La actual cuadra directiva de TVE podría haber concluido su periodo con un poco de dignidad. Y es que ellos, conscientes de que Podemos y Ciudadanos contarán con menos presencia informativa en la Corporación pública de la que merecen, podrían haber compensado a ambas formaciones incluyéndolas en la ronda de entrevistas de Bertín Osborne.
Pero ni por esas, porque en TVE solo hay sitio para Pedro Sánchez, masajeado ayer por el cantante de rancheras, y para Mariano Rajoy, que prefiere comer pulpo con Bertín, bailar los hits de Salomé con la Campos y ser vacilado por Lama en la COPE, que anoche pagó una letra de la hipoteca de 13 TV, a acudir a los debates electorales de El País y Atresmedia.
Anoche Bertín, que le puso las cosas más difíciles a Jesulín que al líder de los socialistas, decrépitos tras traicionar a sus bases obreras y republicanas. Y es que a Sánchez le preguntó sobre la familia, la muerte del abuelo, la última vez que ha llorado o lo mal que lo pasó una vez que estuvo dos meses en paro.
Podría haber recordado Sánchez cómo pagó su chalet en Almería o lo bien que vivía de la turbia Caja Madrid, pero claro, Bertín, que dice que Esperanza Aguirre "es una crack" escogió el publirreportaje para seguir forrándose masajeando a lo más casposo del famoseo español con el dinero de todos. Lo seguirá haciendo mientras llama "imbéciles" y "sectarios" a Jon Sistiaga y Mariola Cubells, que osaron criticar su circo en la cadena pública.
Jon Sistiaga pone a caldo el programa de Bertín y a la vez asegura que no lo ha visto nunca ni lo verá porque su religión laica se lo impide. Él mismo se define con claridad sin necesidad del epíteto que le dedica Osborne. A la otra le pagan para eso, no para ser plural e imparcial
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