Y Rosa Díez se quedó sin sus apoyos mediáticos







Corría el otoño de 2008 cuando Pedro J. Ramírez y Federico Jiménez Losantos, por aquel entonces los dos comunicadores más influyentes del centro-derecha español, se revolvieron contra Mariano Rajoy. La razón es que los dos principales prescriptores del conservadurismo patrio habían intentado descabalgar al gallego a lomos del 11-M para colocar a su idealizada e interesada amiga Esperanza Aguirre, que había renunciado a última hora a liderar el PP nacional por mantenerse en el suelo firme de la capital, a sabiendas de las dificultades que se iba a encontrar contra un líder enrocado y una estructura jerarquizada insalvable.

Enfadados con Rajoy, luego apuñalados y decapitados al frente de dos de los principales medios españoles, El Mundo y COPE, intentaron sustituir su calor al PP con un apoyo oportunista a Rosa Díez, que había conseguido un escaño con aquel marginal UPyD, partido nacido gracias a un interesado antizapaterismo calentado en la olla de medios como Telemadrid, que por aquel entonces contaba con la política vasca como cuota socialista. El que no apoyó la operación fue Intereconomía, por que la obsesiva cuestión abortista era irrenunciable por aquel entonces por el capitán de la nave, Ariza. Pero pasados los años y con el reciente sorpasso de Ciudadanos, tras las reiteradas calabazas de Díez a Rivera, ambos comunicadores se han posicionado al lado del catalán y en contra de la vasca, que el sábado pasado salvó in extremis un match ball con la cara descompuesta, que simplemente le sirve como cortoplacista salvavidas que seguramente no le asegure el futuro tras la previsible debacle de mayo. Eso sí, el percance electoral lo intentará salvar sin el apoyo de sus compinches de antaño, que hoy reniegan de ella y ayudan a vocear los pensamientos de la corriente crítica.



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