Cebrián barrunta la jugarreta de Alierta y Rajoy, que podrían rematar Prisa

Los últimos movimientos en la redacción de El País a lo largo del último año-la llegada de Caño, la salida de Cué como informador del PP o los ataques a Podemos-, pueden ser interpretados como una nueva muestra de la docilidad de Cebrián con el Gobierno, que tiene la sartén por el mango ante la arruinada Prisa.

El grupo, antaño líder de la comunicación de nuestro país, consiguió vía Soraya, que ya le había facilitado el canje de las entidades financieras de deuda por acciones, le abriese camino para deshacerse de esa lacra llamada Canal +. En mayo del año pasado, Telefónica anunciaba que se hacía con la operadora digital por 750 millones de euros, alrededor de la mitad de lo que pedía Cebrián seis años antes. Pero las restricciones impuestas por Bruselas, que podrían obligar a Competencia a que exigiese a la plataforma resultante de la fusión Movistar TV-Canal + a ofertar a sus competidores todos sus derechos deportivos y cinematográficos a precio de mercado, tal y como reclama Orange TV, pueden acabar haciendo naufragar la operación.

Y mientras Competencia estudia la fusión, Movistar TV se refuerza con derechos deportivos, cinematográficos y se hace con el catálogo de series de la HBO-Juego de Tronos-, arrebatado a Canal Plus. "¿Con qué motivo subastan para robarle derechos al Plus si va a haber fusión?", se preguntan en Tres Cantos. El problema es que la fusión no es demasiado interesante para Telefónica, que paga una cantidad astronómica por unos activos cuyo precio real son alrededor de cero-lo único interesante sería su cartera de clientes, pero el precio es desorbitado-.

Por lo tanto, mientras Movistar TV suma y sigue, en parte gracias a una ambiciosa campaña comercial que le ha llevado a duplicar abonados en poco más de un año-casi alcanzando las cifras totales del Plus-, el Plus se declara en stand by, ya que ni compra nuevos derechos, ni integra nuevos canales disponibles en HD. Es decir, que la compañía de Prisa se muestra impasible mientras se desangra, ya que en 2014 perdió 40.000 abonados, y en los dos últimos ejercicios ha perdido más de cien millones de euros. Espera Cebrián que la CNMV le haga un regalo en modo de decisión-que se supone que se conocerá en el primer trimestre del año-. Si no es así, quizás tendría que cerrar definitivamente la compañía, quedándose sin los 750 millones de euros, que a Telefónica le vendrían muy bien para otras cosas, como por ejemplo cerrar un acuerdo con Gol T para emitir en exclusiva las tres próximas ediciones de Champions.