Diez razones que explican el triunfo de Cintora sobre Ferreras









Hace menos de año y medio Jesús Cintora, hasta entonces desconocido para el gran público, cogía el testigo de Marta Fernández al frente de Las mañanas de Cuatro, un formato en decadencia que tras la muerte de Concha García Campoy había sido arrasado por el huracán Ferreras.
En ese momento el programa promediaba alrededor de un 5% de share, y ahora triplica esos resultados, habiéndose convertido en el programa de Cuatro con mayor cuota de pantalla. El buen hacer de Jesús y el creciente interés del frívolo espectador por los programas de actualidad, ahora que muchos se han dado cuenta de que la plomiza política nos afecta a todos, han sido aliados de Cintora, el rey del mediodía. Repasemos las diez razones por las que ha superado a su principal competidor, Al rojo vivo.

Razón número uno: Pablo Iglesias 

El politólogo fue heredado por Cintora de la etapa anterior, en la que entonces era un locuaz profesor universitario. Ahora es el puto amo, tras el fenómeno de Podemos en las encuestas, alentadas por el éxito de las pasadas europeas y por el descrédito del bipartidismo corrupto. El discurso afilado que lleva cada semana, elaborador por el mismo equipo que le aconsejó a quitarse el piercing y  el que le alienta a rebajar el programa electoral a mínimos, hace romper audímetros. Pero Iglesias puede que puso a Cintora en el mapa, pero no es la única razón de su éxito, ya que cuando Iglesias no acude, el programa sigue funcionando, porque ya se ha convertido en un referente.

Razón número dos: El formato 

Cintora heredó de Marta Fernández, cara bonita de las noticias, pero incapaz de dar vida a una tertulia de estas características, un formato demasiado atrofiado. Ahora Cintora, con la ayuda de una orgullosa Mediaset, lo ha dota de más medios, sobre todo con conexiones en directo, que han convertido a Las mañanas... en un formato ágil, innovador y entretenido.

Razón número tres: El presentador 

El aterrizaje de una nueva cara como la de Cintora ha ayudado a conseguir el triunfo. Cintora es un chico listo de provincias, simpático, rápido, sagaz, una cara a tener en cuenta en el futuro.
En parte porque el gran público desconoce su pasado, de hombre del clan de los gallegos en la SER-ésos que le hicieron la vida imposible a Tomás Gómez- a ser acusado de ser el hombre de Rubalcaba en tertulias, cuando desde Ferraz se dieron cuenta que había que jubilar a Sopena y a la fallecida María Antonia Iglesias, para colocar a Cintora y a su inseparable Javier Ruiz. No sabemos si es cierto que los colocaron, pero sí lo es, el prejubilado Rubalcaba los mirará con desprecio desde su sofá arropado por la mantita de cuadros, que ya ha llegado el frío. Desagradecidos, pensará, ahora le renegáis del PSOE, eh.

Razón número cuatro: Freak; la parada de los monstruos 

Cintora se ha dado cuenta del funcionamiento de personajes populistas, a los que dosifica con astucia. Por ahí pasan las barrabasadas de Sor Lucía Caram, las vulgaridades de Revilla, el rencor de Elpidio Silva o la ironía de Pedrojota. A todos éstos, Cintora les alienta, les abona el terreno y les deja la autopista libre para que se expresen sin cortapisas, y algunas veces sin decencia.

Razón número cinco: Ferreras 

Una de las razones principales que explican el triunfo de Cintora sobre Ferreras, es que Jesús compite contra un tío que se niega a competir. Es decir, el viejo zorro Ferreras sabe de las tácticas que le darían la vuelta al marcador del share, pero se niega a mancharse en el barro, a perder galones e influencia entre sus amistades VIP o a salpicarse el traje de lamparones, porque sabe que cuando le aconseje a Florentino Pérez and company, habrá perdido crédito si se convierte en TelePodemos o en Teleindignados. Con Florentino le vale ese ridículo discursillo burgués con pinceladas progres. Piensa Ferreras que gana estatus cuando se presenta de hombre izquierdista entre los tiburones entre los que se mueve. Y acierta en su diagnóstico.

