Yolanda Barcina protagonizó hace cuatro años un comentado divorcio. La razón principal para separase fue que su entonces marido, arquitecto de profesión, no se le ocurrió mejor idea que poner a la venta un chalet valorado en dos millones de euros, ubicado en Cantabria, a través del programa 3D, de Antena 3. La fina encima estaba amueblada gracias a los muebles comprados a saldo en Caja Navarra, entidad corrupta y absorbida por La Caixa, por la que la presidenta navarra se ha visto envuelta en un escándalo de dietas, de las cuales ha tenido que devolver parte para evitar el descrédito total.
Ahora Barcina parece que ha vuelto a encontrar el amor, tal y como informa Voz Pópuli. Lo habría hecho en brazos de Manuel Pizarro, número dos de Rajoy en 2008 y último fichaje de El Corte Inglés;
Parece ser que a Yolanda Barcina, presidenta del Gobierno de Navarra, presidenta de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y exalcaldesa de Pamplona, le aburren los Sanfermines. O quizás es que prefiere otros planes, cansada de tan tradicionales fiestas. El caso es que diez días atrás, en el fin de semana del 12 y 13 de julio, cuando en su ciudad todavía apuraban las últimas horas del fiestón, ella se dejó ver en una bonita cala de Ibiza en compañía de Manuel Pizarro, como atestigua la imagen.
Narran quienes les vieron que Pizarro y Barcina se comportaron como dos tipos educados, sin llamar la atención, como personajes públicos que son. Para nadie es un secreto que les une una estrecha y creciente amistad. Hace unos meses, el flamante fichaje de El Corte Inglés presentó a la jefa del Ejecutivo foral en uno de esos rimbombantes, supuestamente "informativos", desayunos que jalonan el diario acontecer de la villa y corte. Aquel día, los presentes ya destacaron la buena sintonía existente entre ambos. Los elogios del expresidente de Endesa a la política navarra fueron muchos, hasta el punto de desatar los aplausos de la concurrencia.
Los testigos del momento cuentan a este Buscón que Barcina y Pizarro tomaron sardinas y bebieron refrescos
Los testigos del momento cuentan a este Buscón que Barcina y Pizarro degustaron un plato de sardinas que acompañaron con unos refrescos. Y conversaron animadamente, como buenos amigos. Miraron un rato al bello horizonte de la cala, y se fueron por donde habían venido. Ambos, con vestimanta casual no exenta de elegancia: ella con vestido, con camisa y sombrero veraniego él, sin llamar la atención.
No consta que, para verse en Ibiza, tuvieran que renunciar a algunos compromisos, oficiales en el caso de ella y empresariales en el caso de él. A buen seguro no fue fácil cuadrar las agendas de dos personajes tan públicos como ocupados. Ella dirige con mano firme el Gobierno navarro y el partido más votado en la región. Y él acaba de desembarcar en El Corte Inglés con la misión, nada sencilla, de profesionalizar la gestión de la compañía y sacar una parte del capital a Bolsa. Tareas arduas para las que es necesario tomarse respiros en buena compañía.
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