La nefasta gestión directiva del Grupo Prisa ha provocado que el multimedia más influyente del panorama español se haya convertido en servil con el poder político y económico. De temido a temeroso, con deriva conservadora de la línea editorial de sus principales medios. De Pepa Bueno en 'Hoy por hoy' a las páginas de El País siguen al milímetro la caduca doctrina política que ha quedado por los suelos tras el ridículo de Susana Díaz.
Tan solo tres versos libres se escapan de esta dictadura neocon: 'La vida moderna', delicioso e irreverente espacio satírico antisistema donde Quequé hace bromas de Cebrián, Ignatius Farray lincha a la casta política y David Broncano se ríe de los tótems del establishment. En la Cadena SER también se disfruta de 'A vivir que son dos días', único espacio de la emisora que se libró del veto a los tertulianos de La Sexta gracias a los números y la reputación de su director, Javier del Pino.
También vuela libre 'El Roto', que con sus amargas viñetas cargadas de filosofía anarquista compensa desde El País la caspa que le rodea, caldo de cultivo donde brillan los eructos antipodemitas de Antonio Elorza. Y se libra de la dictadura Alfredo Relaño, que gracias a unos sobresalientes números sigue al pie del cañón, pese a los tentáculos censores de Florentino Pérez.
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