La COPE se politiza seis años después







Hace seis veranos el run run mediático fue la salida de Jiménez Losantos de COPE, emisora que también protagonizó el tema estrella en medios del verano siguiente, ya que en 2010 se produjo el desembarco del equipo de deportes de la Cadena SER. Y este verano la emisora episcopal también protagonizará uno de los temas estrella de las secciones de medios de cualquier periódico, ya que Carlos Herrera prepara aterrizaje.

Estos tres veranos han tenido en común el final de la COPE más politizada y la vuelta de este género como motor estrella. No nos engañemos, la emisora de la Conferencia Episcopal ha sido desde su nacimiento un altavoz de ideas conservadoras, con Luis del Olmo en los ochenta, Encarna Sánchez y Antonio Herrero en los noventa y Losantos y Vidal en el cambio de siglo.

La salida del turolense, que fue sin duda un gesto de la Iglesia ante Génova-no ante Moncloa, como se especuló-, fue seguida por un continuismo de perfil bajo liderado por Nacho Villa, estrella efímera ya que la temporada siguiente la propiedad intentó salvar a la COPE del hundimiento con la pinza Pedrojota-Buruaga por las mañanas y con los deportes de la SER. Lo primero se estrelló y los deportes van aparentemente bien pero no lideran.

Ya con Buruaga como piloto, fue ganando peso en la casa Radio Intelligence, consultora sueca que impuso sus tesis en COPE gracias al aval que constituyeron sus resultados en las musicales del grupo, Cadena 100 y Rock FM. Es por ello que Buruaga renunció el año pasado a seguir en la emisora, ya que el burgalés era consciente que tenía que aguantar un año como puente hasta Herrera, si éste llegaba, y sino iba a tener que tragar con la dictadura de los suecos.

Pero los suecos no has conseguido que su tesis sobre generalistas funcionen, ya que Radio Intelligence suponía que COPE iba a resucitar cargándose las tertulias políticas, imponiendo una radio aséptica, con contenidos express, con más expertos que tertulianos y con mucha participación del oyente. Pero los datos son los que son y Carlos Herrera pasará a llevar el peso editorial de la emisora. Con el andaluz compartirán parrilla José Luis Pérez, Expósito, que politizará unas tardes hasta ahora inofensivas, Colmenarejo, Cristina y Ramón García, estos dos últimos sin atribuirse a día de hoy las madrugadas y la mañana del fin de semana.

El golpe de timón que ha dado Barriocanal no es casual, ya que el fichaje de Herrera está muy ligado a Carmen Martínez de Castro y Moncloa, por lo cual se entierra la tesis de hace unos meses de la Iglesia con sus medios, de los que se cayó Alex Samanes, fundador de 13 TV, porque se pretendía hacer una televisión sin tanto peso informativo. Pero de eso nada, ya que parece que Urdaci, Isabel Durán o Carlos Cuesta, que ya se les daba por muertos en Boadilla, seguirán la temporada que viene. Está claro que COPE vira definitvamente hacia la derecha la próxima temporada, mientras Onda Cero puede perder perfil ideológico con su viaje hacia el centro-izquierda, posición que se confirmará si Monserrat Domínguez es la elegida para encargarse de La Brújula.

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