Comedia, actualidad y poder

"No está la situación para bromitas", afirmó el jubilado que confundió a Joaquín Reyes con Puigdemont, Y es verdad. Pero las bromitas son peligrosas cuando tienen elementos actuales de por medio. Este próximo 10 de marzo se cumplen 20 años de la polémica canción "No te vallas de la COPE' dedicada por 'La parodia nacional' a Antonio Herrero y este hecho desató una tormenta mediática.

En la actualidad 'La vida moderna' y 'La resistencia' con Broncano, nuevo rey de la medianoche, 'No te metas en política', Mongolia o chicos malos tolerados como El Roto, Wyoming y Évole sortean la represión generalizada. Y es que la comedia se ha convertido en un coctail inflamable para los directivos televisivos.

Qué se lo digan a Javier Gurruchaga, que enfadó a los catalanes y su 'Viaje con nosotros' no tuvo segunda temporada. O a Wyoming, al que le cancelaron 'El peor programa de la semana' por si entrevistaba a Quim Monzó, que había bromeado sobre los Borbones, y el 'Caiga quién caiga', prenda de Vasile para salvar a Sardà.

También sufrieron palos 'Las noticias del guiñol', portada de ABC en su época o 'Vaya semanita', que conectaron con capas poblacionales jóvenes, elemento sensible para la clase política porque las nuevas generaciones son en su mayor parte alérgicas a la polémica y solo se informan por la sátira.

En TVE lo saben y desde hace tres décadas ofrecen el humor costumbrista de Martes y 13, Los Morancos, Cruz y Raya o José Mota, inofensivos todos ellos. Desde el siglo XIX, las láminas de los Becquer o el Trágala, el poder teme al humor y por eso los semanarios ácidos han sido reiteradamente secuestrados: El Cocodrilo sufrió dos prohibiciones en el 85 y 86 por injurias al Rey, una viñeta provocó un secuestro de Cambio 16 en el 76, El Papus fue secuestrado en dos ocasiones, y el Jueves logra el oro con unos secuestros y censuras que evidencian la situación de nuestras libertades.