La evolución de la prensa digital; de la precariedad y debilidad al rigor y libertad







El nacimiento de nuevos e impetuosos medios digitales contrasta con la agónica muerte de los medios del papel, inmersos en multimedias quebrados, hecho que les confiere una obscena debilidad a la hora de enfrentarse con el poder político y el económico.

Para comprobar la renovación de los digitales solo hay que observar el decimoquinto aniversario que ha cumplido Libertad Digital, medio que fue alumbrado tras el estallido de la burbuja puntocom del cambio de siglo y que comparte con sus coetáneos la extrema ideologización, la dependencia de las prebendas del poder político y una excesiva precariedad, que se evidencia en los "corta y pega" de agencias u otros medios.

Contaba Pedro J. Ramírez en el XVI Congreso de periodismo digital en Huesca, que ya solo sobreviven dos modelos posibles a la hora de financiar los medios digitales. El modelo francés de Mediaport, portal dedicado casi en exclusiva a la investigación libre, que supera los 100.000 socios, por lo que no ingresa ni un duro de publicidad ni le interesa. Y el otro modelo es El Confidencial, el invento de Jesús Cacho-ahora en Voz Pópuli-, que se ha convertido en medio de referencia con una línea editorial trasversal, cierto rigor y la fe de que los temas propios son más rentables a la larga que el corta y pega o el volcado de noticias desde medios del papel.

Y es que El Confidencial es a día de hoy un medio con más de cien periodistas en nómina, varios suplementos tematizados y varios pesos pesados del periodismo en nómina, todo ello gracias a que es un medio por un lado muy creíble y por el otro muy rentable, ya que en 2014 ganó 1,1 millones de euros. El digital nacional tiene cierta independencia gracias a que no está enfangado en deudas bancarias, a que lleva una década dando números negros y a que tiene un 70% de tráfico directo, es decir, sin sufrir la esclavitud del enigmático código encriptado de Google, de los agregadores o de los enlaces de las redes sociales. La fidelidad del lector ha convertido a un medio tan rentable que según Alberto Artero, director general del grupo, El Confidencial sobreviviría seis meses con todos sus empleados en plantilla aunque un veto publicitario los tirase a la lona.

Mirando el foco esperanzador de El Confidencial andan periodistas reciclados en empresarios, que han alumbrado en los últimos tiempos nuevos medios, la mayoría generalistas y con una línea editorial progresista. Es el caso de El Diario de Nacho Escolar, que en menos de dos años y medio se ha puesto en beneficios, en 2014 más de 300.000 euros antes de impuestos. Mucha importancia en estos números tienen los casi 11.000 socios que abonan cinco euros mensuales por tener los contenidos disponibles la noche anterior a su publicación en abierto, porque sus comentarios tengan relevancia, por no sufrir publicidad en su paso por la página y por recibir en casa Cuadernos, la publicación en papel de El Diario. Pero sobre todo se paga por compromiso ideológico y se paga por tener medios libres. Y es que estos casi 11.000 socios aportan casi la tercera parte de los ingresos totales, lo que le convierten de lejos en el "primer anunciante". El resto de ingresos son publicitarios, poco más de un millón de euros, que al compararlo con el millonario tráfico hay que advertir que la tarea pendiente de los nuevos digitales es conseguir monetizar el paso de sus lectores por su periódico.

Infolibre por su parte acaba de cumplir dos años bajo la dirección de Jesús Maraña, al igual que Escolar ex director de Público. De esta aventura es accionista y modelo la citada Mediapart, pero al contrario que El Diario, en Infolibre los socios tardan en llegar. Es quizás por ese motivo por el cual Infolibre perdió 736.000 euros en 2013 y 350.000 en 2014, mientras que en 2015 esperan ceder otros 120.000, aunque es cierto que está previsto que en este otoño electoral se llegue al break-even point o punto de equilibro financiero. El propio diario admite en los 5.500 socios actuales "son menos de los que nos proponíamos", pero aun así los 292.000 euros que aportan casi superan a los 309.000 de publicidad. Es decir, que Infolibre tiene la mitad de socios que El Diario y factura en publicidad la cuarta parte, pero aun así tiene buenas perspectivas.

Pedro J. Ramírez advierte que una mezcla de publicidad y socios es el elemento clave para el éxito, que es lo que busca El Español, medio que sin nacer ha recaudado once millones de euros entre la aireada indemnización de su fundador y los más de 5.000 accionistas que han aportado dinero, hecho que ha convertido a este medio en el recordman mundial de crowdfunding en medios de comunicación.

En los medios digitales estamos pasando de la Edad de Piedra a la de los Metales, hecho que se comprueba con la llegada de medios más serios, más rigurosos, menos precarios, y más independientes del poder político y económico. Algunos de estos nuevos medios, más ligeros y libres que los dinosaurios del papel, están dando beneficios a partir del tercer año en la red, hecho que a la larga marcará una diferencia con las mastodónticas cabeceras del papel condenadas a la extinción. El aumento de medios que dispensen y prescriban información propia es en parte a que la tecnología ha abaratado todos los costes, y también en parte a que los digitales disponen del 85% del presupuesto para su plantilla, mientras que en el papel no llega al 50%, lastrados por los costes de impresión y distribución, además de la comisión del vendedor.

Es cierto que tan solo hemos barruntado la transición del papel a la pantalla, pero la televisión y la radio también sufrirán sus propias transiciones en los próximos años. En el caso de la televisión, que aglutina más del 40% de la inversión publicitaria total en medios convencionales, la amenaza son los servicios a la carta de las plataformas de pago, la llegada de internet a los televisores de los españoles y sobre todo la profesionalización de contenidos en la red, todavía muy amateurs. A favor de impulsarlos podrían estar las grandes marcas, que conscientes de la pérdida de eficacia del tradicional spot o cuña en la sociedad-ya avispada de los engaños del mercado-, deberán volcar sus presupuestos publicitarios en patrocinar productos, eventos o servicios. En ello están.



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