Pedro Sánchez arrancó la legislatura que se consume con una pésima gestión de la renovación de RTVE (saqueada y manipulada por el PP), en complicidad con Pablo Iglesias, que demostró que tiene tics de la vieja política.
Y la legislatura se ha cerrado con el presidente del Gobierno gestionando de forma lamentable la organización de debates, anoche el primero con Rosa María Mateo y Eladio Jareño, comisarios políticos del PSOE y PP, recibiendo a los candidatos.
La cobertura de ayer de RTVE fue para enmarcar: Xabier Fortes estuvo impecable en su labor de moderador, la elección de los analistas y tertulianos fue muy acertada, y la televisión pública fue reivindicada antes y después del primer debate.
RTVE acertó al llamar a la tertulia posterior a Pedro J. Ramírez, cloaquil durante décadas, destapador en la madurez de la cleptocracia coronada y perseguido por el PP porque había comenzado a ejercer de periodista (lo hizo porque se quedó sin títeres en el Congreso).
El especial de anoche fue un mayúsculo ejercicio de periodismo, una mayúscula labor de cientos de trabajadores, y un notable producto de higiene que venía precedida por las brillantes protestas de los Consejos de Informativos y del propio Fortes contra la administradora única. Chapeau por RTVE.
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