructuras generan, más se hunden. Más incapacidad tienen para moverse y para comprender. Y más posibilidades tienen de fracasar en el intento de dar ese gran salto a un nuevo mundo.
De hecho, los diarios llevan 15 años aplicando estrategias defensivas. Ahora recorto papel; ahora prescindo de tantos trabajadores; ahora me cargo un par de suplementos; ahora lucho por mantener subvenciones… pura supervivencia. ¿Alguno de ellos empieza a mirar al futuro? ¿A dar ese salto?
La mayor parte de los diarios, en España y en el mundo, salvo excepciones, adoptan efectivamente estrategias defensivas y de recorte frente a una agresión, entre comillas, del nuevo ecosistema. Se parece a lo que, durante muchos años ha hecho la industria de la música: negar la evidencia de que el sistema de comercialización es un escenario nuevo en el que las compañías productoras y distribuidoras han de cambiar radicalmente, y en muchos casos desaparecer, porque el sistema así lo manda. Es muy duro ver que los medios de comunicación, cuya especialidad es contar y analizar lo que ocurre, son los más incapaces de ponerlo en práctica cuando eso afecta a su propio oficio. Los medios saben analizar la realidad, pero no su realidad.
Ya estamos casi en esa tesitura. Me contaban que elmundo.es ingresó 20 millones en 2011 y costó diez. Pero El Mundo en papel perdió 14 millones. La pregunta clave es si elmundo.es podría ganar ese dinero sin el respaldo de El Mundo.
Claro que podría. El problema es cuánto dura esa transición. Lo que no puedes en esta circunstancia es detenerte. Y cada medio exige una respuesta diferente. Yo apliqué unas recetas con mi equipo en elmundo.es cuando llegamos, en junio de 2000, y en enero de 2001 éramos líderes por primera vez. Y lo mantuvo hasta enero de 2012, donde lo consiguió El País. Para recuperar ese liderazgo, en El País aplicamos una receta completamente distinta. Pero el debate sobre cómo se financian los medios no se puede arreglar con recetas simplistas como “ahora nos ponemos todos de pago.” Si fuera sencillo ya se habría hecho. Si no se hace es porque se hacen las cuentas y no cuadra."

Mientras Mario Tascón -ElMundo.es, LaInformación o el area digital del Grupo Prisa- era entrevistado en Periodista Digital donde presentaba su último libro y de paso atizaba a su ex-jefe Pedrojota;

"Escribir largo no siempre es escribir mejor. He visto en este país, quizás inauguradas por Pedrojota Ramírez, las entrevistas a los presidentes del Gobierno largas.
Había un momento en que era una especie de carrera entre los directores de periódico a ver quién publicaba más páginas con el presidente del Gobierno de turno que se entrevistaban. Algunas entrevistas eran, con todo el respeto del mundo, aburridas que ya en la tercera página uno ya no sabía muy bien por dónde seguir. A mí me parece que un esfuerzo del periodista que el lector agradece es el de sintetizar, también el de jerarquizar, el de resumir y el de entresacar.
Este movimiento hacia el cobro de los contenidos de la prensa de papel en su versión digital ya se dio en otras épocas. Ya se intentó. Ya al principio de los lanzamientos de las webs se intentó pero no se hizo, porque no se sabía muy bien, se intentó hacia los años 2.000 y poco, vuelve el mismo fenómeno diez años después.
Parte del problema consiste en que los editores no se dan cuenta que mucho del contenido que ofrecen en los periódicos impresos no tiene tanto valor en el mundo online, porque hay mucha más gente que lo está dando, y que lo da antes. Ellos mismos en la crisis han cercenado sus desarrollos, no tienen redes de corresponsales, no tienen tanto contenido propio como tuvieron. Su posibilidad de competir por un contenido de pago se ha aminorado
Los periódicos sin Google no son nada. Lo saben muy bien en Google y lo sabe muy bien también Pedrojota. El porcentaje de usuarios que le llegan a través de Google es muy alto, en un medio como el Mundo es en torno al 40%. Pedrojota y otros editores están ahora con la monserga de que ese tráfico que les llega es muy residual, que sólo llega a una página y se va. Que miran el escaparate y se van. Ahí tendrían que hacer un poco de autocrítica, tal vez mi escaparate no está muy bien.
Es un ecosistema en que se necesitan mutuamente. Yo he visto los esfuerzos que se hacen en las áreas digitales, en el mismo periódico de Pedrojota sin ir más lejos, por estar bien posicionados en Google para obtener tráfico."

2 comentarios:

  1. Esta claro que en pleno siglo XXI pudiendo obtener la información gratis en la web, es normal que la prensa escrita decaiga. Es que yo me pregunto quien sigue comprando prensa. Lo mismo que los discos.

    Además el problema se acrecienta en la situación que estamos viviendo desde el punto de vista del plano social. Los periódicos están llenos de periolist@s apesebrados que hacen cualquier cosa con tal de mantener el sueldo millonario. Me fastidia por la gente que trabaja en redacción y demás puestos menos conocidos y que ganan cuatro duros. Una pena.

    En el caso de El Mundo dan ganas de vomitar leyendo columnas en las que califican a los manifestantes del 25-S como violentos y antisistema. ¿Cómo puede ser posible estas descalificiones en pleno siglo XXI? Entonces toda España es una violenta y antisistema. Esto está generando un odio/distanciamiento entre los españoles ricos y pobres. Y por desgracia ya sabemos como acabó esto la última vez.

    La prensa no está sabiendo posicionarse en una postura reivindicativa contra la situación que estamos viviendo. Y claro eso pesa. Y yo que me alegro. A ver cuando se empieza a hacer periodismo serio en este país.

    Saludos Bloggeros.

    P.D. yo tampoco simpatizo con el spam que haces en radiochips, que conste.

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  2. Compramos prensa los nostálgicos del papel, que la nueva generación compre es absurdo y antinatural.
    Lo de El Mundo que nació reivindicado a la calle y ha acabado como un diario represor, es lamentable.
    Parece que La Sexta es la única que le está pillando el punto a estos movimientos ciudadanos.
    OK,gracias, me lo apunto y se acabó el spam.

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