El PP está maniobrando aprobar una ley para que gobiernen los alcaldes más votados en las próximas elecciones municipales. Es decir, que como Rajoy teme perder el poder en ciudades como Madrid, Sevilla o Valencia, intentará de un modo antidemocrático salvar algunos baluartes de la derecha en los últimos tiempos.
Si este disparate llega a aprobarse, Podemos y los demás partidos de izquierdas están obligados a pactar una especie de Frente Popular, que intente aunar en listas conjuntas varias formaciones progresistas.
Por otra parte en el entorno del PSOE la noticia es Pedro Sánchez, en principio un delfín de Rubalcaba, después un candidato menor y más adelante favorito tras el apoyo de Susana Díaz, última capa de maquillaje de cleptocracia andaluza y principal puntal de Sánchez tras la negativa de Madina a retirarse y aceptar un papel secundario.
Ahora Sánchez, tiene un problema de imagen tras destapar El Confidencial su pasado como consejero de Caja Madrid, entidad de la que obtuvo un crédito personal de casi 140.000 euros. Este hecho está obviado en su biografía oficial. El madrileño ha denunciado "malas artes" de Madina, que ha dicho que no sabía nada del tema pese a que insinuó algo parecido en el debate del pasado martes. De puta a puta, taconazo.
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