Sobre el chantaje del capitalismo contra la democracia europea







Rumian los alemanes que si los griegos votan a Syriza, los griegos saldrán del euro. Como pueden comprobar, la condescendencia con la que hemos tratado a un pueblo que en apenas un siglo ha propiciado dos guerras mundiales con veinte millones de muertos, ha sido respondida con un sonoro tortazo. Este indigno chantaje alemán, propio de un país que ha creado ese ridículo entente llamado Europa para beneficio propio, es decir, para ampliar su campo de acción capitalista compensado con migajas al sur, es un proyecto similar al de la Alemania nazi, aunque a éstos últimos se les veía de lejos, pero Merkel tiene la cara dura de ir de demócrata de toda la vida.

Este chantaje a los griegos, que pronto será un chantaje a los españoles, significa que Alemania escupe sobre la voluntad del pueblo y se limpia el culo con la democracia. Los alemanes no quieren que Grecia pague la deuda como prioridad mayor, sino asfixiar a Grecia como algunas potencias asfixiaron a sus anchas Latinoamérica, retrocediendo hasta un colonialismo cruel y fascista.

Los alemanes, que gestionan esta casa de putas llamada Europa y han gestionado toda la vida ese puesto de guardabarreras a países interesantes para entrar en el proyecto del viejo continente, se han dado cuenta ahora que en Grecia no llevaban bien las cuentas, los pobres. Si Merkel quiere cobrar la deuda, debiera pedirle a sus amigos ingleses que devuelvan todas las obras de arte expropiadas a los griegos, así saldarían éstos toda la deuda con creces. La gran paradoja es que Grecia les perdonó deuda a los alemanes en el 53, pero la memoria no funciona en el mundo ultracapitalista.

En España, con el PSOE plegado a los alemanes como prenda al crédito de los sindicatos a Felipe y con la rancia derecha renunciando con una mano a la soberanía mientras que con la otra sostiene una banderita rojigualda, Podemos es la única hipótesis válida para salir de ésta, aunque algunos pretendan salir de ésta con maquillaje en las cifras del paro, ya que los recados de horas cuentan ahora con menos parados, y la precariedad y la pobreza laboral ni siquiera salen reflejados en estos estudios.

La derecha de Rajoy, insultantemente abstracta, ha perdido un partido proyecto fuera de control, que solo busca el poder, y que tal y como hemos visto en la retirada de la ley del aborto, ya no acepta ni a la Iglesia ni como tutora. Su único tutor válido es el dinero, que se han creído que les regala la Merkel disfrazada de Papa Noel.

La quita en la deuda, vendida por la prensa con un escándalo, a la vez que pregonan que ya hemos salido de la crisis, es algo común en miles de operaciones financieras de todo el mundo, pero en este caso es inadmisible.

Con esta operación de chantaje, Alemania se ha quitado la careta y ahora da evidentes síntomas de que le da igual el hambre griego, quizás porque los griegos sean menos europeos para ellos si no votan al candidato de la Merkel. “Si los griegos no tienen derecho a elecciones libres se acabó la democracia en Europa”, ha dicho un acertado Monedero.

Si los griegos aceptan el chantaje, además de ser conscientes de vivir en dictadura, se morirán de hambre durante décadas, mientras Alemania les obliga a reducir inversión en educación, como ha pasado en nuestra España, a la vez que Angela invierte cada vez más euros en las escuelas teutonas.

Podemos, hijo de los indignados y de la conciencia colectiva de los últimos tiempos, ha nacido tras la corrupción generalizada y la nefasta gestión del bipartidismo, que se ha olvidado de las clases medias y se ha vendido al capital, tal y como demostraron al alimón PP y PSOE con la reforma express de la intocable Constitución. A Podemos le queda un largo camino, ya que agotado el discurso sobre Venezuela y ETA, la caverna española, compuesta por el capital, que controla al PP, al PSOE y a los medios, intentará torpedear a Pablo Iglesias con el ejemplo griego, que seguro que cuesta arrancar con todas las zancadillas que tendrá que sortear. Suerte a los griegos y que se rompa el invento.



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