Los diez principales grupos mediáticos en manos del Gobierno













El sistema ha conseguido convertir la libertad periodística en una utopía. El actual Gobierno ha conseguido aplacar el nivel de crítica de los principales multimedias gracias al gran poder que ostenta la decadente partitocracia actual, que tiene suficiente capacidad para influir sobre las cuentas de resultados de todos los grandes medios a través de concesión o quita de licencias de televisión de radio, de la mediación entre las rescatadas entidades financieras y los capos de los arruinados medios, la entrega de publicidad institucional a conveniencia, las arbitrarias multas al duopolio, cuyas cuentas de los grupos matrices parecen ser las únicas a salvo del chaparrón a modo de crisis que sufre el periodismo actual. Aquí repasamos la docilidad de los diez principales grupos mediáticos ante el poder político y económico:

1 y 2- Mediaset y Planeta

Ambos grupos se reparten a pachas la jugosa tarta de la televisión, por cuyo duopolio han conseguido un nivel brutal de beneficios, la desaparición de la publicidad de la televisión pública, la práctica desaparición de cualquier rival que amenace su millonario confort, el control de un sistema de medición de audiencias que les beneficia, etc.

Para mantener la actual situación de privilegio, tanto Lara como Berlusconi deben plegarse ante Rajoy, al que temen con la amenaza de la vuelta de la publicidad a TVE, la quita de canales, la entrega de canales a posibles nuevos competidores o arbitrarias multas firmadas por Competencia.

Mediaset con seis canales,. además de sus acciones en Canal +, por las que el grupo italiano se convertirá en privilegiado proveedor del gigante multiservivios Movistar TV, y Planeta, con otros cinco canales, además de sus negocios en radio y prensa, se reparten una tarta de 1.700 millones de euros, de la cual se tragan más del 90% de los ingresos pese a obtener poco más del 50% de audiencia.
Para conseguir este reparto, el duopolio ha conseguido engullir los proyectos ideológicos de ZP, Cuatro y la Sexta, en venta tras la ruina de Prisa y Mediapro.

El duopolio perfecto, con dos gigantes en televisión, publicidad, cine o internet, han conseguido tal situación tras las ruinas de Prisa y Mediapro, unos por inversión en el extranjero en el peor momento y otros por las deudas del fútbol. Además el duopolio consiguió que TVE dejase de emitir publicidad, por la cual recaudaba 500 millones de euros anuales, ahora repartidos a pachas por el duopolio. Y este duopolio ha conseguido salirse ganador de la TDT, que iba a traer más pluralidad, por la ineficiencia de Unidad Editorial o Vocento en la producción de contenidos, por el modelo ruinoso de Intereconomía o 13 TV, perjudicadas ambas por un sistema de audiencias más que dudoso.

Ahora los diez canales del dupolio conviven con una competencia tolerada; las licencias privadas por las que los editores de ABC y El Mundo, incapaces de rentabilizar una televisión, alquilan a operadores multinacionales que no suponen una competencia para el duopolio, ya que trabajan en canales temáticos y minoritarios, además de 13 TV, tolerada como pinza entre el actual Gobierno y al Conferencia Episcopal, que ha desembolsado 25 millones de euros para seguir haciéndole la propaganda a Rajoy a cambio del privilegio eclesial y de una licencia futura, de las cinco que Soria repartirá en 2015.

El gran rival del dupolio pudo ser Roures, pero el empresario catalán estuvo más pendiente de los derechos deportivos que de rentabilizar sus empresas, cuyos socios pagaban su ruina mientras Mediapro, como compañía minoritaria que controlaba la mayoría, engordaba sus cuentas con sus servicios prestados, que es lo que hace ahora Roures, sin el control de la Sexta y con Público cerrado de un modo siniestro. El empresario se ha echado a un lado y ha dejado de influir a cambio de que el sistema mediático contrate sus servicios-La Sexta informativos y deportes, Mediaset la Liga, 13 TV derechos deportivos, la ETB del PNV sus magazines de mañana y tarde, la BTV de Ciu la gestión del canal municipal, Movistar TV derechos internacionales, la TVE de Rajoy diversos formatos, y hasta la Telemadrid de Esperanza Aguirre le contrata un reality-.

