El portazo de Antich en La Vanguardia retumba en el tímpano de Godó










Mucho se ha dicho y escrito de José Antich, para todos el director decapitado hace año y medio en La Vanguardia por impulsar una deriva secesionista en la línea editorial del influyente diario catalán. Pero la vida de Antich, del que Iñaki Gabilondo dice que "escribía en Madrid con la elegancia y distancia de un corresponsal extranjero", parece que toma un nuevo rumbo tras su marcha del diario de Godó para impulsar un nuevo diario digital catalán.

Eso sí, antes de abandonar, Antich, que dirigió durante tres casi tres lustros los designios de La Vanguardia, ha enviado una comprometedora carta a sus ahora ex compañeros, en la que apunta entre líneas a los motivos de su marcha: "Un diario ha de avanzar por el carril central de la sociedad catalana. No nos toca a nosotros repetir una y otra vez que el objetivo es estar. Tampoco podemos pretender rebajar la espuma de los debates que hay en la calle como si un diario fuese un nivelador. Como si fuese el jarabe que se administra a los niños para bajarles la temperatura". Y añade, "por favor, no menospreciemos a nuestros lectores".

Aun así hay que recordar que su verdadera despedida fue hace más de un mes, cuando se conoció que dejaba la corresponsalía de París, puesto con el que el Conde le había compensado tras su destitución. En su última misiva enviada desde la Ciudad de la Luz se hizo ayudar de un socorrido paralelismo histórico para atizar al que hasta hace unos días ha sido su jefe, Javier de Godó: "El gran patriota lleno de abnegación era en realidad un colaboracionista sumiso al Rey del Estado vecino opresor". ¡Toma ya!

Ascenso y caída de Antich

Aunque ahora Antich se muestre como icono periodístico del separatismo, esa ideología no siempre la ha defendido escrupulosamente, ya que el puesto de director de La Vanguardia lo consiguió por mediación de Aznar, que tan solo nueve días antes de su nombramiento había conseguido la mayoría absoluta. Así lo recordaba Sostres en El Mundo: "Sus valedores ante el conde de Godó fueron el entonces ministro de Exteriores, Josep Piqué, y el líder de Unió Democràtica de Catalunya, Josep Antoni Duran i Lleida. Pujol, de fondo, daba su beneplácito (...) Cuando Antich alcanzó la dirección del periódico más leído de Cataluña fue la primera vez que CiU tuvo a un director afín, y a un editor abiertamente dispuesto a hacer negocios. Pujol, que siempre había querido controlar La Vanguardia, no había podido hacerlo con los directores Paco Noy ni Juan Tapia, que fueron los dos últimos directores que se basaron en el periodismo para dirigir un periódico, y no ese hacer equilibrios de Antich para el mejor rendimiento del chiringuito".

Cuando lo nombraron director el prosocialista El Siglo tituló "La Vanguardia se entrega", mientras que Mongolia hace un par de años le acusaba de haber recibido gratificaciones económicas periódicas desde el PP catalán de Jorge Fernández Díaz: "A finales de la década de 1980, cuando Jorge Fernández Díaz dirigía el PP en Cataluña, Antich, que cubría la información del partido para El País, recibía periódicamente sobres con gratificaciones, a menudo en efectivo, según han explicado con gran detalle fuentes conocedoras de las tripas contables de la formación. Estas ‘atenciones’, subrayan las mismas fuentes, eran especialmente suculentas coincidiendo con las campañas electorales. Fernández Díaz ordenaba que se le entregara un sobre repleto de billetes, que en ocasiones podía llegar a sumar el equivalente a media mensualidad de El País. En el dispositivo, germen de lo que ahora ha estallado para el conjunto del PP en el caso Bárcenas, participaban varias personas, entre la contabilidad interna, el ensobrado y el reparto".




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