Quince meses. Uf. Demasiados. Quince meses sin llevarnos a la boca un capítulo nuevo de 'Pesadilla en la cocina'. La razón de la espera fue que el inesperado éxito de '¿Te lo vas a comer?' la temporada pasada aparcó el retorno.
La Sexta nos sirvió ayer el estreno de su espacio más amarillo tras dos años cogiendo polvo en un almacén. La cadena sabía que teníamos hambre y nos sirvió pura crema. Una crema que quizás podría emitirse en Antena 3, anémica en prime-time.
Pesadilla en el Mosto Tejero
Chicote bajó a Jerez a conocer a Juanete, que derrochó una grasia que no se puede de aguantá. El propietario le esperó a la puerta entre rebujitos y varios imitadores de Cigalas palmeando. "Yo alguna copita me tomo", aseguró el jerezano.
Muy bien Juanete: la verdad por delante y tómate una Chicote. Y el chef que no: que trabajando no se bebe. ¡Tómate una, joder! Que no guapi. Venga, que tengo un vinate que me se va a picar ¡Qué si quiere bolsa, señora!
Juanete se queda frito entre vapores etílicos
El protagonista de la noche duerme junto al restaurante en una especie de almacén desordenado en el que ha puesto una cama para quedarse frito después de beberse el Ebro. ¡Qué no pare la fiesta! ¡Alegría!
Juanete le explicó a Chicote cómo son sus compañeros: a Antonio el camarero no le gustan los clientes. Joder, empezamos bien. Eso sí, aseguró el restaurador desveló que su cuate "es el mejor, es el que más bebe". De puta madre. La jefa de cocina, añadió, "es la que más cojones tiene". Esperemos que menos que el dueño del restaurante albanés que casi mata a unos turistas españoles este verano.
Juanete no conoce
Y Chicote erre que erre: Juanete, querido, que no te puedes poner como un general a diario, cacho cabrón. Y el jerezano le puso en su sitio: "Beber es un refugio mío". Cuando la poesía se impone sobran las razones. ¡Qué salga el sol por Antequera!
Entonces llegó la comida: Chicote probó unas croquetas "secas, duras y tiesas" y no se atrevió con unas albóndigas radioactivas. La estrella de La Sexta quiso ver qué artista había perpetrado semejante crimen: la cocinera, encantada cual Millán Astray en infundir miedo en Juanete. ¿Por qué pagar para ver en el cine el terror de Salamanca en el 36 teniendo esta dictadura del terror contemporánea?
Es que la madre de mi amigo Juanete me está volviendo loco... me está volviendo loco
Al 'Pesadilla...' solo le faltaban unos buenos personajes secundarios y entonces llegó ella: la madre de Juanete, que vació la cocina por turnos porque si no malmete contra los trabajadores de su hijo que no salen al comedor al rendirla pleitesía.
Juanete no se enteraba: él prefería a cooperar a agrandar los clichés del sur antes del primer servicio. Que fue de aúpa, porque una vez más bebió como un auténtico demonio. Los clientes no daban crédito: "El dueño es muy alegre". Buen eufemismo para esconder el estupor que causó entre el personal la curda que se enganchó el pájaro.
Segundo round
El propietario del Mosto Tejero había sufrido que varios compinches del programa/clientes se levantasen sin comer. Y en el segundo round la cosa fue in crescendo: Juanete llamó, qué menos, "hijos de puta" a sus empleados y protagonizó un lamentable intento de fuga en tractor. Casi se queda sin puntos y sin dientes, pero volvió.
Y lo hizo para terciar entre la batalla de dos camareros que casi llegan a las manos. Juanete, flotando entre copitas y disfrutando de la falta de sanción social que tienen los alcohólicos, les conminaba a que no se diesen de ostias. Chicote, ante una de las pocas verdades con las que se ha cruzado en televisión, estuvo en esta ocasión de chapeau.
El final de siempre
'Pesadilla en la cocina' sigue con su mecánica clásica: llevar la situación hasta el límite hasta que en el último servicio le piden al propietario del restaurante que se mesure. Eso y una manita de pintura ayudan a la supuesta revolución de Chicote, que aprobó con nota en el día de ayer. Solo faltó un envenenamiento generalizado con carne mechá.
Bronce para Juanete
Bronce para Orlando Ortega y bronce para Juanete en el histórico de 'Pesadilla en la cocina'. El oro sigue estando en manos de Cristóbal Berzosa, un alicaído amigo de Chicote que también se ponía piojo en el Yugo de Castilla. La plata, con merecimiento, sigue en manos del histrión de El Rocío: Antonio de La Concha.
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