El detective privado que echó por tierra la investigación sobre Mario Biondo



El culebrón sobre la muerte del cámara italiano Mario Biondo podría haber llegado a su fin, ya que según revela Vanitatis, el detective privado contratado por su familia habría echado por tierra las tesis de éstos sobre Raquel Sánchez Silva y la muerte de su hijo;

El plan no les salió del todo bien. La familia Biondo contrató los servicios de un criminólogo para realizar una investigación paralela, al margen de la oficial, que apuntalase las tesis del asesinato que ellos siempre han defendido. Sin embargo, el detective al que ellos habían encargado dicha tarea les presentó un informe en noviembre, al que ha tenido acceso Vanitatis en exclusiva, que para su sorpresa llegaba a las mismas conclusiones que la investigación policial: se trataba de un suicidio. Los Biondo entraron entonces en cólera, no pagaron parte de las minutas a su asalariado y tampoco presentaron el documento ante la justicia italiana, como era su intención, ya que no avalaba sus teorías.
Mario Biondo, esposo de la presentadora Raquel Sánchez Silva, murió el 30 de mayo de 2013. En septiembre de ese mismo año se ratificó el informe de la autopsia -que ya se había oficializado en julio- en el que el médico forense, José María Abenza Rojo, concluyó que la de Mario Biondo fue una muerte por ahorcamiento, que no había huellas de violencia diferentes a las de la ahorcadura y que los datos obtenidos en el levantamiento del cadáver orientaban hacia una etiología médico-legal presumiblemente suicida.
Así pues, el suicidio se postuló como causa de una muerte que más de un año después sigue dando que hablar por el empeño de la familia Biondo en demostrar que se trata de un asesinato, hecho que provocó que, una vez cerrada en España, la investigación se reabriese de nuevo en Palermo, su lugar de residencia. Tanto ha sido su empeño, que Giussepe Biondo (Pippo) y Santa D’Alessandro (Santina), los padres de Mario, acabaron contratando los servicios del citado criminólogo.

Después del verano, ante las sendas negativas de atender a la familia por parte de la embajada italiana y del juez que instruyó la muerte del cámara en España, el abogado de los Biondo se pone en contacto con Eduardo Navasquillo, investigador privado. Le requieren para que averigüe todas las pesquisas en relación al fallecimiento de Mario y así esclarecer el informe oficial que ellos desde el principio pusieron en tela de juicio. Sin embargo, la conclusión a la que llegó Navasquillo en su informe criminológico no les satisfizo porque en él se apuntaba de nuevo al suicidio como causa de la muerte.
Vanitatis ha logrado encontrar a Eduardo, que examinó todas las pruebas del caso y se entrevistó con algunas de las personas clave en la investigación antes de enarbolar sus conclusiones. “Este informe a ellos no les beneficia. Pero es que no se trata de beneficiar a nadie, sino de esclarecer la verdad”, dice el criminólogo en conversación con este portal.
En noviembre de 2013, Navasquillo entrega el informe de 25 folios a la familia, pero pronto se percata de que los resultados no han gustado: “En vez de llamarme para concertar una reunión y que hablásemos de los aspectos con los que no estaban de acuerdo, los Biondo me empezaron a mandar correos electrónicos amenazándome con emprender acciones legalesy a decirme que había sido manipulado y que podía haber recibido dinero por parte de alguien. La investigación fue impecable. Yo llevo muchos años en esto y mi trayectoria está ahí. ¡Yo no puedo inventarme resultados científicos!”, se defiende.
Pero a Navasquillo los Biondo no sólo le cuestionaron su profesionalidad. Además no han querido pagarle el resto del dinero que le deben por la investigación. De momento, sólo le han abonado 4.500 euros en concepto de adelanto, pero queda parte del pago por realizar que se niegan a llevar a cabo. “Este es un tema aparte. Ya veré yo si lo judicializo”.
La investigación llevada a cabo por Eduardo Navasquillo ha sido también presentada ante la policía y sostiene que “no existen pruebas de que las lesiones anatomopatológicas que sufrió Mario Biondo se correspondieran con una estrangulación y, por tanto, no existen evidencias que nos hagan pensar en una etiología homicida”. Además, se añade que aun considerando la alternativa “poco probable de que el cámara hubiera sido asesinado y posteriormente su cuerpo colgado en la posición en que fue encontrado, todas las evidencias señalan que esto tampoco fue posible”.
El criminólogo asegura que, aun comprendiendo los aspectos emocionales de los padres de Mario, “no tiene sentido negar su suicidio”. Sostiene que no hay indicios de criminalidad y que si el informe público, el privado realizado a posteriori e incluso las averiguaciones que han hecho algunos periodistas coinciden en lo mismo, “continuar con la tesis del asesinato es una equivocación”.









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