Revolución radiofónica a la vista; la SER, Onda Cero y COPE preparan un cambio completo de parrillas







Los directivos de las grandes empresas radiofónicas se han adelantado a la tradicional primavera y llevan varias semanas remangados preparando el plato que servirán la próxima temporada. Y es que las tres grandes emisoras privadas, SER, COPE y Onda Cero, parece que revolucionarán sus parrillas cara al otoño, no sabemos por qué. Y no lo sabemos porque el EGM dice que siguen fuertes, ya que entre las tres poseen las siete emisoras comerciales más escuchadas del país y según el estudio siguen con una salud envidiable, entre otras cosas porque la radio digital, que poblaría de competidores su camino, sigue sin implantarse por intereses, algo similar a lo dicen que le ocurre al coche eléctrico; la presión del lobby petrolero.

Aquí ocurre algo que se nos escapa, aunque quizás solo sea un cambio más de la transición que estamos viviendo y sufriendo. Porque es complicado de entender como la Cadena SER, que según el estudio de la AIMC arrasa rozando la mágica cifra de los cinco millones de oyentes, prepare, según dicen algunos medios, una revolución completa de los pies a la cabeza, parece que con la intención de volver a influir como hace una década y con la intención de reconciliarse con el tradicional oyente, votante del centro-izquierda. Pero es complicado redimirse de ese divorcio con directivos alejados de la realidad como Cebrián, que se llevó el año pasado 800.000 euros por objetivos mientras la empresa se desangra.

En Onda Cero, emisora que según Jiménez Losantos "el Gobierno se quiere cargar", aparecerán después de Semana Santa el nuevo tándem matinal; Carlos Alsina, que llega avalado tras más de una impecable década en La Brújula, y Juan Ramón Lucas, que regresa a las mañanas tres años después de su éxitoso ciclo en RNE. Parece que la intención de Planeta es testar y adelantarse al aterrizaje otoñal de Herrera en COPE, que sin duda eclipsaría su nueva mercancía. La operación, dicen que avalada por la gubernamental Carmen Martínez Castro, le ha valido al andaluz para que Losantos se le cambie de bando, sugiera un boicot contra la equis de la Iglesia y califique a la Secretaria de Estado de Comunicación como "jefa de recursos humanos de Barriocanal".

Por su parte la emisora episcopal se refuerza con el añorado Herrera, que ayer confirmó su millonaria pirueta con un "fue bonito mientras duró" y este viernes da más explicaciones a la vez que se despide. Con este fichaje la emisora episcopal tira por la ventana los cuadriculados informes de la consultora sueca, aunque las cifras manejas sobre el fichaje son complicadas de entender en su redacción, lastrada por recortes y despidos con la justificación de los socorridos tiempos difíciles para todos. Las únicas dudas de la emisora de los obispos son dónde colocarán a Expósito, al que premiarán por su impecable año de interino; y quién se ocupará de las noches deportivas, con Manu Carreño ganando enteros en la rumorología para sustituir a Larrañaga, incapaz hasta el momento de hacerle sombra a medianoche al clásico De la Morena.



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