Tres mecanismos del Gobierno para domar al duopolio







Algunos ingenuos dicen que la presencia de Podemos en televisión es simplemente cuestión del interés de las privadas para subir la audiencia. Para subir la audiencia, Telecinco hubiese montado akelarres diarios sobre Juan Carlos I y su escándalo sexual con Corinna. Pero no lo hicieron. Y, ¿por qué no lo hicieron? Muy fácil, Vasile no quería líos con Moncloa. Y no quiere líos porque sabe que hoy en día, en este decrépito sistema, nadie puede echarle un pulso al omnívoro Rajoy. Porque Telecinco ya tuvo que cancelar tiempo atrás El gran debate, el programa heredero de La Noria que no cayó ni con un veto publiciario, pero cayó porque a Arriola le molestó que Jordi González acercase las denuncias "pedrojotianas" sobre los SMS de Bárcenas al pueblo llano. Es decir, que si ahora Un tiempo nuevo ha llegado, sin tanto barro y con más clase, es porque al Gobierno, que apadrinó el estreno del programa con Montoro como invitado, no le molesta. Y si Cintora promociona a Podemos es porque al Gobierno, que quizás está siguiendo la estrategia de Arriola-que el la misma del socialismo francés de los ochenta con Le Pen-, tampoco le molesta. Porque al Gobierno le molestó la retransmisión del escrache a Soraya Sáenz de Santamaría de Te vas a enterar, y el programa desapareció por la puerta de atrás.

Tanto Mediaset como en Atresmedia, que controlan los canales aparentemente críticos contra el Gobierno, como Cuatro con su Cintora y la Sexta con su Wyoming, saben que el Gobierno tiene tres sencillos mecanismos para hundirles el chiringuito. La primera es el retorno de la publicidad a TVE, que podría recuperar gran parte de los 500 millones de euros anuales que facturaba. A más competidores, menos tarta para el duopolio. El segundo mecanismo es dar más señales a otros grupos. A más competidores, menos tarta de nuevo. El tercero afecta directamente a sus cuentas de explotación; las arbitrarias multas de la Comisión Nacional de Competencia, que te puede rascar medio millón de euros por un inocente exceso de publicidad en uno de sus canales TDT o porque en La que se avecina dicen "tacos" a las tres de la tarde. Es por ello que Rajoy sigue teniendo la sartén por el mango.

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