En Fuencarral se preguntan dónde están algunas presentadoras de las que hace tiempo no sabemos nada. Oficialmente están en la nevera, en espera de nuevo destino. Es el caso de Raquel Sánchez Silva, que la pasada temporada patinó con La incubadora y Deja sitio para el postre, mientras que con Supervivientes vivió una de sus etapas más flojas. Raquel, olvidando como puede el fallecimiento de su marido, Mario Biondo, lleva ni más ni menos que seis meses en la nevera, esperando si Supervivientes regresa en enero, que finalmente parece que no llegará, o lo hará una edición de famosos de Gran Hermano.
Ocho meses sin presentar lleva Tania Llasera, que olvida por su parte la infame campaña que recibió desde las redes sociales por sus kilos de más, mientras se contenta con su colaboración en El debate de Gran Hermano. La vasca espera el retorno de La Voz, que podría retornar en enero.
La tercera en cuestión, también espera y también olvida, como sus dos compañeras. Es Luján Argüelles, que desde que se convirtió en la presentadora de moda en Cuatro, con programas como ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Granjero busca esposa o Pasword, ha encadenado el último lustro donde ha encadenado hasta seis fracasos, llevándose el sello de "presentadora maldita"; Lo que diga la rubia, Dame una pista, Hijos de papá, Tienes 1 minuto, Money Time e Inteligencia artificial, mientras que Un príncipe... parece que no regresará. Luján lleva ocho meses sin aparecer en televisión, también intentando olvidar la separación de su ex marido, que era también su representante, y con el que protagonizó un duro proceso judicial. La asturiana regresará a principios de 2015 con una nueva edición de los "tróspidos".
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