Razón número seis: La manipulación 

Cuando la caverna acusa a Cintora de hacer un show para lucimiento de Iglesias o Revilla no yerran en su juicio. Porque el presentador no solo les deja hacer, sino que es juez y parte en el programa. Aunque quizás el grado superlativo de manipulación o demagogia en el programa lo encontramos cuando prepara una conexión, siempre a última hora, donde el estafado de las preferentes de turno, que normalmente suele ser un jubilado sin mesura, que no denuncia su caso, cosa que estaría bien, sino que grita a los cuatro vientos que todos los políticos son unos chorizos, ante la cara a veces compungida y a veces avergonzada de Cintora, según sea el jubilado.

Razón número siete; El radicalismo 

Mientras Ferreras mueve un anquilosado debate, en el que parece querer apuntalar el bipartidismo-ahora que su enemigo Rubalcaba, ese que le ganó a su amiga Chacón y ese que eligió a Prisa antes que al peligroso Roures, está jubilado-, Cintora da voz a los extremos. Y no lo decimos por Podemos, sino por todos los vídeos que elaboran, donde la objetividad desaparece, y se posicionan siempre a favor de los mismos. Por no hablar de la presencia de tertulianos de extrema izquierda como Ángel Gimeno o de extrema derecha como Monste Suárez.

Razón número ocho: El sectarismo 

En el punto álgido de Intereconomía, había costumbre en la casa de preparar debates con el formato del "todos contra uno". Dicen que a Ariza se le ocurrió cuando en TV3 le preparaban encerronas similares, y repitió esquemas en su cadena. Cintora está haciendo algo parecido, sumándose incluso él mismo al pelotón mayoritario. Los que van en minoría, deben estar hartos de este linchamiento. Y muchos de ellos ya han dado un sonoro portazo al programa, como pudo ser Isabel San Sebastián, que acusó a Cintora de "manager" de Pablo Iglesias. Solo aguantan el chaparrón los Jaime González de turno, esos a los que Cintora les recomienda beber agua o directamente a callarse, y beben agua y se callan.
El tertuliano conservador es la excusa para alardear de pluralidad, cuando la pluralidad en Las mañanas de Cuatro por desgracia no existe.

Razón número nueve: Mediaset

Vasile vio pronto lo que tenía Cintora entre manos y decidió promocionar y dotar de más medios al programa. Las mañanas de Cuatro sigue la tradición de esa televisión efectiva, sencilla, barata y atractiva de Mediaset. La tertulia de Cintora encaja a las mil maravillas en la parrilla de Cuatro y encima ha conseguido disparar a Noticias Cuatro, que curiosamente presenta ahora su antecesora en el programa, Marta Fernández.

Razón número diez: El Gobierno 

Es cierto que Cintora se merece el éxito, porque ha trabajado duro para remontar una situación que parecía imposible de mejorar en el programa. Pero está claro que Las mañanas... no molestan al Gobierno-¿será verdad que lo de Podemos es una copia de Arriola a lo que hicieron los socialistas franceses en los ochenta promocionando a Le Pen para hundir a la derecha civilizada?-. Porque si le hubieran molestado, el programa estaría retirado desde hace tiempo. Porque Mediaset teme al Gobierno, tanto por la posible pérdida de licencias, por la publicidad institucional, por las multas de Competencia y por el retorno de la publicidad a RTVE, por lo que lo que diga Rajoy va a misa. Y si no que se lo digan a los de El gran debate, que los echaron cuando empezaron a dar bombo a los SMS de Rajoy a Bárcenas, o a los de Te vas a enterar, que los echaron cuando emitieron en directo un escrache a Soraya. Cintora no ha cruzado todavía la línea roja. Enhorabuena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario