Hace año y medio prometí que nunca más volvería a escuchar a Javier Cárdenas en la radio. Si quiero escuchar populismo barato, demagogia a granel, una dicción patética con un coro de risas jaleándole, mejor pongo a Federico, que le da mil vueltas en cultura general.
Pero como tampoco me gustan los críticos que van de estupendos y dicen que algo es basura y que no la consumen, de vez en cuando lo oigo, porque creo que es mi obligación.
Hace año y medio escribí el famoso artículo Populismo y demagogia, que me costó una bronca telefónica. Luego vendría el ataque de su cuñado Arús en Arucitys en directo, cuando destapamos sus planes en La Mosca Mediática. Pero a lo que vamos, que Cárdenas me sigue pareciendo lo peor, pero hay algo que le salva este último tramo de temporada; ha descubierto a Silvina Magari. Primero puso su canción, luego la invitó, en la entrevista babeó con ella e inmediatamente la fichó para escribirle canciones dedicadas, que es lo que hacía El Langui antes de que los compromisos profesionales le impidieran colaborar regularmente.
Para los que todavía no hayan disfrutado de su peculiar estilo de cantar, de su "Hola, hola", de su sensualidad infinita, les diremos que es como lo que escribió The New York Times de Lola Flores en el 53; "Ni canta, ni baila, pero no se la pierdan". Se la recomendamos vivamente;
Escuchar a Silvina;
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