3- Prisa y COPE

Si en televisión hay un duopolio perfecto, en la radio hay un oligopolio perfecto, con tres operadores controlando el 80% de licencias, audiencia, ingresos y publicidad. Son Prisa, COPE y Planeta, que son dueñas de 12 de las 16 emisoras del país, a excepción de las radios públicas española y catalana, la RAC1 que solo opera en Catalunya y una decadente Kiss FM con influencia cero.
La SER, Onda Cero y la COPE, además de las diez emisoras musicales que dependen de ellas, se reparten todo el pastel publicitario, controlan el EGM-Abellán denunció que se intercambiaban oyentes- y frenan la entrada de la radio digital-que evitaría el eterno plañiderismo de COPE y Onda Cero y las igualaría con la SER y RNE en postes, pero les quitaría la posición oligárquica con nuevos competidores-.

Es curioso que entre las 16 emisoras más escuchadas solo haya cuatro fuera del triopolio, siendo una RNE sin anuncios, dos catalanas y la musical de Blas Herrero, que diversifica inversiones tras el pelotazo de las FM de Guerra y el sangrante laudo de Telefónica. El triopolio manipula el EGM y frena la radio digital, impulsada por Aznar en 2002, consiguiendo que emisoras como esRadio o Radio Marca sean eternamente marginales al no contar con postes suficientes, y otros intentos como Antena 3 de Radio o Punto Radio acaben absorbidas por SER y COPE. Y el veto de los concursos FM solo se lo han podido saltar en los últimos tiempos Intereconomía o Kiss FM, con olores siniestros y caciquiles.

Prisa y COPE ganan mucho dinero con la radio, mientras el primero sobrevive a manos de Soraya, plegando la línea editorial de El País y Cinco días a manos del Gobierno, el segundo hace malabares tras las inversiones en su nuevo equipo de deportes, el alquiler a Vocento y el bajón de COPE sin locutor estrella por las mañanas. Prisa, el gran grupo de comunicación de la democracia, está en manos del Santander, La Caixa, Telefónica o el HSBC, o de Liberty, ejemplo del capitalismo salvaje. Es por ello que Cebrián sacrificó al director y la línea editorial del periódico más influyente de El País a cambio de que los bancos cambiasen deuda por acciones y de que Telefónica le comprase, por la mitad de lo que pedía al principio, el ruinoso Canal +.

5 y 6- Unidad Editorial y Vocento

Los dos capos de la prensa, uno con El Mundo, Marca y Expansión, y otro con ABC y los regionales, han dejado a un lado el proyecto de fusión, pero también se encuentran plegados a Rajoy. El Mundo sacrificó a su fundador, denunciador de Bárcenas o Urdangarín, para que volviese la publicidad, dosificada desde el Estado y los capos del Ibex cuando los ataques al PP arreciaban. Y ABC, inmersa en una gran campaña de recortes internos, está bajo la dirección de Bieito, íntimo de Mariano, que le dictó hace un par de años una pregunta pactada a un redactor, cuando Rajoy hablaba sin plasma de por medio.
Tanto Unidad Editorial como Vocento han desinvertido en radio o televisión, quedándose como simples arrendatarios de licencias-a excepción de Radio Marca, con una precariedad eterna-, y han reducido sus plantillas del papel a la mitad, intentando rascar algún euro online vía Orbyt o Kioskoymas.
Los recortes se han hecho más visibles en ABC, que dejará de editarse en papel en Canarias y Baleares desde el jueves, han eliminado la mayoría de promociones que dopaban su difusión, que ha traído que ABC que caiga por debajo del medio millón de lectores diarios, cediendo en los dos últimos años un 25% de lectores en Madrid y Sevilla, sus dos principales graneros de lectores.
El papel debe morir dócil con el papel. Solo hay que ver los resultados publicitarios de septiembre, en los que ABC y El Mundo, cuatriplicando en lectores y duplicando en difusión a La Razón, ingresan menos por los anuncios que el diario de Planeta, que pese a ser un diario marginal y no estar ni entre los diez generalistas más leídos, es fiel siervo de Mariano.


7 y 8- Godó y Zeta 

Del cotarro madrileño al cotarro catalán. Y es que Godó y Zeta, que parten el Bacalao en la Ciudad Condal, también han terminado plegando al Gobierno de Rajoy, pese haber agitado durante años la campaña secesionista. El mejor ejemplo fue el cambio de director y línea editorial de La Vanguardia, que ha cambiado la palabra independencia por consenso. Estará contento Artur Mas, que en esta legislatura ha inyectado casi 1.800 millones de euros, en su mayoría en Godó y Zeta, grupo a la deriva tras la muerte del patriarca, cuya joya del papel, El Periódico, ha mutado del PSC a Ciu, barruntándose ahora un nuevo cambio al PP, ya que José Manuel Lara prepara su desembarco con un 25% de las acciones del diario que dirige hasta el momento Enric Hernández, el próximo candidato a abandonar el Gran Hermano de directores en el que ha convertido Rajoy al periodismo español. Aunque la caída del PSOE ya ha tenido consecuencias directas en bastiones de El Periódico como Aragón o Extremadura, por no hablar del Diario Córdoba, servil con IU, o el Mediterráneo, servil a una Diputación de Castellón del PP a la que parece que quedan meses.

9 y 10- RTVE y chiringuitos autonómicos 

TVE se encuentra en uno de los peores momentos de su historia, ya que el PP parece que quiere imponer el modelo de Canal Nou o Telemadrid; manipularla, arruinarla y colocar a sus amigos para que la cierren, cosa que facilita los siniestros cambios en informativos o las listas negras en tele y radio.
Sobre los chiringuitos caciquiles, considerados el décimo gran grupo español, el Gobierno también mete mano, ya que las autonómicas nacionalistas dóciles como ETB han recibido un respiro vía el IVA de 2015, mientas que a la TV3 Montoro la persigue tras un cambio de criterio de Hacienda.

Los chiringuitos caciquiles son complejos de analizar, pero por ejemplo en Catalunya está Hermes, el brazo mediático de ERC, como Godó y TV3 son los de Mas. Hermes sobrevive gracias a la subvención directa de la Generalitat, gracias a la cual tiran El Punt Avui y producen la televisión El Punt TV.
Y otros chiringuitos catalanes son los creados a través de productoras que viven de TV3, algunas de las cuales están relacionadas con medios como Flaix Fm o Ara, el pasquín que se ha sacado de la manga Ciu.

En Euskadi lo de los chiringuitos lo intentó abortar Patxi López, que levantó el veto a Arguiñano-producido por una guerra de la pelota por la cual ETB fue condenada-, y acabó con el triopolio de las productoras nacionalistas K2000-hoy en manos de Roures de rebote, y en la que trabajan la hija de Atutxa o el hermano de Anasagasti-, Pausoka y 3Koma.

En Galicia domina prensa, radio y televisión privada La Voz de Galicia, eterna vocera del PP, mientras que en Aragón el gato al agua se lo lleva el Grupo Heraldo y en Navarra el mítico Diario de Navarra.
Es decir, todo queda en casa, mientras que en la cleptocracia del sur, la propaganda al PSOE se la hacen diarios de Joly y de Alfonso Gallardo.

En varias autonomías opera Prensa ibérica, con un negocio descentralizado, por lo cual dependen del cacique de turno, pero sin querer torear en las dos grandes plazas; Madrid y Barcelona. Quizás es por ello que les va tan bien. Otros grupos tan especializados como inofensivos son El Economista, 20 Minutos, el Griupo Gestiona, Europa Press, Servimedia, por no hablar de los digitales, cuyos modelos más aparentemente independientes son Infolibre y El Diario, en manos del pago de socios, cosa que en su día no quiso hacer El Confidencial, hoy en manos del PP, o Voz Pópuli, la aventura anárquica de Cacho que podría tener a Ramírez como rival, cómplice o imitador. Estos portales, merced de la asfixia del poder político o económico, se ven reducidos a diarios donde es complicado pagar a más de una docena de trabajadores, por lo que adolecen de falta de influencia o de información. Otros medios aparentemente independientes son Libertad Digital o Intereconomía, que le exigen subiendo el tono a Rajoy que les pague la fidelidad pasada, como cuando la red gurteliana participaba en ampliaciones de capital de LD o Ariza le pedía a Rajoy tras una mariscada que le diese licencias de tele y radio. Dicen que Rajoy apagó ambos fuegos mediante Lara, su empresario afín, que se mostró dispuesto a pagar el silencio a ambos medios sobre la fusión de la Sexta y a rebajar el tono sobre el Ejecutivo con dos acuerdos; uno por el cual Atresmedia e Intereconomía producirían cine a medias, y otro por el cual la Fundación Fernando Lara le cedía emisoras a esRadio.









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